Reflexión:
Comenzamos la reflexión de La Liturgia del día de hoy, poniéndonos en El Nombre del Padre, etc.
Queridos hermanos y hermanas:
La Unidad de La Iglesia ya querida y sellada por las palabras del Salvador, hacen eco en los apóstoles, pues, nos dice La Primera Lectura de hoy: «todos pensaban y sentían lo mismo»… Es decir, que había un espíritu de meditación, de reflexión sobre El Sagrado Evangelio que nos dejó El Señor Jesús. Y la manera más próxima es viviendo en El Amor de Dios transmitida hacia nuestros hermanos, por eso añade luego de que «todos pensaban», también todos sentían lo mismo»… Reflexión para que El Espíritu Santo anide en el corazón del hombre y sienta lo mismo que Dios: Amor. Pues, El Espíritu Santo Es Amor, anida en el hombre que reflexiona con corazón abierto y humilde, y con ello da disposición para que habite El Espíritu Santo, el hombre se haga comunión con Dios y acto seguido tiene que sentir lo que ha ingresado a su corazón: El Amor. Es así que nos dice La Primera Lectura: «daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor»… Es decir, que reflexionando las palabras de Jesús y Su exhortación a evangelizar hasta los confines del mundo, no solo lo hicieron textualmente, sino, que son movidos por El Amor de Dios que se nos entrega también a nosotros con Su Espíritu Santo, que además con Él nos entrega valor, coraje y la fortaleza para que seamos testimonio de Cristo en nuestras vidas.
La Unidad de La Iglesia está sumergida en El Amor del Espíritu Santo de Dios para poder reflexionar El Sagrado Evangelio y con valor lo anunciemos teniendo un mismo sentir, el sentir de Dios. Así mismo nos exhorta el CIC en el 813: La Iglesia es una debido a su origen: "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas"… Es decir que la esencia de Dios es La Unidad, eso es lo más importante: Su naturaleza Divina que de Dios es La Unidad indisoluble: Dios Uno y Trino. Y si de Él hemos venido por El Espíritu Santo de Dios y por el que gozamos del espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios ¡Abba!, es decir, ¡Padre! (Rom. 8, 15) Y así mismo continúa el CIC 813: La Iglesia es una debido a su Fundador: "Pues el mismo Hijo encarnado [...] por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios [...] restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo"
Así, pues, queridos hermanos y hermanas, la Unidad de La Iglesia por medio del Espíritu Santo, el querer del Padre en la Unidad con El Hijo que sella ese querer del Padre, hace que ésa misma espiritualidad se manifieste en los fieles de La Iglesia: El sentido de tenerlo «todo en común»… como lo manifestaba La Iglesia Primitiva, y después añade: «traían el dinero y lo ponían a disposición de los apóstoles»… Es esta la misma manera en la que nosotros debemos manifestar esa misma espiritualidad entre nosotros que somos Iglesia, y a los mismos Apóstoles de hoy que son los Sacerdotes y Obispos, quienes a lo largo de la historia y hasta hoy es la administradora del Amor de todos nosotros y que va extendiendo las misericordias de Dios en Sacramentos y ayuda humanitaria.
El Salmo de hoy manifiesta la herencia que nos transmite Dios: Su santidad, aquella que es necesaria para vivir en El Espíritu Santo, por ello lee y escucha bien lo que dice: «Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término»… Y ¿Cuál es el mandato Supremo de Dios? Amarlo a Él y a nuestros hermanos, y ello lo hacemos cuando somos generosos desde lo más profundo de nuestros corazones y todo lo tenemos en común. Luego nos habla de la santidad, ésta que está unida a nosotros y que El Divino Maestro nos pide sacar de nuestro interior: «Sean perfectos como el Padre del Cielo lo es»… ¿Por cuánto tiempo? R: «por días sin término»… dice el salmo.
«El viento sopla donde quiere; tú oyes su sonido, pero no sabes de dónde viene, ni adónde va»…
1. En tanto que El viento sopla donde quiere, es porque La Iglesia se hace extensiva hasta los confines del mundo por la guía del Espíritu Santo que sopla donde quiere hasta cubrir todo el orbe según el mandato del Padre en Abrahám y luego sentenciada por El Hijo antes de Su gloriosa Asunción. De esto da testimonio también los innumerables carismas y ordenes suscitados en La Iglesia.
2. En tanto que «tú oyes su sonido»… es porque oímos el llamado de Dios para comprometernos a trabajar en Su Plan de salvación para el hombre, un trabajo diario y en el que seguimos de continuo escuchando la voz de Dios.
3. En tanto que no sabemos de dónde viene: Es porque siendo Dios Omnipresente, está en todas partes, y por ello el viento de Su Espíritu Santo, no tiene una dirección específica de donde venga, porque Dios está eternamente en todos lados.
4. Y en tan que no sabemos a dónde va: Es porque no sabemos a dónde vamos a dirigirnos, pues, solo nos movemos por la guía del Espíritu Santo a Quien nos confiamos según La Divina Voluntad de Dios, de esto han dado cuenta los numerosos santos de la historia, que finalmente llegaron a puerto seguro, pero que nunca supieron que llegarían ahí a ese lugar, a no ser por un vaticinio, el cual no es una regularidad en nuestras vidas.
Por tanto querido hermano y hermana démonos unos a otros El Amor de Dios que radica en Su Espíritu Santo, y que Es El Eje de La Unidad de La Iglesia. Y demos gracias a Dios porque somos Uno en Cristo y somos coherederos de los bienes eternos, porque hemos sido bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Queridos hermanos y hermanas, que Dios nos bendiga y La Santísima Virgen nos proteja, y que fructifique sobre abundantemente la liturgia de hoy en nuestras vidas.
Como siempre los dejo con el mensaje de la importancia de comulgar todos los días o cuanto menos los domingos y fiestas de guardar: El que come Mi Carne y bebe Mi Sangre, tiene Vida Eterna, y Yo lo resucitaré el último día. Dice el Señor (Jn. 6, 54)
En El Nombre del Padre, etc.
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