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Comentarios
En los pueblos en los que sólo existe un sacerdote , lo he observado en los jóvenes catequizandos, la verguenza que produce mostrar los pecados en el sacramento de la confesión parece acentuarse y por lo tanto se evita el sacramento. No es que sea la única causa pero también he observado que cuando acude algún sacerdote de fuera para ejercer este sacramento aumentan las confesiones. Sé que es mejor que el sacerdote conozca a la persona a la que atiende pero no sé si sería conveniente , como mal menor, ayudar un poco con unos sacerdotes que se trasladasen de vez en cuando para salvar ese escollo. He conocido catequistas que tranquilamente manifiestan no creer en la confesión oral de los pecados considerándo que es algo "trasnochado". Creo que entre los mejores trabajos que se pueden emprender hoy en día está el de recuperar para la mayoría este sacramento capaz de sanar este mundo.