36
10 de noviembre, 1932
Últimamente he estado muy deprimida ya que siento que los fundamentos se están arruinando. ¿Puede ser posible que el corazón de algunos colaboradores se hayan endurecido tanto y sus conciencias obscurecido que no les permita ver el abismo en el que están a punto de caer? ¿No se dan cuenta del peligro terrible de nuestro tiempo? ¡Paren de servir a las fuerzas tenebrosas! ¿No fue dicho que "cada mala palabra, cada desavenencia es ya un estímulo para la oscuridad"? Y recuerden "El terrible cuchillo no está en el bolsillo de ustedes sino que, verdaderamente está, en la punta de sus lenguas. En algún momento ustedes se tendrán que dar cuenta que una palabra o un pensamiento no puede ser borrado. Todo aquel que piensa en el Bien Común se puede regocijar y viceversa. La moral y las costumbres de los tenebrosos no son de Nuestras simpatías."
Por su propio bien, consideren lo que ha sido repetido innumerables veces. Sólo por nuestro unificado esfuerzo se puede alcanzar la meta. ¡Es muy duro pensar cuantas maravillosas posibilidades se han esfumado debido a los desacuerdos escondidos! ¿Qué se puede construir sobre el aura de la irritación, de la ofensa y de la enemistad? Se ha discutido cuidadosamente el principio del magneto. ¡No podemos hacer de la ignorancia nuestra excusa! La necesidad de armonía fue enfatizada desde el primer día, pero parecería que todo ha sido en vano. La cosa más terrible es que se ha perdido el sentido de la honestidad y todos están listos para culpar a los otros, olvidando que su parte más íntima, el alma es un libro abierto para el Gurú. Es hora de avergonzarse de su comportamiento infantil y entender que cuando no seguimos el Consejo nos comportamos como si fuéramos traidores. Perdónenme el uso de esta palabra, pero mi corazón sangra cuando veo la clase de dificultades que ustedes obstinadamente siguen creando en su camino. Traten de imaginar qué pasaría si la Enseñanza ya no los guiara más. ¿Dónde irían? ¿A dónde se volverían? ¿Quién los escucharía y los ayudaría en su miseria? ¿Quién les señalaría el camino para salir de una situación difícil? Los tiempos amenazantes, la hora terrible está llegando para todos. ¡Sólo piensen que ustedes fueron a los que se les permitió trabajar para la salvación de tanto y de tantos! ¿Es esta la manera de hacerlo? ¿Es esta la manera con que justifican la confianza de Aquel que los llamó?
Yo quiero que sientan todo mi dolor, todo mi anhelo de verlos trabajando en completa armonía, dándose cuenta de la tremenda responsabilidad de su trabajo. ¿Cuál es la mejor manera de entenderlo? ¿Cómo hacer que ese entendimiento se fortalezca? Yo odio amenazar, pero ¿cómo puedo sólo advertirles cuando veo a alguien cayéndose al abismo y llevándose al resto consigo? ¿Cómo detenerlo?
Hace algún tiempo pensaba que las innumerables llamadas por la unificación debieron haber sido entendidas apropiadamente. Yo esperaba que entendieran que la amistad era importante, no cuando su autoridad fuera aceptada o cuando su vanidad hubiera sido satisfecha, sino más bien cuando se tuvieran que rendir, de muchas maneras, por el bien de la cooperación exitosa.
Palabras sentidas profundamente están siendo escritas, más ustedes deberían demostrar amistad y cuidado en la acción—las palabras son como el agua que corre. En mis sueños yo veo a uno de ustedes como un fiel portaestandarte del nombre de nuestro Gurú.
Soñé que las palabras del escogido estarían llenas de poder magnético y de belleza. Desde la época cuando se indicó que la Nueva Sociedad debería ser establecida, han pasado siete años—un largo tiempo y muy significativo en todos los aspectos. Durante esta época una completa regeneración espiritual hubiera tenido lugar si se hubiera aplicado una verdadera aspiración. Precisamente se dijo en que círculos se deberían hablar estas palabras, que conexiones debían ser hechas. Pero si miramos hacia atrás, debemos admitir que la condición interna detuvo este desarrollo. Hubo varios obstáculos en los primeros años que no fueron fácilmente removidos, en el año 1926 hubo muchas posibilidades; pero los viejos y perdurables hábitos se afirmaron. Todavía no pierdo la esperanza que sus corazones se encenderán nuevamente y que ustedes se expresarán con hechos hermosos y ardientes. ¡Las conquistas podrían ser tan grandes!
Es tan triste escribir cartas acusadoras en lugar de compartir noticias llenas de alegría por los éxitos en el trabajo de otros grupos de colaboradores.
¡Rompe el corazón conocer que la más preciosa energía se gasta en trabajos correctivos o negativos, que todas las advertencias fueron inútiles, y que todo está pasando en una época terrible cuando las fuerzas tenebrosas están realizando sus asaltos más fuertes y agresivos! ¡En tiempos como estos, es cuando ustedes deberían desarrollar la máxima energía y la estabilidad interna para preservar todas sus conquistas! En la hora de aflicción, te ruego que me ayudes—encuentra el valor para ser paciente y conciliador. "Benditos sean los pacificadores...."
Al menos trata de aliviar un poco mis preocupaciones y mi aflicción. Pudo haber sido mi propia falta. Quién sabe—quizás no pude unirlos suficientemente, no pude hacer una impresión suficiente para que amaran al Gran Corazón y se esforzaran a una acción sin egoísmo. Tal vez fallé al no enseñarles con el ejemplo cómo aplicar la Enseñanza en su vida cotidiana y sobre todo, fallé al no poder encender sus corazones con el fuego de la auto perfección y la tremenda responsabilidad. Tú no te puedes aproximar a la Enseñanza y al Servicio sin ser responsable por todas tus acciones.
¡Ayúdame por favor en mi propia responsabilidad por ti! Mi corazón los llama a cada uno de ustedes. ¡Ayúdenme!
Comentarios