Amanece ya… los primeros rayos de luz pugnan por introducirse a través de la contraventana semicerrada de la recoleta habitación de mi celda, rebotando entre rugosas paredes blancas, que recordando a la tela de saco, llegan a la cabecera de mi lecho, que solo… observa la silueta de un amanuense, que pluma en mano trata de plasmar en un viejo pergamino, los acontecimientos que ve y están ocurriendo en estos días convulsos, siguiendo a un profeta, a un Rabí a un portentoso Maestro llamado Jesús, como el último, como el más indigno de sus discípulos. Trataré de plasmar, trasmitir lo más significativo de los prodigios y milagros que se están produciendo a través de este increíble profeta, que proclama un testimonio de amor, entre sus palabras y obras.
Jerusalén despierta tranquila, despejando su bruma, en un extraño silencio, después del bullicio, jubilo y alegría de ayer… parecen aún resonar en mis oídos, los gritos de la muchedumbre que gritando desaforada en arameo una y otra vez “hosana hijo de David”, agitaba entre sus manos numerosos ramos de olivos y palmeras.
En el trascurrir de estos pensamientos el sol ya iluminaba completamente mi instancia, y pasaba por mi mente un pensamiento de controversia, pues no dejaba de pensar en el júbilo del pueblo en sus cantos y alegorías hacia El Maestro, aquel que se proclamaba como Hijo de Dios, y que este humilde discípulo cree profundamente, pero a su vez nos anuncia su pasión, muerte y resurrección.
Como un pueblo puede gritar hosanna y luego crucifixión, como puede dar gracias a Dios en el templo por sus milagros y luego exclamar crucifícalo, dar muerte a tu salvador… a tu mesías… al testimonio vivo de la promesa… al hijo de Dios.
Aquel que con su muerte nos anuncia su resurrección, aquel que, dando la vida, dio oportunidad a la vida misma, aquella que para el ser humano significó abrir las puertas del Cielo y nuestra propia salvación.
Pero centrándonos en lo prosaico porque…,
Comentarios
Gracias hijo y Ddos
Por tantas y tantas cosas
Gracias señor …
Y fue nuestra tabla de Salvacion
Vimos con él
Aquel que al vivir
Aquella que marcaba el camino y sus enseñanzas
Y al resucitar. Vimos con Él la luz
Si no para abrazarnos, para acogernos para sslvarnos
No para ser, para estar clavado