(Letra: Mercedes Casas fsps y Fernando Torre msps / Música: Mercedes Casas fsps / Arreglos: Martín Figueroa)
Vida consagrada, ven a servir donde más se necesita.
¡Ven, vida consagrada, ven! Hoy de nuevo yo te llamo a seguirme más de cerca, a escuchar mi Palabra y a amarme con gran pasión. Discípula misionera, pobre, casta y obediente, disfruta ya la alegría de ser mi memoria viva.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya, yo voy siguiendo tus huellas; sobre mis hombros, tu cruz. Hoy tu Espíritu me impulsa a transmitir tu Evangelio, a construir en el mundo el Reino de nuestro Dios.
¡Ama, vida consagrada, ama! Eres hermana de todos, pequeña comunidad, para el mundo fracturado, signo de Dios-Trinidad. Con esperanza y ternura, con tu servicio y perdón, haz que la Iglesia sea casa y escuela de comunión.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya…
¡Sal, vida consagrada, sal! Sal de tu miedo y pereza, camina hacia los confines; con tu vida de profeta, despierta al mundo dormido. Mira al pobre y a quien sufre con mis ojos compasivos, corre a su encuentro a llevarle consuelo, pan y Evangelio.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya…
¡Sueña, vida consagrada, sueña! Signo vivo de mi Reino deja el pasado vivido, dirígete hacia el futuro abriendo horizontes nuevos, irradiando la belleza de tus diversos carismas. Eres mi esposa y mi madre, sé fiel, fecunda y feliz.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya…
¡Siembra, vida consagrada, siembra! Como el granito de trigo muere para dar su fruto, hazte pequeña y sencilla, tierna, alegre y compasiva. El Espíritu en ti alumbre la nueva forma de vida, te enamore y resucite, y te re encante la vida.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya…
¡Escucha, vida consagrada, escucha! Donde Dios clama en la vida, por un mundo más humano, sé su presencia cercana, que consuela y acompaña. Al estilo de María, mujer fuerte y arriesgada, camina entre nuestros pueblos y anuncia la Buena Nueva.
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya…
¡Ven! ¡Ama! ¡Sal! ¡Sueña! ¡Siembra! ¡Escucha!
Aquí estoy, Jesucristo, mi vida ya toda es tuya… el reino de nuestro de Dios, el reino de nuestro de Dios.
Comentarios