07 - El retrato Oval, de Edgar Allan Poe

Bienvenido a mi barco toma asiento y a mis historias del transcurso del río pero te garcía tu nuevo hogar pero debes saber una cosa templo aquí debe abandonar toda esperanza estás preparado para nuestras historias de terror stereo fantasy yo no tendrás un video a escucharemos poner el castillo al cual me cuidado se había atrevido a entrar por la fuerza antes de permitir que gravemente herido como estaba pasará la noche al aire libre era una de esas construcciones en las que se mezclan la grandeza y que durante el largo tiempo se han lanzado ceci juntas en los ninos tan ciertas en la realidad como en la imaginación de mis cerrar clip según todo apariencia el castillo había sido recién abandonado aunque temporal área mente nos instalamos en uno de los aposentos más pequeños y menos suntuosos allá base en un apartado torre del edificio sus decoración es eran ricas pero bajadas y viejas colgaban tapices de las paredes que engalanaban cantidad y variedad de trofeos será el dichoso así como un número insólita mente grande de baches pinturas modernas en marcos con árabes de oro aquellas pinturas no solamente emplazados a lo largo de las paredes sino en diversos nichos que la extraña arquitectura del castillo exigía despertaron profundamente mi interés quizá a causa de mi incipiente delirio ordene por tanto a pedro que cerrará las pesadas persianas de aposentos pues era ya de noche que entendiera las bujías de un alto candela situado a la cabecera de mil hecho y des corriera de par en par las jornadas cortinas de terciopelo negro que envolvía la cama al hacerlo así deseaba entregarme sino al sueño por lo menos al alternada contemplación de las pinturas y al examen de un pequeño volumen que habíamos encontrado sobre la almohada y que contenía la descripción y la crítica de aquellas mucho mucho ley e intensa intensamente mire rápidas y brillantes volaron las horas hasta llegar la profunda medianoche la posición del candela me molestaba pero para no incomodar a mi modo ahorrado sirviente alargue con dificultad la mano y lo coloque de manera que su luz cayera directamente sobre el libro el cambio pero produjo un efecto por completo inesperado los rayos de las numerosas bujía pues eran muchas cayeron en un nicho de la poseen to que una de las columnas del lecho había mantenido hasta ese momento en la más profunda sombra pude ver así vivir mente una pintura que me había pasado inadvertida era el retrato de una joven que empezaba ya ser mujer mire presuroso mente su retrato y cerré los ojos al principio no alcancé a comprender por qué lo había hecho pero mientras mis párpados continuaban cerrados cruzó por mi mente la razón de mi conducta era un movimiento impulsivo a fin de ganar tiempo para pensar para asegurarme de que mi vida ción no me había engañado para calmar y someter mi fantasía antes de otra contemplación más serena y más segura instantes después volvió a mirar fijamente la pintura ya no podía ni quería a dudar de que estaba viendo bien puesto que el primer destello de las bujías sobre aquella tela había disipado la soñolienta modo que pesaba sobre mis sentidos de volviéndome al punto a la vigilia como ya he dicho el retrato representaba una mujer joven solo abarcaba la cabeza y los hombros pintados de una manera que técnicamente se denomina vigente y que se parece mucho al estilo de las cabezas favoritas de zúrich los brazos el seno y hasta los extremos del radiante cabello se mezclaban imperceptible mente la vaga pero profunda asombra que formaba al fondo del retrato el marco era oval ricamente dorado y a feliz ganado en estilo morisco como objeto de arte nada podía ser más admirable que aquella pintura pero lo que me había emocionado de manera tan súbita y vehemente no era la ejecución de la obra y la inmortal belleza del retrato menos aún que había pensar que mi fanta asia arrancada de un semi sueño hubiera confundido aquella