Manuel Reinerio, Director de Comunicación y Relaciones Externas en Corporación Alimentaria Peñasanta (CAPSA).
“Me preocupa cómo nos relacionaremos después de esta pandemia”.
A Manuel Reinerio, quien ya ha cumplido una década como responsable de Comunicación y Relaciones Externas en CAPSA, el COVID-19 le infunde mucho “respeto”. Tanto en el presente, “a veces pienso que no está pasando”, confiesa, como en el futuro. “Tengo incertidumbre por saber cómo será nuestra vida después de todo esto, como nos relacionaremos, sobre todo aquí en Asturias que somos muy cercanos, y también por las circunstancias económicas que traerá todo esto; esperemos que el futuro sea mejor de lo que nos están contando, y que poco a poco nos adaptemos”, afirma.
Al igual que los directivos y operarios de fábrica de CAPSA, Manuel Reinerio acude a diario a las instalaciones de su empresa. Son apenas un 5% del personal – el 95% restante trabaja desde su casa-, pero no han escatimado en medidas para que ni su salud ni su seguridad se vean afectadas. “El 26 de febrero empezamos a tomar las primeras medidas de distanciamiento social, higiene, con la instalación de más dispensadores, y otras medidas que se fueron adaptando a medida que avanzaba la pandemia”, revela. En total, han implantado más de cien medidas de seguridad, y hasta el momento ha sido un éxito. “La clave ha estado en el compromiso de nuestros empleados tanto a nivel de mantenimiento de medidas como en el teletrabajo”, dice.
Seguro de que una vez superada la crisis sanitaria ya nada será lo mismo a nivel personal, empresarial o tecnológico, con un futuro a corto plazo marcado por el trabajo en remoto, Reinerio considera fundamental que se intensifique la colaboración entre instituciones públicas, organizaciones privadas y empresas. “Tras esta situación vivida, el cuidar a los demás cobrará más valor”, señala.
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