EL LIBRO DE LA MUJER
Sobre el poder de lo femenino
OSHO
Capítulo 3
El movimiento de liberación de la mujer
¿Qué consideras la mayor necesidad de la mujer contemporánea?
A CAUSA de que la mujer ha sido dominada, torturada y reducida
a un cero a la izquierda, se ha vuelto fea. Cuando no se permite que tu
naturaleza siga sus necesidades internas, se vuelve amarga, se
envenena; se queda como lisiada, paralizada, se pervierte. La mujer que
podemos encontrar en el mundo no es tampoco una mujer verdadera,
porque la han corrompido durante siglos. Y cuando se corrompe a la
mujer, el hombre tampoco puede permanecer natural, porque, después de
todo, el hombre nace de la mujer. Si ella no es natural, sus hijos no serán
naturales. Si ella no es natural -ella va a cuidar al hijo o hija-,naturalmente esos niños serán afectados por su madre.
La mujer necesita ciertamente una gran liberación, pero lo que está
sucediendo en nombre de la liberación es estúpido. Es imitación, no es liberación.
Aquí conmigo hay muchas mujeres que han estado en el movimiento de
liberación, y cuando llegan aquí por vez primera son muy agresivas. Y
puedo comprender su agresividad: siglos y siglos de dominación las han
vuelto violentas. Es una simple venganza. Han perdido la cordura, y el
único responsable es el hombre. Pero poco a poco, lentamente, se van
suavizando, adquieren gracia; su agresividad desaparece. Se vuelven, por primera vez, femeninas.
La liberación real hará que la mujer sea auténticamente una
mujer, no una imitación del hombre. Ahora mismo, eso es lo que
está sucediendo: las mujeres están intentando ser iguales que los
hombres. Si los hombres fuman cigarrillos, entonces la mujer tiene que fumar cigarrillos. Si ellos llevan pantalones, entonces la
mujer tiene que llevar pantalones. Si ellos hacen ciertas cosas, entonces la mujer tiene que hacerlas. Ella se está volviendo simplemente un hombre de segunda categoría.
Esto no es liberación, esto es una esclavitud mucho más profunda,
mucho más profunda porque la primera esclavitud se la impusieron
los hombres. Esta segunda esclavitud es más profunda porque la
han creado las mujeres mismas. Y cuando otra persona te impone
una esclavitud, puedes rebelarte contra ella, pero si tú mismo te
impones una esclavitud en nombre de la liberación, no hay nunca
una posibilidad de rebelión.
Me gustaría que la mujer se volviera realmente una mujer, porque
es mucho lo que depende de ella. Ella es mucho más importante
que el hombre, porque ella lleva en sus entrañas tanto a la mujer
como al hombre. Ella da a luz a ambos, al niño y a la niña; ella
nutre a ambos. Si ella está envenenada, entonces su leche está
envenenada, entonces su manera de criar a los hijos está envenenada.
Si la mujer no es libre para ser realmente una mujer, el hombre
nunca será libre para ser realmente un hombre tampoco. La
libertad de la mujer es una condición indispensable para la libertad del hombre; es más fundamental que la libertad del hombre.
Y si la mujer es una esclava -como lo ha sido durante siglos-, ella
hará que también el hombre sea un esclavo de maneras muy
sutiles; las maneras de la mujer son sutiles. Ella no luchará
directamente; su lucha será indirecta, será femenina. Ella llorará
y gemirá. No te golpeará, se golpeará a sí misma, y al golpearse a
sí misma, al llorar y gemir, incluso el más fuerte de los hombres
acaba siendo dominado por su mujer. Una mujer muy delgada y
débil puede dominar a un hombre muy fuerte... La mujer
necesita una libertad total, para que también pueda darlibertad al hombre.
Esto es algo fundamental que hay que recordar: si esclavizas a
alguien, al final te verás reducido a la esclavitud; no puedes permanecer libre. Si quieres permanecer libre, da libertad a los demás;
ésa es la única manera de ser libre.
¿Estás en contra del movimiento de liberación de la
mujer?
El movimiento de liberación es feo, y ya sé que la responsabilidad
recae en los chovinistas masculinos, los machistas. Ellos han
venido haciendo tanto daño a las mujeres a lo largo de los siglos
que ahora la mujer quiere vengarse. Pero siempre que empiezas a
tomar venganza te vuelves destructivo. Resulta inútil seguir dando
atención a heridas pasadas. Resulta inútil vengarse a causa del pasado. Hay que aprender a perdonar y olvidar. Sí, lo pasado estuvo
muy mal, esto está aceptado. Lo que se ha hecho a las mujeres a lo
largo de los siglos ha sido absolutamente erróneo. El hombre
ha reducido a las mujeres a la categoría de esclavas; más aún, las ha
reducido a la categoría de cosas, de posesiones. Pero ¿para qué sirve tomar venganza? Entonces te conviertes en la perseguidora y
el hombre en el perseguido. Entonces otro tipo de chovinismo
comienza a tomar forma y cuerpo. Entonces surge la mujer chovinista, y esto no va a arreglar las cosas. Entonces la mujer empezará
a hacer daño a los hombres, y tarde o temprano éstos se vengarán.
