Hace unos días casi todos pudimos ver en la segunda cadena de TVE, el programa titulado ‘Las fosas del olvido’. Pues bien a más de uno le habrá producido desolación y tristeza el contemplar como la historia y los hechos allí expuestos, así como sus imágenes y sus contundentes manifestaciones aparecieron sesgadas por no decir falseadas, al menos sin que aparecieran contrastadas con algún documento que así lo acredite.
Casi de los cuarenta y seis minutos que duró el documental, treinta y tres estuvieron dedicados monográficamente según lo establecido por su director y guionista don Alfonso Domingo, a los ‘30.000 desaparecidos de la guerra civil española enterrados en tumbas sin nombre’, y conforme al parecer también sostenido tanto por don Emilio Silva, nieto de republicano asesinado en campo abierto y fundador de la ‘Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica’, como por los voluntarios y seudo especialistas en esta materia e integrados en ella, siendo su objetivo principal la búsqueda y exhumación de víctimas según ellos en 800 fosas comunes como todos pudimos ver, para seguidamente identificar y exhumar aquellos restos humanos que basados en testimonios ‘orales’, fueron fusilados por el ‘Régimen franquista’ en diferentes lugares de la geografía Española. ¿Habrán investigado con detenimiento y profundidad estas supuestas víctimas del franquismo, en la gran cantidad de archivos incluida la mencionada Causa General?.
Al margen del rigor y lo morboso en la publicidad de dichas excavaciones incluidas las pruebas del ADN, que por cierto, no creo que fuera necesario haber dedicado casi dos minutos en explicar la forma de obtenerlo, se mostró claramente un afán propagandístico e insultante por algunas de las declaraciones hechas en algunos momentos por personas supuestamente afectadas empeñadas en recuperar los restos de sus seres queridos, aunque claro está, tales descendientes no tienen la culpa de ello. Bajo el pretexto de abrir algunas fosas y de dar a sus seres queridos un entierro digno, la mencionada Asociación pretende polarizar tan magna obra glorificando a todos aquellos que murieron sin juicio aparente y bajo la represión de Franco, como si todos los males y fusilamientos hubieran sido obra del ‘Régimen’, porque por el mismo procedimiento, todos los horrores y fusilamientos llevados a cabo por el Gobierno republicano durante el mismo periodo y no otro, habrían sido ‘bajo el régimen Azañista’, termino que nunca se menciona. Lo correcto sería poner nombre y apellidos a quienes cometieron tales asesinatos o en su caso bajo quienes se llevaron a cabo, pero de lo que se trata y así se hizo, fue de generalizar sin entrar a matizar los hechos históricos de tales fusilamientos y de utilizarlos como arma arrojadiza tanto en número como en calidad, y así pudimos ver cómo se mezclaban las víctimas de las Brigadas Internacionales con las de los pobres Maquis que lucharon después de la guerra por instaurar un régimen democrático a semejanza del de la República, por no mencionar el recién creado Consorcio en memoria de los combatientes rojos caídos en el Ebro.
Es licito y necesario que a estas alturas y con la perspectiva del tiempo transcurrido, se valla investigando y haciendo un recuento del número de caídos por ambas partes, así como donde y cómo murieron, pero discriminando entre quienes cayeron luchando en aquella guerra fratricida y los que fueron asesinados dentro de la retaguardia por ambos bandos. Si esto hubiera sido el argumento y la exposición de dicho programa, aún con las limitaciones de éste y acompañado con el necesario rigor histórico y documental, la cosa hubiera resultado ecuánime y veraz. Pero no fue así y resultó que de haber sido un tema divulgativo y pedagógico para todos lo españoles, resultó ser tendencioso, desagradable y mal intencionado.
