Los vampiros, junto con los fantasmas y dragones, son sin duda las criaturas monstruosas más recurrentes en la historia de la humanidad, pues hay leyendas de ellos en prácticamente todas las culturas alrededor del mundo. Es un conocimiento de simple cultura general, que un vampiro es un muerto viviente que existe gracias a su hábito de alimentarse con sangre, preferentemente humana. La palabra vampiro no tiene un origen definido, pero hasta donde se sabe, se deriva de la raíz eslava upír.
De hecho, la imagen actual del vampiro procede en gran medida de la novela clásica "Drácula" de Bram Stoker, quien a su vez, se inspiró directamente en leyendas húngaras, checas y rumanas de vampiros...
En varias culturas, los vampiros tienen formas de perro, murciélago, araña, sin embargo, la imagen más común es una forma humana saludable pero pálida, con unos colmillos particularmente crecidos. La mención más antigua de vampiros, es la de los lilu, que eran mujeres vampiro de la mitología sumeria que salían de noche a atacar recién nacidos y mujeres embarazadas. La más poderosa de los lilu, era una llamada Lilitu, la cual eventualmente fue asimilada por la cultura judía bajo el nombre de Lilith. Lilith, además de inspirar a Lilly, la esposa de Herman Munster, es mencionada en los rollos del Mar Muerto como la esposa de Adán antes de Eva, y en algunas leyendas góticas es identificada también como la madre de todos los vampiros.
Entre los alquimistas medievales, la plata era considerado el metal más puro, y de ahí surgió la idea que todas las criaturas inmundas, vampiros incluidos, podían ser repelidos con la plata. Sin embargo, la plata no servía de nada para matarlos, por el simple hecho de que ya estaban muertos.
De hecho, la tradicional estaca de madera de roble atravesada en el corazón no era para matarlos, sino para literalmente clavarlos a su ataúd y al menos evitar que siguieran saliendo de noche. Las únicas formas efectivas de eliminar a un vampiro eran decapitándolo, quemándolo o exorcizándolo, y aún así, no había garantía de que su espíritu no regresara como un espectro, o que reencarnara en un cadáver fresco o un recién nacido...
Durante el siglo XVIII, a las leyendas de vampiros se añadió la creencia de su condición podía contagiarse a través de su mordida, de modo similar a la rabia. Previo a eso, la idea generalizada era que sólo los suicidas, asesinos, brujas y personas excomulgadas podían regresar de la tumba como vampiros, bajo la interpretación de que sus pecados en vida merecían negárseles cualquier paz eterna y cualquier posibilidad de seguir vivos poseyendo un alma. Si los vampiros eran considerados malévolos, era no tanto por su personalidad, sino precisamente por que se suponía que carecían de alma para guiar sus actos. De la misma ausencia de alma es de donde se fundamenta la idea tradicional de que un vampiro no proyecta sombras, ni se refleja en los espejos...
Si bien los vampiros son considerados como criaturas ficticias desde inicios del siglo XIX, en la actualidad siguen siendo objeto de fascinación. Por un lado, la subcultura Dark ha creado todo un estilo estético alrededor de la figura del vampiro, tanto como bestia abominable, como individuo incomprendido y atormentado. Por otra parte, muchos asesinos seriales se han caracterizado por su extraña fijación de beber sangre. Pero aparte de esos aspectos más bien simbólicos, ocasionalmente siguen surgiendo reportes dispersos de vampiros. Por ejemplo, durante la década de los 70's, en Londres, Inglaterra, hubo varios testimonios de un vampiro que merodeaba el cementerio de Highgate. El caso trascendió de leyenda urbana a moda, un poco similar a la Chupacabra-manía que hubo en Latinoamérica durante los 90's. El llamado Vampiro de Highgate eventualmente fue olvidado, aunque Sean Manchester, uno de los primeros testigos del caso, asegura que en realidad él mismo destruyó al vampiro junto con toda su camada.
Otro caso similar más reciente, ocurrió durante el 2003 en Malawi, donde varias personas empezaron a aparecer muertas, con cicatrices de mordidas humanas. Aunque de primera instancia se teorizó que el responsable podía ser un asesino serial, no tardaron en surgir testimonios aislados de que se trataba de vampiros, y de ahí, el caso se volvió una histeria colectiva.
Varias muchedumbres enardecidas, al más puro estilo de las películas clásicas de horror, llegaron al extremo de apedrear y matar a al menos 4 personas que se creían eran vampiros, entre ellas el gobernador Eric Chiwaya, al surgir un rumor de que el gobierno estaba encubriendo a los supuestos vampiros.
Se dice que uno sólo siente miedo contra lo desconocido o aquello a lo que simplemente se desconoce. Pero algunas monstruosidades a las que se temen, pueden ser cotidianas, e incluso acechar más cerca de lo que uno imagina.
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