Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En ocasiones puede que sí y otras muchas desde luego que no. Los mensajes que nos llegan a través de las imágenes de personas refugiadas y solicitantes de asilo, son como la punta de un iceberg o como un queso de Gruyère, con huecos que han de ser rellenados mediante palabras y con información, haciendo uso del contexto, del conocimiento del mundo, de las otras personas, los otros pueblos y las otras realidades, de las causas; porque si ya de por sí, el mensaje que transmiten las palabras pueden interpretarse de múltiples maneras, una imagen solo, por muchas emociones que nos provoque, se queda ahí, en el plano del impacto generado por algunas imágenes que nos ofrecen los medios de comunicación y para según qué cuestiones, no basta, una imagen solo, no basta. En absoluto es suficiente la buena voluntad emanada de la reacción y la indignación. Eso hay que canalizarlo y estructurarlo.
Nuestro invitado de hoy es un gran profesional, conocido y reconocido en su ámbito de actuación y en su especialidad, pero no por ello es un tecnócrata. Él, en absoluto se centra y limita en cumplir los objetivos que se marcan desde la organización para la que trabaja. Es una persona muy humana, muy accesible y, sobre todo, comprometida social y políticamente con los de su clase. Estoy hablando de Jaume Durà, un abogado que, además de ser amigo, es el Coordinador Territorial del Comité Español de Ayuda a los Refugiados, o sea, CEAR, en el País Valencià.
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