Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Buuuuufffff… es de seguro que, y según narra José Manuel García Bautista, esa casa pudiera abarcar vestigios energéticos de los antecesores de la rama familiar. Quizás sea que antiguos seres queridos ya fallecidos vuelvan a esa casa pero de niños, y jueguen también con los juguetes del niño pequeño de la parejita. - A mí y a mi mujer nos ocurrió hace aproximadamente dieciocho años lo siguiente: vivíamos en un piso de alquiler, mi niña con casi el añito, mí mujer y yo, y en el dormitorio grande estaba junto a nuestra cama la cunita de la niña. Allí estaban algunos juguetitos en la alfombra, y en algunas noches mientras dormíamos nos despertamos creyendo haber escuchado trastear entre ellos, y también el pianito sonaba alguna tecla perdida. Se repetía algunas noches hasta que decidimos consultar a una vidente. Nos dijo que los antiguos propietarios del piso volvían al hogar pero de pequeños, de niños. Era el matrimonio, y jugaban, como es natural.
Nuestro compañero Jose Manuel García Bautista nos lleva a conocer un caso en proceso de investigación en la localidad sevillana de Las Navas de la Concepción (Sierra Norte de Sevilla) donde unos inquietantes fenómenos inexplicables, a decir de los testigos, se están produciendo en el interior de una vivienda. Conoce toda la historia, te sorprenderá.