¿Dónde va a parar esto? Es un círculo vicioso.
Y tengo la sensación de que en vez de que lo paren los hombres,
es mucho más fácil que lo paren las mujeres, que sean ellas las
que se salgan del círculo vicioso, porque ellas son más amorosas,
más compasivas. El hombre es más agresivo, más violento. No
tengo mucha esperanza en los hombres, pero espero mucho de las
mujeres. Por eso no estoy a favor de la actitud y el enfoque agresivo del movimiento de liberación de la mujer... Los problemas de
la vida pueden resolverse con amor, no se pueden resolver con unenfoque violento.
El hombre y la mujer son mundos diferentes; por eso es difícil que
se comprendan mutuamente. Y el pasado ha estado lleno de
malentendidos, pero esto no tiene que continuar así necesariamente en el futuro. NOSOTROS podemos aprender una lección del
pasado, y la única lección es que el hombre y la mujer tienen que
volverse más comprensivos uno respecto al otro y aceptar mejor
sus diferencias. Estas diferencias son valiosas, no es necesario que
generen ningún conflicto; de hecho, son las causas de la atracción entre ellos.
Si todas las diferencias entre los hombres y las mujeres desaparecieran, si ambos tuvieran el mismo tipo de psicología, también
desaparecería el amor, porque ya no existiría la polaridad. El hombre y la mujer son como los polos negativo y positivo de la electricidad: se atraen entre sí magnéticamente. Son polos opuestos; por
eso el conflicto es natural. Pero mediante la comprensión, mediante la compasión, mediante el amor, mirando el mundo del otro
y tratando de adoptar una actitud favorable hacia él, todos los problemas se pueden resolver. No hay necesidad de crear más conflicto, ya basta.
El hombre necesita la liberación tanto como la mujer. Ambos
necesitan la liberación, liberación respecto a la mente. Deberían cooperar mutuamente y ayudar al otro a que se libere de la mente. Ese será un verdadero movimiento de liberación.
¿Crees que sólo las mujeres son las responsables del
movimiento de liberación?
El movimiento de liberación que está sucediendo en el mundo es
un fenómeno creado por el hombre, una creación masculina.
Esto os sorprenderá, que sea, de nuevo, una conspiración masculina. Ahora el hombre quiere librarse de las mujeres. No quiere
tener ninguna responsabilidad. Quiere disfrutar de las mujeres, pero
sólo para divertirse. No quiere tomar todas las demás responsabilidades que esto trae consigo.
Ahora bien, se trata de una conspiración sutil. El hombre está
tratando de persuadir a las mujeres de todo el mundo de que
la mujer tiene que volverse independiente. Es un truco sutil. Y la
mente masculina es astuta, y la mente masculina está ganando. Y ahora muchas mujeres han sido envenenadas con esta idea.
¿Lo sabéis? Las primeras personas que empezaron a hablar de la
igualdad entre el hombre y la mujer fueron hombres, no mujeres.
Las primeras personas que empezaron a hablar de ello, que deberían tener la misma libertad, fueron hombres, no mujeres. La semilla proviene de la mente masculina. Y siempre ha sido así.
Cuando el hombre se da cuenta de lo que le conviene, se las arregla para que suceda. Su astucia es muy sutil. Y a veces se las
arregla de tal manera que la mujer piensa que ella lo está haciendo por sí misma.
En el pasado también ha sido así. En el pasado el hombre ha
persuadido a las mujeres de que ellas son seres puros, ángeles. El
hombre es sucio, los chicos son traviesos, ¿y la mujer? Ella es divina. El hombre ha puesto a la mujer sobre un alto pedestal; ese fue
su truco para controlar a la mujer. El hombre la ha adorado, y mediante la adoración la ha controlado. Y, naturalmente, cuando la
mujer estaba en el pedestal pensaba que era divina, ella no podía
hacer esas cosas que hacen los hombres, no podía, porque iba contra el ego de la mujer. Ese elevado pedestal satisfacía mucho a su
ego. Ella era la madre, era divina; ella tenía más cualidades divinas
que el hombre. El hombre es feo, inmoral, y todo eso. Al hombre
hay que perdonarle. De esta forma, el hombre ha seguido haciendo lo que quería a lo
largo de los siglos. Y la mujer estaba en una posición elevada. Pero
esto era un truco; convencía al ego de la mujer. Y una vez que tu ego está convencido, te han capturado. Ya no puedes cambiar de postura. Pedir la igualdad sería una especie de caída, tendrías que
descender para ser igual. Era una estrategia, y la mujer cayó en
ella. Permaneció pura, permaneció virgen hasta el matrimonio.
