Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Soy ese diácono permanente del Brasil (cubano-brasileño) al cual el reverendo padre Fortea se refiere en su sermón. No conocía personalmente al pe. Fortea, pero era un admirador profundo de su obra literaria, de su ministerio sacerdotal e, especialmente, de su trabajo como exorcista. En visita turística a España le dije a mi esposa que quería averiguar dónde el celebraba la Eucaristía, para ir a una misa suya. Solo sabía que era do presbiterio de la Diócesis de Alcalá de Henares. Ella, que es un poco atrevida, sin decirme nada, mando un correo electrónico a la Diócesis. Una noche me sorprendió mostrándome la respuesta del pe. Fortea, diciéndonos que con mucho placer nos recibiría. Quiero dejar el testimonio de mi agradecimiento al padre Fortea por su gentileza, su atención a mi humilde persona, su espontaneidad fraterna y por habernos dedicado parte de su escaso y precioso tiempo, como si fuésemos amigos de años. Haber servido como diácono en la misa que rezó es un momento inolvidable de mi vida. Haber oído sus sabias palabras, una inestimable contribución a mi formación. Que el Señor bendiga la misión sacerdotal del padre José Antonio Fortea Cucurull y lo fortalezca y proteja delante de las incomprensiones de aquellos que no tienen la percepción de la importancia de la misión del exorcista. A los que piensan que el demonio es una fábula medieval les recomiendo que lean cuatro libros (como dijo el padre Gabriele Amorth): los Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas e Juan.