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Comentarios
mae mia, Lola Flores como argumento de autoridad.... ¿que hace Alberto Aparici entre esta panda de catetos?. Me voy a coffee break
Precisamente eso fue lo que me vino a la mente cuando escuché al payaso ese que habló de Lola Flores... Menuda paciencia la de Alberto. Y efectivamente, como dice el amigo anónimo, Aparici participa en fantásticos programas en la radio.
La Brújula de la Ciencia ha muerto (como programa de calidad, en audiencia y esas cosas no entro). Llevaba tiempo boqueando, y la estocada final la ha dado el tertuliano de Lola Flores. Yo maldigo a Onda Cero por ello. Aparici pilló desprevenida a la cadena (que en general hace radiobasura, como todas las españolas mayoritarias) cuando desembarcó hace años, y echó perlas preciosas: las primeras cuatro temporadas son magníficas, lo mejor que se ha hecho nunca en divulgación científica por la radio en España. Múltiples temas de gran interés, tratados con una mezcla magistral de sencillez y profundidad. Comparen con lo que se trata ahora: el tema sensacionalista de la semana, a veces vagamente relacionado con la ciencia, sin apenas enseñanzas científicas dignas de tal nombre. Onda Cero comenzó a rectificar el rumbo cuando introdujo a los basuritertulianos de los debates políticos, y luego con la llegada de David del Cura (con menos interés científico que Alsina y más prisas, con el despreciable record de despachar un tema como las ondículas en 2 minutos) terminó el trabajo. Lo último que quiero es desanimar a Aparici, que no tiene culpa ninguna, y deseo que siga por muchos años ahí trabajando, mientras sigue haciendo programas interesantes en otras partes. Un poco como esos cineastas que alternan una peli de mierda para recaudar, con otra de calidad para expresar su arte. Ni siquiera tendría que lloriquear por aquí para no perturbarle, porque se merece respeto, pero es que a los psicópatas de Onda Cero les resbalan totalmente los comentarios de un don nadie en internet, ni se los leen, y si por error lo hicieran sólo los despreciarían con una sonrisa maquiavélica.
Para aguantar los comentarios de estos tarados Aparici tiene que ser un santo.