Oskar Schindler (Svitavy, Imperio austrohúngaro, 28 de abril de 1908 – Hildesheim, Alemania, 9 de octubre de 1974) fue un industrial y hombre de negocios alemán que salvó a unos 1200 judíos del holocausto nazi, contratándolos para su fábrica de artículos para laWehrmacht, situada en la actual Polonia.
Fue un oportunista y hábil hombre de negocios y no ocultaba su afición por las mujeres, las fiestas y la vida bohemia. Estaba casado con Emilie, quien, a pesar de sus devaneos, le profesaba una profunda admiración y respeto.
Schindler fue reclutado por las SS como informante durante un tiempo por ser conocedor de los contactos con comerciantes polacos y judíos adinerados, aprovechándose de ello para ganarse la estima de las altas esferas nazis. Los oficiales nazis veían en Schindler no sólo a un simpático y agradable donjuán, sino también a una fuente para proveerse ocultamente en las fiestas de damas de la alta sociedad alemana, apreciadas prendas y artilugios del mercado negro. Gracias a estos contactos, Schindler vio una oportunidad de lucrarse con un negocio durante la invasión de Polonia en 1939, que dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial.
Schindler adquirió a un bajo precio una fábrica en Cracovia, a la que nombró Deutsche Emaillewaren-Fabrik. Esta fábrica, con sus instalaciones intactas, se dedicaba a la confección de ollas y utensilios de cocina en tiempos de paz, pero Schindler adaptó la producción para abastecer a la Wehrmacht con utensilios de campaña. Como la mano de obra germana resultaba cara y además escasa, resolvió negociar con el comandante del campo de trabajo de Plaszow, el Hauptsturmführer SS (coronel) Amon Goeth. Desde este campo se enviaban trenes con judíos seleccionados para los campos de exterminio de Auschwitz, Treblinka y Sobibor.
Schindler negoció con Goeth el arrendamiento de mano de obra en judíos aptos para su negocio, seleccionando entre ellos a un contable muy habilidoso llamado Itzhak Stern. Obtuvo inicialmente unos 300 operarios judíos para trabajar allí, con la ayuda de Stern. Los judíos seleccionados trabajaban durante el día en la fábrica y por la noche volvían custodiados por guardias al campo.
Además del pago de arrendamiento, Schindler debía rendir un tributo de los beneficios de la producción al coronel Goeth.
Comentarios
jamas olvideis..jamas......malditos nazis
anónimo, también existieron campos de concentración, en España, en la guerra civil, por parte del dictador.
Me encanta
Cuando Spielberg hizo la película entrevistó a varios judíos que habían estado en los campos de concentración. Para sorpresa de todos contaron cosas de la vida diaria que desmienten la veracidad de todo lo que se ha dicho de los campos. Por supuesto Spielberg se calló, pero alguien subió el video a YouTube con las entrevistas. Va a resultar que los alemanes no les trataron como dice la película y todo es un cuento.
El problema es que lo que se recuerda es mentira. ¿Quien conoce los campos de exterminio de Eisenhower? Nadie. Vean el documental Hellstorm, que está subtitulado en español. Los cuentos de la tele y el cine ya me los conozco.
A todo aquel que le parezca pesado el seguir recordando la segunda guerra mundial,la guerra civil de España,Vietnan y otros tantos horrores pasados,solo decirles que nunca hay que olvidarlo,para que no vuelva a ocurrir.
No son semitas. Los Palestinos si.
anónimo homónimo de un sionista estreñido
cansinos?...los cansinos son los anónimos antisemitas.
Holocuento de holowood.