El gran secreto de Fátima, cien años después, sigue escondido
Hace cien años, una hermosa Señora, “más reluciente que el sol”, se apareció a tres pastorcitos de corta edad, en Cova de Iría-Fátima, Portugal.
Hoy en día –como casi siempre?el mundo está envuelto en una nube oscura de guerras y luchas fratricidas que han causado y, lo siguen haciendo, dolor, mucho dolor. Estas violentas peleas se dan en dos niveles: en el material y en el espiritual. Por eso dice Pablo de Tarso que “las verdaderas batallas no son contra la carne y la sangre, sino contra las potestades y principados, contra las huestes angelicales del mal” (Ef. 6,2).
Hace siete años, el trece de mayo, el que les escribe estaba en la sala de prensa de Fátima. Una periodista, de un famoso diario español, examinaba atentamente los discursos de Benedicto XVI, que iban a ser leídos en unos minutos. Le pregunté qué le parecían. Me contestó: ?no dice nada de los abusos sexuales, esto es una pérdida de tiempo.
La Señora de blanco, “más reluciente que el sol”, confió el mensaje de la Paz a unos pastorcitos, a unos niños ignorantes, pobres, sencillos, humildes.
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Dr. Gumersindo Meiriño Fernández
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