Programa número 102 de La gran Evasión.
El conocimiento y la tolerancia son bases esenciales para la convivencia y la libertad de los pueblos, eso lo sabe el maestro Don Gregorio, y también sabe que la primavera despierta los sentidos y si se sabe contemplar, la naturaleza es el espectáculo más hermoso, por eso Don Gregorio saca a los alumnos al campo y les explica que las mariposas tienen lengua y la desenrollan para libar el néctar de las flores.
Seguro que el gorrión muchas veces recordará su infancia en un pueblo de Galicia, y sobretodo a aquel maestro viudo que volcaba su ser en la enseñanza, que inculcaba el amor a la naturaleza y les hablaba de pájaros de Australia y ciervos volantes. El gorrión abre los ojos al mundo y comienza a volar, lo malo es ese odio del que le avisa Don Gregorio bajo los manzanos. El infierno de Pedro Botero no existe, el único infierno existe en la crueldad y el odio engendrado por el hombre, el infierno somos nosotros mismos. La crueldad del crío que orina sobre el grillo que antes cantaba, la brutalidad del mozo borracho que apalea al perro, el insulto coral a los condenados por el terror más bárbaro, planeado en cada ciudad, cada pueblo de España. Cuando la verbena se acaba y los parroquianos se quitan las máscaras, el fondo sanguinario surge de esas llanuras bélicas que evocaba el poeta, la traición y el cainismo más abyecto piden paso.
Rafael Azcona ensambló en un guión redondo los relatos de la obra original de Manuel Rivas "¿Qué me quieres, amor?", y José Luis Cuerda tuvo la suerte de disponer de un gran Fernando Fernán Gómez, y la naturalidad del niño Manuel Lozano, que pierde el miedo a ir a clase y aprende el significado de la traición.
Esta noche en la torre de Radiópolis bailamos bajo la luna al ritmo de una orquesta de pueblo...
José Miguel Moreno a la dirección, Mamen Torres, Raúl Gallego, Gervi Navío, y nuestro crítico de cine César Bardés.
Comentarios
Estoy de acuerdo. Uno de los finales más desgarradores. Impresionante.
Cierto que ese final eriza el vello de la nuca y te pone un nudo en la garganta. Grandísimo Fernán Gómez, saliendo del encierro y deslumbrándose ante el sol traicionero, de los gritos de la turba y de las miradas de los conocidos y que antes le llamaban de don, tan ruines. Muchas gracias por seguir el programa, Sudantex,
Una película maravillosa y desgarradora a partes iguales, una de las pocas y contadas con dedos de una sola mano que me han hecho llorar como un crío luego de ese durísimo final. Una película que trata del miedo, mas que de traición, pero de la traición a nosotros mismo en pos de la supervivencia ante unas terribles circunstancias, esa madre instando a su hijo pequeño a que insulte a su antaño maestro y mentor (y por que no también amigo) como edicto matriarcal divino en el que traicionan su verdadera ideología, el miedo congelando el corazón de los hombres, ese sastre vituperando y llorando como disculpándose a la vez… creo que esas imágenes no se me borrarán mas de la mente. En fin, algo extemporáneo el mensaje, disfruto mucho de los podcast, los escucho en la medida que puedo, gracias por recordarme esta hermosa y necesaria película, que deberían (en mi humilde opinión) emitir en las aulas de todas las escuelas en todas partes, independientemente de la nacionalidad, aunque mas no sea, una vez. Un fuerte abrazo.