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Comentarios
Gracias por el postcast porque estoy en una situación similar: tengo 34 años, soy farmacéutico y siempre he trabajado en farmacia de calle; pero ahora voy a hacer un master para dar el salto a la industria farmaceutica. Y aunque la decisión ya la tengo tomada, el miedo de la edad sigue ahí latente.
Soy profesora de Secundaria y mi sueño es dar clases a personas mayores. Muchas veces, en el supermercado o en la calle, personas mayores me han pedido que les lea un producto o el nombre de una calle porque no tenían las gafas y siempre he pensado que no sabían leer... Me encantaría enseñar a leer y a escribir a esas personas que no han tenido la oportunidad de ir al colegio y que ganasen esa autonomía personal que les haría más independientes y seguros. De vedad sueño con conseguirlo y lo haré.
Desde los 21 años he ocupado puestos de responsabilidad con personas a mi cargo, que por edad podían ser perfectamente mis padres. Sin embargo, no es tan solo obviar las opiniones basadas en prejuicios por la edad, sino también demostrar con el ejemplo diario ser merecedor de estar ahí (aunque uno ya lo sepa o se suponga que por haber llegado ahí ya se ha demostrado). Poco a poco uno obtiene un prestigio y una "autoridad" bastante superior a la media, precisamente derivados de ese sobreesfuerzo inicial. También decir que es algo temporal. Todos envejecemos. Así que, con el tiempo, también se sumará la autoridad que otorga el peinar canas.