RLC (2015-03-03) Margallo bajo la cuerda. De Guindos y el rescate griego. Batalla política en la Complutense.

RLC (2015-03-03) Margallo bajo la cuerda. De Guindos y el rescate griego. Batalla política en la Complutense.

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Descripción de RLC (2015-03-03) Margallo bajo la cuerda. De Guindos y el rescate griego. Batalla política en la Complutense.

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Comentarios

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Paulino

Quise decir "locución correcta".

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Paulino

En español la loción correcta es "bajo cuerda". Buscando por Internet creo que he encontrado su origen. Don Dalmacio ha estado cerca de acertar, pero no es exactamente lo que ha dicho. Reproduzco lo leído: "La frase aparece comentada por Gonzalo Correas en su Vocabulario de refranes, de 1627. Y hace referencia a un antiguo juego de pelota, parecido al tenis, en el que dos jugadores se pasan alternativamente una pelota por encima de una cuerda. Cuando alguno de los jugadores pasaba la pelota por debajo de la cuerda y pretendía haberlo hecho correctamente, hacía trampa. Por ello hacer algo bajo cuerda se asimiló a los asuntos turbios y fuera de la legalidad."

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Betoespa

Gracias Sergio, saludos.

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Aleksandr Solzhenitsyn

Partidos estatales (3/3) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 El Estado de Partidos prohíbe el mandato imperativo de los electores, pero basa la representación proporcional en el mandato imperativo de los jefes de partido. Se dice que la soberanía reside en el pueblo, pero con la prohibición a este fantasmagórico soberano de dar instrucciones a sus mandatarios, ni siquiera haciendo vinculantes las promesas que le hicieron los partidos estatales para ser elegidos. Y se le prohíbe que revoque el poder dado a sus diputados. La culpa no fue de Rousseau, para quien el pueblo soberano no podía ser representado, sino del abate Sieyés, que anuló el mandato imperativo y la revocabilidad de la representación, para que la Asamblea pudiera proclamarse soberana. Obligado a legislar según la regla de mayoría, el colegio de mandatarios se apoderó de la voluntad general, que Rousseau había ideado para un pueblo sin representación. Con el monopolio de la representación, los partidos estatales asesinan al sentido común. El poder electoral no está en los votantes a listas predeterminadas, sino en la media docena de jefes de partido que hacen las listas. El consenso de sus voluntades particulares pretende ser la voluntad general. Pág. 374 y 375 libro II El Factor Republicano. Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Aleksandr Solzhenitsyn

Elecciones (2/2) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 El sistema proporcional, sin posibilidad de ser representativo de la sociedad ni de los electores, tampoco puede representar a los partidos presentes en el Estado, en tanto que ya son órganos permanentes del mismo. Los partidos incorporados a la estructura del Estado realizan la proeza ubicua de estar en misa estatal y repicando a misas electorales, o sea, de estar doblemente presentes en el Estado, sin representar nada de la comunidad nacional, de la sociedad civil ni de los electores. Lo están como órganos permanentes en la estructura del Estado y como órganos transitorios de sus funciones según la cuota electoral obtenida. La sábana fantasmagórica de votantes de listas no oculta la realidad de la corrupción generada con el festín del reparto del Estado, en proporción a la cuota obtenida por cada partido estatal Pág. 396 libro II El Factor Republicano. Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Aleksandr Solzhenitsyn

Elecciones (1/2) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 Para entender la cuestión electoral debemos partir de la imposibilidad de comprenderla con criterios formales, y de la necesidad de pensar ex novo la naturaleza del acto de votar una lista de desconocidos, sin elegir a persona no vinculada a la disciplina de partido. El choque contra el sentido común es tan brutal que nos sitúa ante algo distinto de la imaginación de lo real, ante una fantasía infantil, un juego entre discapaces ilusos. Fantasía, en griego aparición o acto de mostrarse, era en Platón la apariencia contrapuesta al conocimiento de lo real, la sombra de las cosas verdaderas. En los estoicos, la representación cataléptica. En San Agustín, una fuerza inferior del alma. En la escolástica, una facultad receptiva o creadora de fantasmas. En los modernos, una imaginación lúdica que juega libremente con las representaciones para producir figuraciones fantasmagóricas del como sí. No el de la filosofía ficcionalista, sino el de la comedia de enredo. Pág. 396 libro II El Factor Republicano. Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Aleksandr Solzhenitsyn

Partidos estatales (3/3) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 El Estado de Partidos prohíbe el mandato imperativo de los electores, pero basa la representación proporcional en el mandato imperativo de los jefes de partido. Se dice que la soberanía reside en el pueblo, pero con la prohibición a este fantasmagórico soberano de dar instrucciones a sus mandatarios, ni siquiera haciendo vinculantes las promesas que le hicieron los partidos estatales para ser elegidos. Y se le prohíbe que revoque el poder dado a sus diputados. La culpa no fue de Rousseau, para quien el pueblo soberano no podía ser representado, sino del abate Sieyés, que anuló el mandato imperativo y la revocabilidad de la representación, para que la Asamblea pudiera proclamarse soberana. Obligado a legislar según la regla de mayoría, el colegio de mandatarios se apoderó de la voluntad general, que Rousseau había ideado para un pueblo sin representación. Con el monopolio de la representación, los partidos estatales asesinan al sentido común. El poder electoral no está en los votantes a listas predeterminadas, sino en la media docena de jefes de partido que hacen las listas. El consenso de sus voluntades particulares pretende ser la voluntad general. Pág. 374 y 375 libro II El Factor Republicano. Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Aleksandr Solzhenitsyn