Tal vez con el afán reivindicativo expuesto por dicha Asociación de descubrir y mostrar el desprecio que según éstos, durante tantos años han padecido miles de familiares víctimas de aquella represión, no se dieron cuenta incluido el director de este trabajo, que también otros miles de caídos y víctimas del terror rojo o Azañista, aun yacen en otras fosas comunes sin que nadie explote malintencionadamente la recuperación de su memoria histórica también olvidada, y me refiero al gran número de gente que sabiendo o ignorando la fecha y el lugar donde fueron asesinados sus también seres queridos, no alardean y menos aún reclaman sus restos, aunque para ello tan sólo se dedicasen unos once minutos de programa. Dicha Asociación seguirá en su empeño, y cada cierto tiempo nos volverá a mostrar sus últimos logros y adquisiciones, aun con la ayuda de patrocinadores y de otros estamentos cercanos a algún partido político, pero ignorando que no el olvido pero sí el perdón, son componentes de una actitud que jamás alcanzaran a entender.
Al parecer los odios, los revanchismos y los resentimientos seculares que algunos pretenden reivindicar de modo exultante y machacón con programas como este, hacen que el poco rigor y la escasa credibilidad que exponen en él cale en una sociedad moderna y sin complejos, capaz de asumir aquellos hechos sin venganza alguna y sin que se conviertan en arma arrojadiza. Precisamente ésta postura es la que mantienen diversas asociaciones de víctimas del Azañismo, o mejor dicho de José Giral, Largo Caballero o Negrín y de algunos de sus ministros y jefecillos de orden Público, que sin levantar polvo alguno guardan la memoria y el recuerdo de sus caídos sin que nadie sepa de ellos y sin que ningún organismo les preste la más mínima ayuda. Al contrario, siempre han estado dispuestos a colaborar en lo que se les ha requerido, incluso de forma anónima a dejar que se haga uso de sus cementerios o lugares de enterramiento, siendo correspondidos tanto en éste como en otros casos de documentales propagandísticos, con la mutilación más cicatera que han hecho en este caso al no tener el necesario rigor y la valentía profesional de dejar por ejemplo que el letrero que menciona el nombre del cementerio donde filmaron sus censuradas tomas apareciera completo.
Sin olvidar que él titulo del documental se presta al olvido, tanto la productora como televisión española se prestaron también a olvidar conjuntamente algunos aspectos históricos y relevantes sobre las fosas de Paracuellos de Jarama, por cierto filmadas ampliamente por la productora. Pero de lo que se trataba en dicho programa, era de mostrar con unas efímeras pinceladas a los televidentes, imágenes del traslado de los restos de José Antonio Primo de Rivera al Valle de los Caídos como ejemplo de digno enterramiento, de resumir lo más posible el testimonio de uno de los supervivientes de aquellas matanzas de presos cuyo padre y hermano reposan en una de estas olvidadas fosas, así como de la entrega de unos documentos a unos familiares que buscando a sus muertos, documentalmente aparecen identificados en lugares cercanos a Madrid. En resumen todo un alarde de bochornoso espectáculo, de inequidad documental y de falta de rigor histórico para las generaciones presentes y venideras, que nunca sabrán gracias a este tipo de programas llamados ‘documentales’ la verdad de una guerra y unos hechos, que por tanto olvidar quizás volvamos a repetir.
LAS FOSAS DEL OLVIDO
http://www.martiresdeparacuellos.com/recortes_prensa_ant.htm
Paracuellos: los rosarios de los fusilados 80 años después de la matanza marxista
En la madrugada del 7 de noviembre de 1936 son fusilados en Paracuellos los presos del primer convoy procedente de la cárcel Modelo. Ochenta años después aún se conservan los rosarios y medallas con las que muchos de ellos fueron rezando camino a la muerte.
Rosarios encontrados en la fosa número seis de Paracuellos de Jarama gracias a la investigación de Jesús Romero y José Manuel Ezpeleta
Una ciudad sitiada, un Gobierno que huye y los sublevados a punto de dar un golpe casi definitivo si logran tomar la capital. Son los primeros días de noviembre de 1936 y todos creen que la Guerra Civil puede acabar en cuestión de semanas. O incluso de días.
El general Varela penetra con 5.000 hombres en la Casa de Campo y amenaza un Madrid en el que muchos aguardan su liberación.
