La mayoría de nosotros estamos sometidos a una educación que nos dicta que lo correcto es estudiar muy duro, sacar las mejores notas, titularse de una universidad, encontrar 8un trabajo en una empresa de renombre, escalar la pirámide corporativa y al final terminar por jubilarte a tus 65 años cuando tu juventud te haya abandonado con una pensión del 40]% de tu salario y con un exceso de tiempo donde no vas a saber ni qué hacer con él y lo más sencillo sea terminar en una depresión senil, si, es un triste escenario pero es la realidad que nos depara a más de una persona en la actualidad.
Como sabrán yo tengo un trabajo formal en una empresa de renombre como todo un buen godin que siguió el mandamiento educativo de mi generación, aunque mi inquietud me ha llevado a aprender habilidades muy alejadas a la carrera que estudie (yo soy ingeniero y termino por apasionarme el marketing digital y la comunicación), puedo decirles que es triste la situación de muchas personas que he conocido en la oficina que a pesar que odian su trabajo único objetivo es ser el mejor empleado que la empresa pueda tener, esperando que un hueso caiga de los escalones de arriba, claro que se respeta la decisión de cada persona por seguir la trayectoria que le venga mas cómoda en la vida, pero es que veo tanto talento desperdiciado que deprime, y peor aún esas personas saben que en cualquier momento pueden ser despedidas por cualquier situación, porque al final ninguna empleado es indispensable y menos si la empresa no es suya, ósea viven con un miedo terrible de dar un paso en falso, eso no es vida, al menos para mí.
Y como ando medio filósofo permíteme contarte un extracto del libro “Padre Rico, padre pobre” del ya conocido Roberto Kiyosaki.
Si miran la vida de una persona promedio, bien instruida y muy trabajadora, hay un sendero similar. El chico nace, y va al colegio. Los orgullosos padres están entusiasmados porque el niño se destaca, logra calificaciones superiores al promedio, e ingresa a la universidad. Se gradúa, puede ser que curse un postgrado, y luego hace todo tal como fuera programado: busca un empleo o una carrera protegida y segura. El chico encuentra ese trabajo quizás como doctor, abogado, o miembro de las Fuerzas Armadas o del gobierno. Generalmente, comienza a ganar dinero, empiezan a llegarle tarjetas de crédito en masa, y comienzan las compras, si no empezaron ya.
Teniendo dinero para quemar, frecuenta lugares donde se contacta con otros jóvenes como él; y ellos conocen gente, hacen citas, y a veces se casan. Entonces, la vida resulta maravillosa porque, ahora, tanto el hombre como la mujer trabajan. Dos ingresos son una dicha. Se sienten exitosos, su futuro es brillante, y deciden comprar una casa, un automóvil, un aparato de televisión, tomar vacaciones y tener hijos. Llega el feliz “paquetito”. La demanda de efectivo se hace enorme. La feliz pareja decide que sus carreras tienen vital importancia, y empiezan a trabajar más arduamente, tratando de obtener ascensos y aumentos. Los aumentos llegan, como así también otro hijo, y la necesidad de una casa más grande. Trabajan intensamente, se convierten en mejores empleados, con mayor dedicación. Vuelven a la universidad para lograr capacidades más especializadas para poder ganar más dinero. Quizás busquen un segundo empleo.
Sus ingresos aumentan, pero también aumentan la categoría impositiva que les corresponde, los impuestos inmobiliarios sobre la extensa casa nueva, sus aportes a Seguridad Social, y todos los demás impuestos. Al recibir el abultado cheque de su salario mensual, se preguntan dónde fue a parar todo ese dinero. Invierten en algún fondo común, y compran los artículos de primera necesidad con sus tarjetas de crédito.
Los niños llegan a la edad de 5 ó 6 años, y se incrementa la necesidad de ahorrar para pagar los estudios, como así también para su jubilación.
Esa pareja feliz, nacida alrededor de 35 años atrás, se encuentra ahora atrapada en la “Carrera de ratas” por el resto de su vida laboral. Ellos trabajan para los dueños de sus compañías; para el gobierno, pagando sus impuestos; y para los bancos, al pagar las cuotas de su hipoteca y de sus tarjetas de crédito.
Entonces, les aconsejan a sus propios hijos que “estudien intensamente, obtengan altas calificaciones, y busquen un trabajo o carrera seguros”. No aprendieron nada acerca del dinero, excepto de aquellos que sacan provecho de su inocencia; y entonces continúan trabajando arduamente por el resto de sus vidas. El proceso se repite durante otra generación de esforzados trabajadores. Esta es la “carrera de ratas”.