Partidos estatales (2/3) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 Sin libertad política, sin sociedad política intermedia entre la Sociedad y el Estado, los partidos pasaron desde la clandestinidad al Estado, eludiendo la democracia formal, y llamando libertad política a las libertades públicas antes reprimidas. Como elementos estatales integrados en una sinarquía, a la vez constituida y constitucionaria, los partidos dejaron huérfana de representación a la Sociedad. Ante la crisis financiera del Estado, los gobernados no tienen a quien dirigirse para evitar la quiebra de las finanzas públicas, provocada por la irresponsable sinarquía estatal y por la dispersión del gasto público en Autonomías partidistas incontrolables Pág. 374 libro II El Factor Republicano. Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Aleksandr Solzhenitsyn

Partidos estatales (1/3) https://www.dropbox.com/s/0iiqit0ubfhcgry/La%20sencillez%20de%20las%20cosas..pdf?dl=0 La cultura europea no ha separado con distinción los conceptos de democracia política y democracia social. El hecho de que la palabra democracia designe la forma de gobierno causada por la libertad política colectiva y el grado de igualdad real en los miembros de una misma comunidad, es fuente de continuos malentendidos. La igualdad de derechos y de oportunidades son consecuencias de la democracia política. Mientras que la igualación en salarios, jubilación, sanidad, educación, asistencia social y servicios públicos, lo que se llama Estado de bienestar, son exigencias de la democracia social. La libertad política no depende de los niveles de renta nacional, del producto nacional bruto ni del consumo por cabeza. La democracia formal puede caminar hacia la igualdad social. Pero las revoluciones de la igualdad, SIN HORIZONTE de libertad, requieren dictaduras que extiendan la falta de libertad más allá de la que denunciaban en la situación anterior de rebeldía. Hay menos libertades en el fruto de la Revolución que en sus simientes. Ni equiparación posible entre una regla formal para el juego político y un criterio de justicia para la distribución social de la riqueza. Lo decisivo de la libertad es que la regla constituye el juego antes de comenzar la competición, mientras que la idea de justicia material la impone la ideología del vencedor, sin reglas objetivas de juego. Pág. 373 libro II El Factor Republicano Teoría Pura de la República D. Antonio García-Trevijano Forte

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Betoespa, gracias por tu comentario. Estoy de acuerdo en mucho de lo que dices. Sobre Trevijano y sus escritos políticos, no hay ni ha habido nadie que escriba así, con esa claridad, con esa ausencia de ideología o de plumeros vistos, como se dice en España, que se le ve el plumero. Sabe pensar, se nota que es un hombre que reflexiona siempre, acerca de todo, sobre cualquier asunto. Es muy interesante escucharlo. También es cierto que el culto a la personalidad gusta mucho en determinados países. España es uno de ellos. Lo que me gusta de él lo digo, que es mucho. Lo que no también, sea mucho o poco, cuando sucede lo digo. No es humilde y muchas veces no respeta a gente a la que no conoce bien. Por ejemplo, acerca de Ortega, al que no soporta, se le nota, dice que era muy inteligente, que escribía muy bien, pero que era pésimo escribiendo sobre política. Pero después, como le gusta "La rebelión de las masas", acepta ese libro como el único que se puede leer de él, pero porque él decide que ese libro sí es bueno. Extraño que sea bueno, si es un libro que habla, básicamente, de política, y él no entendía. De todas formas, él lo ha leído casi todo de él, por lo tanto tan malo no será. Trevijano es un gran pensador, conoce bien a los filósofos, conoce bien la historia, ha leído muchísimo, no hay duda, pero no se puede pontificar acerca de todo y siempre, creyendo que solo él tiene la razón. Sería bueno, muy bueno, que los colaboradores, los que hacen el programa, le pusieran alguna vez a prueba, que le pusieran en dificultades con preguntas, recordando asuntos, etc. Jamás lo hacen ni lo harán. Parece muy soberbio en ese sentido y no se le discute. Ya dijo hace poco: "cuando estoy en la acción política no consiento que se me lleve la contraria". Así, con estas palabras. Es posible, como apuntas, que sea por la edad que tiene y los hombres brillantes de esa época no solían reconocer que se equivocan alguna vez. Si está muy bien que saques a la luz todo lo que quieras, por supuesto, no seré yo quien te critique siempre que lo hagas con respeto. Hombre, Trevijano tiene contradicciones que son difíciles de explicar: trabajaba como abogado para ministros de Franco. Si era el enemigo del régimen, no se puede trabajar y ayudar a los que precisamente sostienen el régimen. Sí te recomiendo que sigas escuchándolo, aunque sea para criticarlo, pues escribes muy bien y expones bien tus puntos de vista. Entiendo que te dé bronca (rabia en Argentina, creo, ¿no?) si consideras que no tiene nada que ver y que sigue la propaganda americana de señalar enemigos en cuanto les sale de su yankez, no lo pueden evitar. A mí también me parece que carece de pruebas y de contactos en Argentina para poder hablar como habló. Aunque también quiero decir que, al principio, él mismo apuntó la posibilidad de que fuera un atentado de bandera falsa para perjudicar, como de hecho lo ha hecho, al gobierno argentino, haciéndole parecer culpable de algo de lo que no es. No lo sé y no opino de un caso que me queda lejos y del que sé poco. Un saludo, Betoespa, seguí bien.

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