El Gobierno de la República, ya camino de Valencia, lo ve inevitable. En Madrid queda la Junta de Defensa, encargada de repeler la ofensiva del ejército nacional, mientras que la consejería de orden público -con Santiago Carrillo al frente- es la responsable de la seguridad ciudadana.
santiago carrillo
Santiago Carrillo pronuncia un encendido discurso por la radio durante la Guerra Civil.
Las primeras bombas en la Casa de Campo precipitan la reunión entre Carrillo y los agentes soviéticos enviados por Stalin. El joven comunista asturiano, militante de las Juventudes socialistas Unificadas, decide trasladar a los presos -militares, profesionales, profesores, estudiantes, abogados, escritores… todos ellos desafectos a la República- de la cárcel Modelo -a escasos metros del frente en el parque del Oeste- por miedo a que se unan a los nacionales.
¿Sólo por miedo? Ni mucho menos. La causa principal es el deseo de aniquilar al enemigo. Es lo que asegura el historiador Luis E. Togores. “Los comunistas siguieron la lógica revolucionaria: ¿para qué llevar a los presos a Valencia si son contrarrevolucionarios en potencia? Mejor matarlos, es lo mismo que hicieron en Katyn. No olvidemos que el comunismo ha asesinado a 100 millones de personas”, declara a Actuall.
Sorpresa en la fosa número seis
Pero el traslado, ya se sabe, es mortal: en la madrugada del 7 de noviembre son fusilados en Paracuellos de Jarama los presos del primer convoy procedente de la Modelo. Más tarde corren la misma suerte reclusos de otras cárceles como las de San Antón, Ventas o Porlier. Diversos estudios historiográficos sitúan en 4.000 el total de las personas asesinadas.
Muchos de los que fueron camino de una muerte que ya intuían segura lo hicieron rezando, portando rosarios o medallas de la Virgen, en fin, cada uno se encomendaba a su santo. Las pruebas materiales han sido desveladas en un reciente trabajo (“Paracuellos: las pruebas balísticas del genocidio”) del profesor de la Universidad CEU San Pablo, Jesús Romero Samper, y el historiador José Manuel Ezpeleta.
rosarios paracuellos 2
Objetos religiosos encontrados en la fosa común número seis de Paracuellos de Jarama gracias a la investigación de Jesús Romero y José Manuel Ezpeleta.
Si las balas y rosarios han sido hallados tanto tiempo después es en gran parte debido a los conejos que hoy pululan por la zona y se dedican a excavar en cualquier parte. Así ha salido a la superficie objetos religiosos de lo más variado. Los que se aportan en estas fotos corresponden a la fosa número seis, es decir, en la que fueron sepultados los fusilados entre el 1 y el 4 de diciembre de 1936. En estas dos fotografías aparecen varios rosarios -uno de ellos con la imagen de una Inmaculada-, además de crucifijos.
80 años después el cementerio de los mártires de Paracuellos de Jarama pasaría casi desapercibido si no fuera por la gran cruz blanca que asoma del cerro de San Miguel. La sobriedad domina el camposanto, donde las fosas comunes siguen intactas. Y así deben seguir, en opinión de la mayoría de los familiares de las víctimas que cada 7 de noviembre acuden a la misa en memoria de los caídos.
Paz, piedad y perdón
Eduardo González es nieto de un capitán guardia civil, militar de profesión, que acabó sepultado en Paracuellos de Jarama. Manuel López García fue detenido en Madrid por milicianos en septiembre del 36 y llevado ante la dirección general de seguridad, que decidió su ingreso en la cárcel Modelo. Más tarde, el 15 de noviembre, fue trasladado a la cárcel de Porlier. Y de ahí a Paracuellos.
Casado y padre de tres hijos, participó en la defensa a punta de pistola de algunas de las iglesias asaltadas en los años 30. “Mi abuelo lo único que hizo fue trabajar por España, la justicia y el orden, era católico y defendió la libertad y la justicia, por ello fue asesinado por Carrillo”, declara Eduardo González a Actuall.
