EL GRAN LEBOWSKI
En 1998 Hollywood estrenó dos películas de culto, Miedo y Asco en Las Vegas, de Terry Gilliam y El Gran Lebowski, de los Hermanos Coen. Ambas profundamente arraigadas en la tumultuosa historia y cultura de la segunda mitad del siglo XX cuyas secuelas perduran aún en la vida de los Estados Unidos; ambas convertidas en películas de culto por un público adicto a sus personajes, pero poco ducho en los entresijos históricos o en las reflexiones que estas plantean.
Como el reflejo de un espejo esperpéntico y distorsionado, pero reflejo al fin y al cabo, El Gran Lebowski funciona como una comedia agridulce plagada de juegos de palabras que se entrelazan con una puesta en escena sembrada de detalles referenciales de una realidad social tan amarga como verídica. Los dos lados de una sociedad crispada desde la Guerra Fría que dio a luz a una década de revueltas sociales que cristalizaban por las calles de Estados Unidos en forma de hippies y de grupos sociales dispuestos a llegar hasta el final en su lucha por los derechos civiles. Corea, Vietnam, el asesinato de JFK, el surgimiento del Black Power, las feministas, los hippies, el Watergate…. Una época de cambios convulsos de la que los estadounidenses aún tratan de hacer borrón y cuenta nueva.
El Dude, el Nota para los españoles, y su alter ego contemporáneo, el Gran Lebowski, y su alter ego del pasado, Walter, los nihilistas y Bunny, Donny y Jesús, anclados todos ellos en un pasado del que no pueden o no quieren renunciar, configuran un ramillete de personajes atrapados en una compleja red de falsedades, en las que caen y a las que contribuyen sin descanso. Un solo personaje se salva de la falta de realidad a la que todos parecen sometidos, Maude Lebowski.
Durante la última década del siglo XX resurgió con fuerza el movimiento feminista, dándose en llamar a este último resurgimiento la tercera ola. Los noventa eran años plagados de artistas conceptuales, especialmente mujeres, que reivindicaban la feminidad con fuerza imperativa y que sostenían el centro de su obra sobre el sexo femenino. La huella de Carolee Schneemann así como de Yoko Ono resulta inequívocamente clara en el personaje de Maude, la única que lo sabe todo, lo controla todo, lo entiende todo.
En 1962, explica Dude, el fue uno de los redactores del llamado Port Huron Statement, Michigan, “del primer borrador, no del segundo corregido”. Los estudiantes decidieron reunirse en aras de la defensa de una sociedad democrática y en contra de la guerra de Vietnam.
We are people of this generation, bred in at least modest comfort, housed now in universities, looking uncomfortably to the world we inherit.
The American political system is not the democratic model of which its glorifiers speak.
If we appear to seek the unattainable, as it has been said, then let it be known that we do so to avoid the unimaginable.
Somos personas de esta generación, criados con al menos un modesto confort, ahora alojados en universidades, mirando incómodamente al mundo que hemos heredamos.
El sistema político estadounidense no es el modelo democrático del que hablan sus glorificadores.
Si parece que buscamos lo inalcanzable, como se ha dicho, entonces debe saberse que lo hacemos para evitar lo inimaginable.
Y después, en 1972, Dude será uno de los Siete de Seattle, Seattle Liberation Front. Y es allí donde encontramos a ese otro personaje real, Jeff Dowd que da origen a la inspiradora figura del Dude.
El coche rojo, (uno de los varios que se dejan ver en la película) de Bunny, corriendo a toda velocidad haciendo sonar el Vivan Las Vegas de Elvis, trae resonancias de aquel otro coche de Hunter S. Thompson con el que Johnny Depp cruzará el desierto y que nos traerá aquel otro famoso discurso, menos poético, menos atractivo, de lo que quedó de la ola hippie y las consecuencias de las drogas.
Hay que tener en la piel la historia, el respirar y el sentir de Estados Unidos para entender a los Coen, un par de judíos de Nueva York profundamente estadounidenses y enamorados de su país..
Comedia sí, banal o estúpida, definitivamente no.
Comentarios
Llevo poco tiempo subscrita. Me encantan tus podscats, Pepa. Por favor, continúa con ellos aprendo mucho con ellos. Gracias por éste ..es fantástico. Saludos desde Madrid
Conocía a Pepa Llausas de la Escóbula de la Brujula, y hoy me he pasado por aquí por curiosidad y me he suscrito porque me interesaba escuchar el programa del Gran Lebowski y.... wouw... esto ha superado todas mis expectativas!!!! voy a devorar cada capítulo de este podcast! qué maravilla!!
Me ha encantado y se me ha hecho muuuuy corto
Sin palabras... Si se puede hacer una crítica al podcast (que no se puede) es que se hace muy corto... Nos pasaríamos horas y horas escuchando...
Todo bien pero no entiendo tener una persona a lado si nunca opina o se le permite opinar.
No estoy contento sinó más que encantado de oir este maravilloso podcast. Sabía que el Gran Lebowski tenía matralla oculta, o asquerosamente visible para los que tienen más conocimiento del escenario de la cual la película se ambienta. Y es eso lo que me atrae del cine. Que las películas, a veces, son un no parar y no sólo cuatro escenas, cuatro diálogos y una banda sonora. Muchas gracias y apúntame como fan de tus explicaciones del que siempre se le hace tan cortos tus podcasts pero en este he disfrutado como un cerdo en una charca de barro. Moltes gràcies noia!!
Excelente podcast, saludos desde Argentina
Menudo analisis, impresionante!.
La peor traduccion de toda la peli es el nombre en si...."dude" es "tio" en plan informal....es totalmente impersonal. Mientras que "el nota" es cuando alguien destaca o se hace notar. Y seria "el notas" no "el nota". Tiene su gracia porque cuando la mayoria la vimos cuando salio en cines no tuvimos la oportunidad de verla en version original...pero cuando ya tienes la ocasion, es otra peli totalmente diferente aun mejor si cabe. Un clasico total en mi entorno.
Que barvaridad. Puta maravilla. Fan entregado desde ya.