Les prometía en el audio anterior, mencionado ya en otros previos, la exigencia de resolver la querella entre los historiadores Américo Castro (que habría inspirado la visión de Cela sobre el ser real español) y Claudio Sánchez Albornoz. Dirimir la cuestión presenta una enorme trascendencia de cara a conocer las claves de nuestra psicología colectiva, pues de cuándo se origine la idea de España y con ella de lo español, como hemos intentado demostrar en los capítulos monográficos ya elaborados de este canal (sobre nuestro pesimismo, pereza, falta de identificación o aversión, idealismo), dependerá a la postre una distinta explicación a cada uno de sus caracteres.
Por tanto, al efecto, quisiera aportarles la conferencia ofrecida por el Prof. A. Morales Moya, el 4 de mayo de 2010, en el seno de la Fundación Juan March: "¿De dónde venimos? La valoración de los cristianos, musulmanes y judíos".
La conferencia se presentó de la siguiente manera:
"Dos figuras egregias de la cultura española, traumatizadas por la guerra civil, Américo Castro –'La realidad histórica de España' (1954), precedida por 'España en su historia. Cristianos, moros y judíos' (1948)- y Claudio Sánchez Albornoz –'España, un enigma histórico' (1956)- formularon su interpretación de la Historia de España, fundando en la existencia de un carácter nacional la causa de la inadaptación de España al mundo moderno. Estas obras fundadas en una inmensa erudición, basadas en fuentes distintas, literarias y documentales, que hoy vemos como complementarias, despertaron la polémica quizás más importante de nuestra historia historiográfica moderna, en la que intervinieron también, más o menos directamente, otros historiadores y filólogos –Menéndez Pidal, Leo Spitzer, Marcel Bataillon, Lapesa, Dámaso Alonso, Lida de Malkiel, García Gómez, Goméz-Martínez quien ha dado cumplida cuenta de la controversia… En su momento, Vicens Vives consideró la polémica fructífera, sobre todo, insistió en si para resolverla se suprimen tópicos y frases hechas y se plantean los factores básicos de la historia peninsular: hombres, miseria y hambre, epidemia y muerte, propiedad territorial, relaciones de señor a vasallo, de funcionario a administrado, de monarca a súbdito…., factores no muy distintos de los que han experimentado los países mediterráneos vecinos. Dudaba el historiador catalán que España fuera así un 'enigma histórico' o 'un vivir desviviéndose'. Demasiada angustia unamuniana, concluía, para una comunidad mediterránea, con problemas concretos y epocales: 'los de procurar un modesto pero digno pasar a treinta millones de habitantes'. Hoy pasamos de cuarenta y seis millones y hace tiempo que su sustento está resuelto. Y sin embargo…viejos problemas reaparecen y es difícil no sentir actualmente las tensiones y la inseguridad que, para Castro, han venido caracterizando nuestra historia.
En cualquier caso, muchas de las aportaciones de Castro y Sánchez Albornoz mantienen su valor sugestivo, como también permanece vigente el intento de construir una visión global de la Historia española y su propósito de contribuir a una España armoniosa".
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