El mundo del fitness no es un restaurante. No estamos para darte lo que tú quieres, sino lo que tú necesitas. El problema es que no siempre te gusta la respuesta o la solución a tus preguntas.
Esta es una entrada que hacía tiempo que quería escribir. Es una de esos artículos de desahogo, de opinión personal. Porque veo que últimamente la gente pone a la venta productos, rutina y dietas sin ningún tipo de fundamento ni resultado.
Y esto lo pueden hacer porque queremos cosas que puede que no existen. Pero aun sabiendo que no existen, nos dejamos convencer y le damos nuestro tiempo, dinero y esperanzas.
La medicina no es un restaurante
Según Art Caplan, profesor y jefe de la división de ética médica en la NYU:
"Muchos médicos creen en una falsa premisa de que el paciente es el rey. Es a lo que a veces me refiero como el modelo de medicina restaurante. La medicina no es un restaurante, el paciente no es un cliente, y el médico no es un camarero. En la medicina se supone que tenemos normas profesionales, valores profesionales y compromisos profesionales".
Los médicos ya lo tienen claro, "a un paciente se le da lo que necesita, no lo que el pide." Esto es algo que no se discute. Si te has roto el brazo necesitas escayola y puede que cirugía. Por mucho que a ti te gustaría tomarte un ibuprofeno, ponerte una tirita y a casa. No sé si me explico.
¿El fitness es salud?
La industria del fitness está en un dilema. Por un lado es un sector con crecimiento y que mueve mucho dinero. Hay una gran preocupación por nuestro cuerpo y nuestra salud. Puede ser tanto a nivel de competición, como a nivel más de estar por casa. Quién más y quién menos quiere verse y sentirse mejor.
Pero cuando las personas que se ganan la vida (o queremos poder vivir de esto algún día) pierden el foco, la cosa cambia. Si lo único que se pretende es ganar dinero, y cuanto más mejor, la salud pasa a un segundo plano.
Aquí es cuando la industria y el marketig del fitness se ponen a funcionar. Mucha publicidad y caras famosas para sacar dinero vendiendo humo. Y salen las dietas milagro, los suplementos increíbles y el "ponte en forma con 4 minutos al día".
La industria del fitness se aprovecha de tus esperanzas
En el fitness, dar al cliente lo que quiere ha creado una industria secuestrada por medio-verdades o incluso mentiras descaradas. Si el cliente (osea tú) reclamas programas de entrenamiento "mágicos", dietas y suplementos con resultados rápidos y fáciles... Pues eso es lo que la industria te va a dar.
Como el cliente no es profesional (ni estás obligado a serlo) es fácil que confíe en la cara famosa de turno, el último estudio (no muy fiable) o al gurú que tiene la rutina de entrenamiento definitiva. Fórmulas engañosas y excesivamente simplificadas para el éxito.
Fitness con ética
Un cliente deben ser tratados de manera justa, ética y responsable. Y no ser alimentados con mentiras convenientes solo por tener más ganancias, más comisiones o más ventas de tu programa de entrenamiento milagro.
Esto significa dar al cliente lo que necesita (aunque no le guste lo que le das). En lugar de lo que quiere (Un camino corto y rápido al cuerpo que siempre ha querido).
Esto es lo que tú, como cliente de fitness, mereces y necesitas:
Ser tratado con respeto y con honestidad
Que tus necesidades sean atendidas y comprendidas
Sentirte bien contigo mismo
Estar en un ambiente seguro.
Busca lo que necesitas y no lo que te gustaría
En última instancia, un médico competente sólo se preocupa por la salud de sus pacientes y, de manera similar, un profesional de acondicionamiento físico se debería preocupar en primer lugar por la condición física y el bienestar de sus clientes.
Es el trabajo de un médico prescribir y el trabajo de un entrenador de fitness entrenar. Los resultados son importantes. Las preferencias no tanto.
Mi consejo es que te quedes con el que te da lo que necesitas y te olvides del que te vende lo que te gustaría que fuera.
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