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Comentarios
Cabalá (no cábala, viene del hebreo lecabel=recibir, cabalá=recepción) no tiene que ver con misticismo, ni religión (ni siquiera judaismo, éste es posterior a la cabalá) ni esoterismo, ni tarot, ni new age ni nada que estudie Madona u otras figuras de la farándula que siguen a seudo cabalistas comerciantes. Es una sabiduría científica que nos habla del propósito de la creación, del significado de la vida; y a través de su lenguaje de ramas nos indica cómo evolucionar del deseo egoísta de recibir para si mismo a recibir para otorgar, o sea, del paso de la corporalidad (egoismo) a la espiritualidad (altruismo), que es el origen del hombre. En la Torá (comentada en el Zóhar) está revelada toda esta sabiduría y todo lo que en ella se recogió está referida a un mundo espiritual, no se refiere en absoluto a sucesos o hechos reales de la historia del hombre. Sus personajes, historias, sucesos, etc... son sólo imágenes para explicar los diferentes estados del ser humano (espiritual) desde su creación hasta la materialidad por la que se evoluciona hasta la espiritualidad nuevamente. El otorgamiento es sinónimo de espiritualidad, de placer permanente y sólo se llega a este amando al prójimo como a uno mismo. La gran regla de la Torá donde está radicada la clave de la plenitud. Nadie, por cierto, se vuelve loco por estudiar la Sabiduría de la Cabalá, ese es otro de los tantos mitos que hay alrededor de ella.