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Antonio Gramsci [an't?:njo 'gra:m? i] (Ales, Cerdeña, 22 de enero de 1891 - Roma, 27 de abril de 1937) fue un político, pedagogo, filósofo y teórico marxista italiano.
Los Intelectuales [editar]Para Gramsci, todos los hombres son intelectuales, considerando que no hay actividad humana de la cual se pueda excluir de toda intervención intelectual, no se puede separar al homo faber del homo sapiens en cuanto, independientemente de su profesión específica, cada quien es a su modo un filósofo, un artista, un hombre de gusto, participa de una concepción del mundo, tiene una consciente línea moral pero no todos los hombres tienen en la sociedad la función de intelectuales.
Históricamente se forman categorías particulares de intelectuales, especialmente en conexión con los grupos sociales más importantes y sufren elaboraciones más extensas y complejas en conexión con el grupo social dominante. Un grupo social que tiende a la hegemonía lucha por la asimilación y la conquista ideológica de los intelectuales tradicionales... tanto más rápida y eficaz cuanto más el grupo dado elabora simultáneamente los propios intelectuales orgánicos.
El intelectual tradicional es el literato, el filósofo, el artista y por eso, nota Gramsci, los periodistas, que retienen ser literatos, filósofos, artistas retienen también ser los verdaderos intelectuales, mientras modernamente es la formación técnica la que sirve para formar la base del nuevo tipo de intelectuales, un constructor, organizador, persuasor, que debe llegar de la técnica-trabajo a la técnica-ciencia y a la concepción humano-histórica, sin la cual permanece especialista y no se vuelve dirigente. El grupo social emergente, que lucha por conquistar la hegemonía política, tiende a conquistar la propia ideología intelectual tradicional mientras, al mismo tiempo, forma sus propios intelectuales orgánicos.
La organicidad del intelectual se mide con la mayor o menor conexión que mantiene con el grupo social al cual se refiere: ellos operan, tanto en la sociedad civil el conjunto de los organismos privados en los cuales se debaten y se difunden las ideologías necesarias para la adquisición del consenso que aparentemente surge espontáneamente de las grandes masas de la población a las decisiones del grupo social dominante que en la sociedad política o estado, donde se ejercita el dominio directo o de mando que se expresa en el Estado y en el gobierno jurídico. Los intelectuales son algo así como los apostadores del grupo dominante para el ejercicio de las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político.
Como el Estado, en la sociedad política, tiene a unificar a los intelectuales tradicionales, con aquellos orgánicos, así en la sociedad civil y el partido político, todavía más completa y orgánicamente que el Estado, elabora los propios componentes, elementos de un grupo social nacido y desarrollado como económico, hasta convertirlos en intelectuales políticos calificados, dirigentes, organizadores de todas las actividades y las funciones inherentes al desarrollo orgánico de una sociedad integral, civil y política.
Los intelectuales y la educación [editar]Gramsci estudió extensamente el papel de los intelectuales en la sociedad. Afirmó por un lado que todos los hombres son intelectuales, en tanto que todos tenemos facultades intelectuales y racionales, pero al mismo tiempo consideraba que no todos los hombres juegan socialmente el papel de intelectuales. Según Gramsci, los intelectuales modernos no son simplemente escritores, sino directores y organizadores involucrados en las tarea práctica de construir la sociedad.
También distinguía entre la intelligentsia tradicional, que se ve a sí misma (erróneamente) como una clase aparte de la sociedad, y los grupos de pensadores que cada clase social produce 'orgánicamente' de sus propias filas. Dichos intelectuales 'orgánicos' no se limitan a describir la vida social de acuerdo a reglas científicas, sino más bien 'expresan', mediante el lenguaje de la cultura, las experiencias y el sentir que las masas no pueden articular por sí mismas. La necesidad de crear una cultura obrera se relaciona con el llamado de Gramsci por una educación capaz de desarrollar intelectuales obreros, que compartan la pasión de las masas. Su sistema educativo puede ser definido dentro del ámbito de la pedagogía crítica y la educación popular teorizado y practicado más contemporáneamente por el brasileño Paulo Freire.
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