'Niebla', de Unamuno: la inmortalidad en la vida eterna

"Niebla", obra de Miguel de Unamuno, cuya excelente adaptación para televisión (española) se introduce por medio de este audio, se halla por la crítica entre las cien mejores novelas en español del siglo XX. Publicada en 1914, tiene por protagonista a Augusto Pérez, un joven rico Licenciado en Derecho. Hijo único de madre viuda, a la muerte de ésta no halla qué hacer con su vida hasta que un día, paseando sin rumbo, conoce a una guapa joven pianista, Eugenia Domingo del Arco, huérfana también, de la que se enamora -o cree enamorarse- y cuya amistad trata de conseguir, lo cual efectivamente logra. Conoce a la familia de ella, pues vive con sus tíos, don Fermín, una suerte de “anarquista místico”, y doña Hermelinda.

En su significación, la novela refleja ya todo el planteamiento trascendente, hasta existencial, pero siempre cristiano, del pensamiento unamuniano. Como apunta el Prof. Morón-Arroyo, en ella se trasluce que “la vida humana consiste en la agonía, en la lucha por llegar a ser un yo perfecto, como lo han sido don Quijote o el Cristo-hombre. Tender sin conseguir, caminar hacia los ojos de Eugenia que son utópicos, inasequibles y saberlo a ciencia cierta, es lo que constituye la ‘esencia’ del hombre. [Pero] cuando hemos logrado saber lo que somos y nos queda por lo menos la alegría de disponer de nosotros mismos en actos de absoluta libertad, suicidándonos para cambiar de una vida a otra mejor, nos encontramos con algo más pavoroso y es que toda esa lucha por ser algo definido se basaba en un hilo muy frágil, en la convicción de que existíamos, pero este hecho tenue y mínimo no va a durar ya nada; dentro de un momento nos vamos a morir, a dejar de existir”. Unamuno pasa en su encuentro final con Augusto “del problema de la esencia al problema de la existencia en un sentido medieval, en el sentido de ser fuera de la causa que nos crea, en el sentido de inmortalidad”. O dicho de otra manera: esa confrontación entre el protagonista y el que resulta, a la postre, su creador, sería (además del original gran giro de la trama) "el paso del problema de la personalidad al problema religioso; del tema de la esencia al tema de la existencia” (“Niebla en la evolución temática de Unamuno”, en “Modern Language Notes”, v. 81-1966).

Con todo, quedará, dice el propio don Miguel en su prólogo, “el cántico del gallo silvestre y el susurro de Jehová; ha de quedar el Verbo que fue principio y será el último, el Soplo y Son espiritual que recoge las nieblas y las cuajas”. Y esto justamente es lo que constituye -finaliza Unamuno- la niebla, la “nivola” (como él llamó al género especial de su obra), la leyenda, "la historia, la vida eterna".