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Comentarios
Bonita oda de amor a la bicicleta. Me ha encantado el poema quijotesco de Álvaro, y a partir de ahora intentaré recordar las sabias palabras de Sara, en lugar de subirme a la acera para evitar las calles empedradas. A todos los significados de la bicicleta que habéis tocado, yo añadiría el de sentimiento de pertenencia a la ciudad: he vivido en tres ocasiones en Berlín, las tres veces tuve bicicletas con las que desarrollé un vínculo emocional de tendencias monógamas, y las tres veces, al marcharme, procuré regalar mi bici a un ser querido. Siempre con la condición de que, en el futuro, esa bicicleta no podía ser vendida, sino siempre regalada de unas personas a otras. Así siento que cuido mi karma, pero creo que también es una forma encubierta de prolongar mi presencia en la ciudad. En estos momentos, recién repatriada, pocas cosas me pueden ayudar a curarme de esta profunda nostalgia por la ciudad que tanto he amado: escuchar Wohnzimmer es una de ellas :-) Y la otra es imaginarme a mis bicicletas deslizándose por Berlín, haciendo feliz a personas que he querido o a las que ellas han querido. ¡Hasta pronto! Alicia