Segunda mesa de las jornadas sobre E. P Thompson organizadas por la Fundación de Investigaciones Marxistas (FIM) y la Fundación 1º de Mayo. Intervienen: Ángeles Barrio ( Univ. Cantabria) y Albert García Balañá (Univ. Pompeu Fabra)
"Si no estás obnubilado por la Champions y andas por aquí vamos a intentar no defraudarte. Marx no fue el descubridor de las clases pero puso a éstas y a su lucha en el centro de su esquema: un modelo macro de dos clases principales en conflicto. Hasta ahí está claro pero, ¿qué ocurre cuando descendemos al nivel micro?; nuestro vecino, el tendero, que trabaja de sol a sol siete días, ¿es un malvado burgués?; y el director de marketing del BBVA ¿es un proletario?. Y aún más, ¿es lo mismo la estratificación y la estructura de clase o el análisis de clases?¿cómo se convierte la ‘clase en si’ en ‘clase para si’?.
No es sencillo el tema pero aún se complica más, si dentro de una misma tradición de pensamiento surgen interpretaciones y aproximaciones dispares. Hemos recuperado un trabajo de Ellen Meiksins Wood sobre la cuestión en la obra de Thompson y que responde a los interrogantes planteados…
E.P. Thompson ha partido siempre, en sus trabajos, de la premisa de que la teoría tiene implicaciones para la práctica. La definición de clase con que inicia su innovador estudio, La formación histórica de la clase obrera, con su énfasis en la clase como proceso activo y como relación histórica, sin duda fue formulada para reivindicar a la clase frente a los científicos sociales e historiadores que niegan su existencia; pero también pretendía contrarrestar tanto las tradiciones intelectuales como las prácticas políticas que suprimen la actuación humana y en particular niegan la autoactividad de la clase trabajadora en la construcción de la historia. Al situar la lucha de clases en el centro de la teoría y la práctica, Thompson pretendía rescatar la “historia desde abajo” no sólo como empresa intelectual sino como proyecto político, tanto contra las opresiones de la dominación de clase cuanto contra el programa de “socialismo desde arriba“, en sus diversas encarnaciones desde el fabianismo hasta el stalinismo.2
Sus recientes ataques contra el marxismo althusseriano se dirigían igualmente contra lo que él ve como sus deformaciones teóricas y contra la práctica política que halla inscrita en ellas.
Los críticos de Thompson han pagado con la misma moneda. En su concepto de clase, y el proyecto histórico basado en el mismo, han hallado a menudo una unidad de teoría y práctica en la que un “socialismo populista” romántico se basa en un fundamento teórico ?o más bien, a-teórico? de “empiricismo indiscriminado“,3 “subjetivismo” y “voluntarismo“. Lo que sigue es un intento por evaluar estas afirmaciones explorando la teoría de la clase de Thompson, identificando los objetivos a los que tiende y, finalmente, interpretando el mensaje político que contiene. El objetivo es decir algo acerca de Thompson en particular, pero también, en el proceso, plantear algunas cuestiones más generales sobre los debates actuales en la teoría marxista y acerca de las opciones políticas implícitas en ellas.
El caso en contra de la concepción de la clase de Thompson ha sido expresado recientemente de forma más especialmente efectiva por Stuart Hall:
Si la conciencia de clase es en sí misma un proceso histórico, y no puede derivar simplemente de la posición económica de los agentes de clase (un marxismo realmente no-reductivo), entonces todo el problema de la política marxista queda atrapado en las conexiones, relacionadas pero no necesariamente correspondientes, entre la clase-en-símisma y la clase-para-sí-misma. El fundir a ambas en la categoría global de “experiencia” equivale a implicar ?no obstante todas las complejidades de cualquier análisis particular? que “la clase” está siempre realmente en su sitio, a la mano, y que puede ser convocada “para el socialismo”. Algo muy parecido a esto es lo que se encuentra, por ejemplo, en la noción de “historia del pueblo” del History Workshop; como si simplemente el relatar la historia de las opresiones y luchas pasadas fuese suficiente para hallar la promesa del socialismo ya presente, plenamente constituida, nada más aguardando a “pronunciarse”. A menudo, se implica también en las elocuentes invocaciones de Thompson a las tradiciones de los “ingleses nacidos libres” y del “pueblo común”, que viven en la tradición popular con sólo que puedan librarse de sus constituyentes burgueses. Pero todo el historial del socialismo, incluso y especialmente en el momento presente, va contra este “populismo” excesivamente simple. Una teoría marxista no reductiva debe significar el hacer frente a todo lo que se implica al decir que el socialismo tiene que ser construido mediante una práctica política real, no simplemente “redescubierto” en una reflexión histórica recuperativa.4
Aquí, en una declaración concisa y relativamente comprensiva, se resumen las críticas más importantes (aunque no, como ya veremos, necesariamente consecuentes entre sí) que a menudo se hacen a Thompson. Es especialmente importante plantear el argumento en la forma aquí elaborada por Stuart Hall porque éste ataca el problema precisamente en el punto crucial: las consecuencias prácticas y políticas inmediatas de la posición teórica de Thompson."
https://kmarx.wordpress.com/2016/05/05/el-concepto-de-clase-en-e-p-thompson/
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