PREÁMBULO
El aviso
Diócesis de Santa Fe, Nuevo México, agosto de 1650
El joven franciscano se enjugó por enésima vez los chorros de sudor que empapaban su frente, al tiempo que humedecía de nuevo su pluma para seguir transcribiendo tan extraño interrogatorio. Frente a él, inexplicablemente ajeno a aquella asfixiante temperatura, permanecía impertérrito Gran Walpi, el nonagenario chamán y cabecilla del Clan de la Niebla de la tribu de los jumanos, arrestado por los soldados de Su Majestad Felipe IV dos semanas antes en su asentamiento de la Gran Quivira.-Tome buena nota de lo que le voy a decir -rugió el anciano en perfecto dialecto tanoan.
-Estoy preparado.
-Está bien, escuche: jamás he violado ninguno de los secretos que me transmitieron mis antepasados.Nunca he trascrito, ni copiado sobre las rocas rojas, las fórmulas que han permitido a los Hombres Sagrados de mi pueblo volar a los territorios del más allá y recibir de los Espíritus Guía la sabiduría necesaria para vencer las dificultades a las que se ha enfrentado la nación Jumana. Ni tampoco pienso hacerlo ahora. Lo único que admito es ser el único de mi estirpe que aún no ha sucumbido a las presiones
que desde hace más de dos décadas vengo sufriendo por parte de los Castillas1 para abnegar de mi don y entregarme a vuestro Dios.
1 Así llamaban los indios del sudoeste de los actuales Estados Unidos a los españoles.
-Y, sin embargo -balbuceó el fraile mientras terminaba de transcribir las palabras del indio-, el resto de su poblado pidió ser bautizado hace tiempo...
-Sí, así es.
El anciano susurró aquella respuesta como si acabaran de arrancársela de las entrañas.
-Pero déjeme contarle algo que quizá no sepa -prosiguió-. Yo soy el primogénito de una estirpe de Hombres Sagrados, instruidos desde la noche de los tiempos en el arte de hablar con los espíritus.Durante generaciones, mi familia ha actuado como intermediaria entre los habitantes del más allá y mi pueblo. Gracias a los hongos sagrados y al son de los tambores mágicos he podido reunirme con antepasados fallecidos hace cientos de lunas, recibiendo de ellos sus enseñanzas o escuchando con mis propios oídos su sabiduría.
También he podido caminar por el sendero que todos recorreremos algún día al morir, y he visto con los ojos del alma la enorme diversidad de seres que pueblan esos territorios. Seres que si decidieran tomar cuerpo físico podrían caminar entre nosotros dos sin que nos apercibiéramos de su naturaleza superior, y que incluso podrían modificar el rumbo de nuestra conversación, o de nuestra vida entera, si ello figurara en sus planes.
El franciscano resopló de impotencia.
-¿Ángeles?
-Los suyos los llaman así.
-Pero ¿no vio usted a la Dama Azul? ¿No le mostró ella cuál era la única fe verdadera? ¿Por qué no se
convirtió como el resto de su pueblo?
-El hermano del manto marrón no entiende nada... -Gran Walpi, el anciano, fijó sus hundidos ojos grises en los del fraile-. La Dama Azul, en efecto, nos visitó y nos trajo las señales que vaticinaban la llegada de los Padres. Pero lo hizo gracias a la ayuda que ella recibió de esos seres de los que le hablo. Y eso nadie lo tuvo en cuenta. Puede creerlo o no, de hecho muchos Castillas con los que he conversado en
este tiempo de arresto dicen que es imposible hablar con ningún ser del más allá en tanto uno viva en su cuerpo de carne y hueso, pero no importa. Yo he visto, he oído y he sentido. Y eso me basta. Comprenda que fue mi padre quien me inició en estas prácticas, y a mi padre fue mi abuelo quien le mostró el camino. Y a éste, su padre, y el padre de su padre. Y aunque es cierto que ninguno de ellos me habló
de la llegada de la Dama Azul, sí me prepararon para recibir visitas como ésa, que podrían cambiar
para siempre el orden que un día instauraron los Espíritus Guía en estas tierras.
Gran Walpi hablaba pausadamente, como si quisiera que el fraile, pese a sus rudimentarios
conocimientos de aquel dialecto indígena, pudiera entender hasta la última de sus palabras.
-No sé si sabe las penas que se dispensan a los practicantes de brujería...
Gran Walpi no reaccionó ante aquella velada amenaza. Es como si supiera que la muerte se lo llevaría pronto, antes incluso de que cayera sobre él el peso de la justicia.
Comentarios
La musicalizacion es innecesaria y molesta
Gracias
lo escucho mAl
me gusta!
Hola! Soy nueva! Cómo puedo buscar más libros que hayas narrado tú? Me encanta como lo haces. Gracias por la ayuda. Besos
Leí este libro hace algún tiempo y me gustó mucho, ahora que lo escucho me agrada aún más. Muchas gracias!
paisano eres un artista
Muchas gracias, ermakysevilla
Este comentario ha sido borrado por el autor del audio.
Leer quizá no me lo hubiera leido, pero que te lo lean y encima una persona y no un Loquendo. Me ha encantado , la historia, la forma de explicarla, con relatos paralelos.En cuanto pueda me compro el libro, (aunque sea para regalarlo, porque ya lo he escuchado). Me ha convencido hasta la manera de presentarlo/compartirlo.