Documento Buenaventura Ramos Paracuellos de Jarama
Documento de la declaración de Buenaventura Ramos sobre el asesinato de su marido, Manuel López García, en Paracuellos de Jarama /Actuall
Para salir adelante en el Madrid rojo la abuela de Eduardo González tuvo que bordar insignias para los republicanos. Más tarde las cosas no serían más fáciles: al marido de Buenaventura Ramos no le fue reconocida la “muerte en acto de servicio”, por lo que la pensión que le quedó fue insuficiente, más aún tras perderlo todo durante los saqueos del Madrid rojo.
Sin embargo, Eduardo González prefiere hablar de perdón y no de venganza. “Yo he perdonado, pero no olvido. He visto a mi madre sufrir durante toda su vida por la ausencia de su padre. No es justo que mientras muchos españoles murieron asesinados en Paracuellos de Jarama, su asesino, Santiago Carrillo, viviera como un héroe. Pero cuando murió Carrillo recé por él, para que el Señor en su infinita misericordia le haya perdonado todo el mal que hizo a tantas familias”.
De paz, piedad y perdón también habla Marcial Cuquerella, cuyo abuelo corrió el mismo destino que el de Eduardo en el otoño de 1936. José Cuquerella Moscardó, sobrino del coronel -y luego general- Moscardó, héroe del Alcázar de Toledo, “fue fusilado por ser capitán de infantería de marina”, sostiene.
“No olvidamos no por rencor, sino por el ejemplo que nos dieron los que murieron. Hemos perdonado y cuando murió Carrillo todos rezamos por él”, dice un nieto de José Cuquerella
Pero al capitán Cuquerella no sólo lo detuvieron por militar, aclara su nieto 80 años después, sino porque se negó a jurar la Constitución de 1931 por su contenido ateo.
Además fue presidente de la Asociación de Familias Cristianas de Castilla-La Nueva. “Mi abuela sacó adelante a sus cuatro hijos fregando escaleras. Vivieron con esa historia presente, y eso se reflejó en el carácter de mi padre”, afirma Marcial.
Carrillo es culpable: lo dice hasta Preston
En esta historia también se conjuga el perdón con la memoria. “No tenemos derecho a olvidar porque la gran mayoría son mártires, y no olvidamos no por rencor, sino por el ejemplo que nos dieron los que murieron. Hemos perdonado y cuando murió Carrillo todos rezamos por él”, dice el nieto de José Cuquerella.
Cementerio de Paracuellos de Jarama
El cementerio de los mártires de Paracuellos de Jarama / Flickr
Porque a estas alturas la responsabilidad de Santiago Carrillo en las matanzas de Paracuellos de Jarama está fuera de toda duda. “Hasta Paul Preston reconoció en “El Holocausto español” que Carrillo fue responsable”, asegura el historiador Togores.
El historiador José Manuel Ezpeleta es uno de los máximos expertos en las matanzas de Paracuellos de Jarama. Fue vocal de la Hermandad de Nuestra Señora de Paracuellos, y a él también le mataron a un abuelo.
“Yo no tengo que perdonar a nadie, porque en el año 1936 yo no vivía, otra cosa es que los familiares tras la guerra hubieran perdonado. En mi casa no se hablaba sobre ello al igual que en cualquier otra en la que hubiera habido asesinatos”.
A su juicio el problema 80 años después es que “desde la llegada al poder de Zapatero, España, que había perdonado, ha vuelto a revolver todo aquello. El pueblo español es muy puñetero y dado a destruir la historia, con la diferencia de que ahora lo hacen los nietos, que no tienen ni pajolera idea de lo que ocurrió”, dice Ezpeleta.
https://www.actuall.com/democracia/paracuellos-de-jarama-los-rosarios-de-los-fusilados-80-anos-despues-de-la-matanza/
Fuente: Radio Ya - http://www.radioya.es/
40 AÑOS 23/09/2017 José Manuel Ezpeleta, Las dos represiones 1936-1946
https://www.ivoox.com/40-anos-23-09-2017-jose-manuel-ezpeleta-las-dos-audios-mp3_rf_20746873_1.html
Repaso exhaustivo y minucioso a 40 años de historia de España, con entrevistas y reportajes de una época (1936/1975).
Javier García Isac entrevistará a José Manuel Ezpeleta.
40 Años
https://www.ivoox.com/podcast-40-anos_sq_f1407067_1.html
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