En Occidente, el hombre ha persuadido a las mujeres: «Ahora
tenéis que ser libres, tenéis que ser iguales.» Como ahora las
cosas han cambiado, los tiempos han cambiado, al hombre le
gustaría disfrutar de más mujeres que sólo de su esposa. Ahora él
quiere una libertad absoluta. Y la única manera de tener una libertad absoluta es dar una libertad absoluta a la mujer. Y la ha
convencido de nuevo. Y ahora las mujeres que protestan y las del
movimiento de liberación van gritando con toda su alma por la libertad y la igualdad. Y no saben que están de nuevo bajo el
mismo control: de nuevo, el hombre las está persuadiendo. Ahora el
hombre quiere usarlas y tirarlas, sin que ello entrañe ninguna responsabilidad.
Si examinas con profundidad todo el asunto, te sorprenderá. La
mente masculina es una mente astuta. La mujer es más inocente;
ella no puede ser tan estratégica, tan política. Ella siempre ha creído al hombre. Y te sorprenderá darte cuenta: ¡estas mujeres del
movimiento de liberación de nuevo están creyéndole al hombre!
Nada ha cambiado. Ahora, esto es lo que le conviene al hombre,
que la mujer sea libre y no pida ningún tipo de compromiso. Él no
quiere comprometerse, él quiere tener toda la libertad. Él no quiere tomar la responsabilidad por tus hijos. Él no quiere vivir
contigo para siempre, quiere cambiar de mujer cada día.
Pero ahora, de nuevo, el hombre está creando bellas palabras: hay
que vivir sin compromisos; hay que vivir sin ataduras; no hay que
ser posesivos, no hay que ser celosos. Ahora, una vez más, el
hombre está creando bellas filosofías. Ya lo había hecho antes, y
también entonces las mujeres fueron engañadas, y van a ser engañadas de nuevo. Las mujeres confían. La confianza les resulta fácil;
el amor les resulta más fácil que la lógica. Y están muy involucradas con lo inmediato. El hombre piensa siempre en términos de
estrategia, táctica, qué sucederá, cómo sucederá, él piensa en el futuro, él planea el futuro...
El ambiente ahora es que la mujer tiene que ser igual al hombre. A
ella ya no tiene que interesarle el hogar, la familia, los hijos, la
maternidad. Tiene que interesarse por la poesía, la literatura, la
pintura, la ciencia, la tecnología, esto y aquello. Ahora se reúnen
grupos de mujeres por todo el mundo para concienciarse. Y todas
sus sesiones de concienciación consisten en una sola cosa: que tienen que destruir algo profundo en su femineidad. Sólo entonces pueden competir con los hombres.
Ellas son suaves, naturalmente suaves. No pueden competir con
los hombres. Si quieren competir con los hombres tendrán que
volverse duras. Y así, cada vez que te encuentras con una mujer
del movimiento de liberación puedes ver que su cara ha perdido
suavidad. Es muy difícil llamar «nena» a una de estas mujeres,
muy difícil. Y, además, ella se enfadará, no le gustará. ¿Por qué «nena»?, ella es igual a ti. Surge la dureza.
Cualquier tipo de lucha produce dureza. Y puede que intentes que
no te interese el hogar, porque si te interesas por el hogar no
puedes competir en el mundo. Si te interesas por los niños no puedes competir en el mundo; todo eso se convierte en una distracción. Y si quieres competir en el mundo y probar que eres tan fuerte
como los hombres, de alguna forma tienes que volverte más como los hombres.
Y esto será una pérdida. Esto es una pérdida, porque la única
esperanza para la humanidad es la suavidad de la mujer, no la
dureza del hombre. Hemos sufrido ya suficiente a causa de la dureza del hombre. Lo que se necesita es que el hombre se haga
más como la mujer, en vez de que la mujer se haga más como el hombre.
Las mujeres están yendo en contra de sí mismas, intentando
arreglárselas a toda costa. Pero eso no es natural. Lo natural es el
útero de la mujer, ese útero anhela un bebé, ese útero anhela un
hogar. El hogar es el útero visible que hay fuera de la mujer, es una proyección del útero interno.
Cuando a la mujer ya no le interesa el hogar, ya no le interesa su
útero. Pero el útero sigue ahí. Y los hombres y las mujeres no
son iguales, porque al hombre le falta ese útero. ¿Cómo van a
ser iguales? No digo que estén a niveles diferentes, pero sí digo
que no son iguales. Son tan diferentes, ¿cómo van a ser iguales?
Son polos opuestos. Son tan diferentes que no pueden ser comparados en términos de igualdad o desigualdad. Una mujer es
una mujer, un hombre es un hombre. Y deberían seguir siendo
hombre y mujer. A la mujer debería seguir interesándole el hogar,
porque cuando deje de interesarle el hogar le dejará de interesar el
útero, el hijo. Y entonces naturalmente se volverá lesbiana.
Mi propio entendimiento es que el hombre tiene que volverse un poco más femenino. Ha ido demasiado lejos en lo de hacerse un hombre, ha
perdido cualquier vestigio de humanidad. No lo sigas, no compitas con él, de otra forma entrarás en el mismo bache, en la misma rutina.
Te volverás belicosa.
Y las mujeres del movimiento de liberación gritando y voceando y protestando por las calles son algo simplemente feo. Están mostrando los peores rasgos de la mente masculina.
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