Estamos tan asustados, sí, sinceramente... asustados por lo que está ocurriendo en Ucrania ahora mismo y temiendo que pueda terminar como el rosario de la aurora... que corremos el riesgo de olvidarnos de otro escenario internacional.
Pero no vamos a olvidarnos, no queremos dejar de recordar que hoy hace exactamente un año más de 1.000 personas murieron en Bangladesh al derrumbarse una fábrica textil,... bueno, una fábrica, un edificio inmundo, agrietado, sin permisos, sin condiciones, el Rana Plaza donde se elaboraba ropa para algunas de las principales marcas internacionales. Ropa de esa con la que igual hoy mismo nos hemos vestido muchos de nosotros. Bueno, pues no queremos que se nos pase el recordatorio porque esta tragedia...habría más, seguro....pero ésta en concreto simboliza lo peor, lo más dañino y lo más injusto de eso que llamamos globalización. Porque incluso a toro pasado, hoy, un año después... apenas se ha pagado una tercera parte de las indemnizaciones y eso que las empresas -casi una treintena- que operaban allí acumulan beneficios de 16.000 millones de euros. Las indemnizaciones no llegan a 30... pero les cuesta, les cuesta rascarse el bolsillo.
Y es verdad que aquel desastre sirvió para que el salario mínimo haya aumentado en Bangladesh, ahora es de 49 euros al mes, se han revisado también las condiciones laborales... hombre, alguna cosita se ha hecho, pero otra consecuencia es que grandes firmas como HM ya están anunciando que se van a países del África subsahariana porque ahí los costes serán menores. Y, claro, es todo de una indecencia tan enorme, es una carrera... global... hacia la indignidad tan repugnante que no se nos podía olvidar. Y no lo ha hecho. Algo es algo, al menos que no nos falle la memoria.
Comentarios