Con la anterior cita quiero dar a entender que muchos empleados estamos en esa carrera de la rata, pero existen algunas personas que a pesar que son Godinez de 9am a 6pm con sus trabajos de oficina, al mismo tiempo están emprendiendo en paralelo, y hoy dedicamos este capítulo a todos aquellos que somos Godínez y emprendedores al mismo tiempo, porque aún no ha llegado el momento de quemar la naves y abandonar nuestro empleo por seguir sin miedo esa idea de emprendimiento, que en algún momento tendremos que dar ese salto y abandonar a nuestro jefe para convertirnos en nuestro propio mandamás, pero por diferentes motivos, económicos o personales o de cualquier tipo, aun debemos conservar nuestro trabajo de oficina y a la vez ser muy ingenioso con nuestro tiempo libre para dedicarlo a nuestro camino como emprendedor. Para todas aquellas personas que nos desvelamos o levantamos más temprano por darle a propio hay te van algunos tips para ser más productivo con tu vida de emprendedor-godin.
Vayamos primero a lo técnico, antes que nada acostúmbrate a usar las nubes, uno nunca sabe con qué adversidades o en que escenarios nos vamos a encontrar y no podremos llevar nuestra siempre confiable laptop, por eso es importante usar servicios como Dropbox o MediaFire, que nos permite utilizar de forma gratuita algunos GB de almacenamiento en una nube, además la aplicaciones para móviles de esta dos plataformas ofrecen ciertas bondades como compartir tus archivos por correo electrónico o WhatsApp a tus colaboradores o clientes.
Otro aspecto a tener muy en cuenta es hacer networking, pero como estamos encerrados en un cubículo de 2X2 metros es difícil encontrar nuevos colaboradores o clientes en nuestra oficina, entonces no nos queda otra que desfronterizarnos y aventarnos a las redes sociales, pero que pasa si nuestros perfiles en Facebook, LinkedIn, G+ o cualquier otra red son un lio, pues aquí entra Buffer que es una app muy molona que nos va a apoyar a programar todas nuestras publicaciones además de darle seguimiento al impacto de nuestros comentarios o post con las herramientas de métricas que nos da Buffer. Indispensable para todo aquel que quiera evitarse las distracciones de memes y cositas chistosas que nos provoca el efecto de “solo las veo un ratito y ya me pongo a trabajar”.
Como sé que eres de esas personas que se la pueden pasar horas buscando información de tu negocio, pues así somos la gran mayoría de emprendedores, es aquí donde entra las alertas de Google, ya te había platicado de ellas en capítulos anteriores, pero para refrescar conocimientos, puedes colocar en el campo de búsqueda de Google, “Alertas de Google” y accederás a una funcionalidad muy útil que te permite que el mismo Google recopile la información que te interesa sobre tu negocio y enviártela a tu correo, es como tener una secretaria pero más eficiente, este tip seguro te ahorra un montón de tiempo de estar buscando en internet.
Pero como no todo es tecnología también hay algunos consejos para acerté más productivo en tu tarea como emprendedor y el primero de ellos consiste en definir horarios, está bien que este el dicho “la noche es larga y el café barato” pero si no delimitas las horas de sueño el tiempo te cobrara factura y terminaras por demasiado cansado para seguir emprendiendo, sobre este punto es buena idea precisar que tiempo debes dar a la familia y a ti mismo, y me sigo sobre el renglón, no debes descuidar los momentos que dedicas a tus seres queridos y a ti mismo, recuerda el refrán de “trabajar para vivir no vivir para trabajar”, como emprendedor estoy consciente que nosotros no podemos ofrecer cantidad pero si calidad de tiempo a los que nos rodean. Muy de la mano con lo anterior te comento que debes prestar atención a tu cuerpo, ejercítate, sobran estudios serios que demuestran los beneficios para la mente el mantener una rutina de ejercicio de al menos 5 días a la semana, échate el reto all-bran o sigue los consejos de tus amiguitos animales del cereal que quieras, pero cuida tu alimentación y tu cuerpo, sin salud no hay nada, Dios, me escuche como mi madre.
Empieza a escribe y si no puedes escribir graba lo importante, en el transcurso del día nos pasan tantas cosas que muchas de ellas se nos van a escapar, uno nunca sabe si la idea que tenemos al estar en el trono por tercera vez gracias a que estamos siguiendo el reto all bran, en realidad esa sea la idea que va a revolucionar el mundo, por cierto, trono es la manera elegante de decir baño en mi país, México, y bueno, si no tienes papel y lápiz a la mano podemos olvidar todo menos el celular y con el avance de la tecnología no me vas a venir a decir que tu teléfono no tienen grabador de notas de voz, o cámara para grabar.
Y como último tip, delega y agenda. Lamentablemente no podemos ser todólogos y menos cuando somos emprendedores-Godinez, por ese motivo necesitaremos ayuda, hay muchas páginas de internet como fiver, o brickworkindia, donde podremos delegar algunas tareas que por tiempo o dar prioridad a otras cosas no podemos hacer nosotros, además a cada labor por hacer hay que darle un tiempo, entonces baja alguna aplicación de agenda para tu teléfono y comienza a hacer la lista de pendientes para cada día, ya si eres muy hípster pues ir a la forma tradicional de papel y lápiz no nos vendría mal.
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