Los madrigales de Monteverdi ocupan un lugar destacado en la producción del compositor, y representan la culminación del género madrigalesco.
Están agrupados en 9 libros, ocho de los cuales fueron publicados en vida del autor entre 1587 y 1638, y el noveno libro póstumamente en 1651.
A lo largo de estos libros es posible apreciar la evolución de la música de Monteverdi, desde el estilo polifónico de la música del renacimiento hasta la utilización de la monodia acompañada característica del barroco.
Los cuatro primeros libros de madrigales se sitúan dentro de la prima prattica (primera práctica), el estilo polifónico tradicional, aunque Monteverdi utiliza un lenguaje armónico cada vez más innovador, con disonancias más audaces conforme avanza la serie. Están compuestos para 5 voces a capella.
El quinto libro constituye el punto de inflexión hacia la seconda prattica (segunda práctica), donde la música se subordina a la expresión emocional del texto poético, en consonancia con la naciente ópera y los principios del humanismo florentino. Desde entonces, en los libros posteriores el madrigal evoluciona hacia formas dramáticas y de estilo representativo, con combinaciones más variadas de las voces y partes solistas, y con el acompañamiento instrumental del bajo continuo.
Un recurso que utiliza Monteverdi en sus últimas obras es el denominado stilo concitato (agitado), que consiste en el uso de figuraciones musicales violentas, notas repetidas rápidamente, vigorosos trémolos, rápidas escalas y arpegios, todos ellos utilizados para expresar emociones violentas como la ira, o describir situaciones como el galope desenfrenado de caballos, el golpe de las espadas y el fragor de la batalla.
Los textos de los madrigales están basados en poemas de diversos autores, tales como Torcuato Tasso, Francesco Petrarca, Gian Battista Guarini, y Ottavio Rinuccini entre otros.
Comentarios