Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
HACER EL BIEN NO NOS DEBE CANSAR NI ESTORBAR PARA NADA. Nosotros mismos somos los que nos flagelamos con la ira, con la soberbia, con la vanidad y por consiguiente, con el propio sufrimiento, a medida que nos dejemos atrapar por cualquier forma de materia en la que provisionalmente estamos. ¿Quien afirma que hemos salido ya de la época de los inquisidores, si también es algo que se pretende perpetuar?; ya con otra mecánica, con otro ardid, pero se continua en formas inquisidoras. Es por medio de la reconciliación interior como podremos pagar las deudas que por comportamientos y pensamientos impuros hemos contraído. Debemos aprender a reformarnos con misericordia, con justicia, pero no con venganza; con Amor y no con ira; con la exigencia de nuestro sacrificio y propia privación; aprender a reformarnos con nuestra abstinencia a tanto germen de provocación que aquí en la materia encontramos, desde ahí afuera. Esa inmolación que nos hacemos contra todo lo que implique las costumbres y usanzas de ésta vida, supondrá una salvación espiritual verdadera, de superación y elevación tan considerable que no podemos determinar aquí con palabras