Reflexión:
Comenzamos la reflexión de La Liturgia del día de hoy, poniéndonos en El Nombre del Padre, etc…
Queridos hermanos y hermanas:
La obstinación por el poder y la falta de fe, hace que el hombre sucumba a lo más degradante que pueda hacer, en el caso de Jeroboán, la necedad invade más aún su alma, porque habiendo él sido quien derrocara al rey Salomón a causa de la infidelidad de éste a Yavéh; el mismo Jeroboán no aprende la lección y por el temor de ser muerto por Roboán, edifica ídolos, los nombra dioses y los adora, y los manda a adorar, instituye fiestas, ordena sacerdotes que no eran de los hijos de Leví. (cf. Nm 1, 48-53). Esto es lo mismo que ocurre con los protestantes, que buscan una alternativa al querer de Dios, primero apartándose de lo que Dios quiere y luego haciendo cuanto ellos quieren: Interpretar Las Sagradas Escrituras a su antojo, pero más soberbio y obstinado es la actual realidad que viven otras iglesias protestantes: Ordenan sacerdotes mujeres, sacerdotes gays, y obispos gays, y lo peor de todo: los casan en “pseudo matirmonio”. Lo mismo ocurre con nosotros cuando queremos descartar los mandamientos de Dios y hacer lo que mejor nos parece con la finalidad de ganar nuestros propios intereses ¿Qué no tenemos vergüenza de ponernos por encima de Dios? ¿Qué no somos conscientes lo enanos que somos ante Dios? Fijémonos bien en nosotros mismos hermanos y hermanas: ¡somos una insignificancia comparados ante Dios, nosotros minúsculos y Dios Todopoderoso, nosotros limitados y Dios Ilimitado, nosotros finitos y Dios Infinito, etc. Dios nos creó y creó todo el cosmos y nosotros no creamos nada, solo fabricamos…! tamaña diferencia.
Debemos, pues, hermanos y hermanas, saber tomar nuestros lugares, saber dónde nos corresponde estar, pues, estamos en este mundo para que a Dios, lo obedezcamos, lo amemos y lo adoremos. Porque Dios en todo tiempo y en todo lugar, se hace cercano del hombre: le llama y le ayuda a buscarle, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, Sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de Su Vida bienaventurada. (CIC 1).
Hermanos y hermanas, por ello, cayendo en la cuenta de quienes somos, nos atrevemos a decir con dolor de corazón lo que nos dice el salmo de hoy: «Hemos pecado con nuestros padres, / hemos cometido maldades e iniquidades.» Es la primera instancia, el hombre se reconoce pecador y busca el perdón de Dios, pues, sin arrepentimiento no hay perdón, porque no hay conciencia, por ello añade: «Nuestros padres en Egipto / no comprendieron tus maravillas.» Porque por ello pecaron, por no dar en la cuenta de las maravillas que Dios ha hecho por nosotros, en primera instancia: Nos ha creado. Éramos la nada absoluta y por pura misericordia de Dios nos creó estamos vivos. ¿No es eso suficiente?
Más aún, Dios nos creó, el hombre peca y Dios le da la salvación. Envía a Su Hijo Jesucristo nuestro Señor, y da el alimento de Vida Eterna: La Santa Eucaristía, que meditando la multiplicación de los panes en El Sagrado Evangelio del día de hoy, vemos «la representación anticipada de la sobreabundancia de Este Único Pan de Su Eucaristía (CIC 1335)» Eucaristía que viene del griego eujaristesas y que significa acción de gracias. Es pues, la multiplicación de los panes la previa a La Eucaristía, que Es prenda de salvación.
En la multiplicación de los panes existen varios factores a saber:
1. La gente tiene hambre. Pues tienen no solo hambre de pan, sino, también hambre de Dios.
2. Están en el desierto. Es decir, no tienen a Dios y están como salidos de Egipto.
3. Le dan panes y peces. El pan que es la representación anticipada de La Eucaristía, y los peces que es el símbolo de los apóstoles pescadores, del pescado que Cristo Resucitado comió con Sus apóstoles y nosotros que somos peces salidos del agua del bautismo, dice La Sagrada Tradición. El pan evoca también al maná que recibieron sus padres, pero Cristo aguarda darles «El Pan», El Pan de Vida Eterna: El Mismo En La Santa Eucaristía.
4. Pronunció la acción de gracias. Lo mismo que haría en La Última Cena.
5. Los partió y los fue dando a sus discípulos para que los sirvieran. Lo mismo que haría en La Última Cena.
6. Sobraron siete canastas. Es la saciedad del hombre cuando come del Pan de Vida Eterna, pues, Es Dios Mismo del que tomamos y comemos de Él ¿Cómo no saciarnos? Y abunda y sobra, porque El Pan que Es El Mismo Dios, que Es sobreabundantemente Infinito, que sacia cualquier tipo de hambre que tenga toda creatura Suya.
7. Jesús los despidió, luego se embarcó con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta. Es decir, que habiendo cumplido no solo con la evangelización, sino, con la alimentación y la prefiguración, es decir, la representación anticipada de La Última Cena, se marcha a seguir evangelizando a otras tierras.
Es El Hijo de Dios Vivo El que se manifiesta con misericordia para llenar los corazones de los hombres que están carentes de amor y de consuelo. El hombre que vive en la miseria y aún cegado por el pecado no encuentra solución a su vida.
Hermano y hermana, Cristo nos da de Su Pan para tener Vida Eterna. Cuando el hombre que va deambulando por doquier sepa de la gran importancia de La Santa Eucaristía se saciará y se sentirá harto del Amor de Dios. Y cuanto más viva es la fe eucarística en el Pueblo de Dios, tanto más profunda es su participación en la vida eclesial a través de la adhesión consciente a la misión que Cristo ha confiado a sus discípulos. (Exhortación Post Sinodal: Sacramentum Caritatis, Papa BXVI) Pero para que ello ocurra, es necesario hacer también lo último que hace Dios: recorrer otras tierras para llevar La Buena Nueva: Cristo ha resucitado y nos da La Vida Eterna con Su Pan Eucarístico.
Que Dios nos bendiga queridos hermanos y hermanas, y que fructifique sobreabundantemente la liturgia de hoy en nuestras vidas.
En el nombre del Padre, etc…
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