Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Pues tras un espectacular éxito en las conversiones al cristianismo en Japón (se calcula que había centenares de miles de cristianos, e incluso algún daymio), los miembros de otras religiones y los gobernantes se pusieron en contra de esa injerencia extranjera, y decretaron que los japoneses cristianos debían volver a sus relgiones tradicionales o serían ejecutados. Murieron decenas de miles de cristianos perseguidos, es conocida la ejecución en cruces invertidas en la playa, para que al subir la marea se ahogaran. Tras eso se inició el aislamiento durante siglos de la sociedad japonesa, permitiendo como único contacto legal, que comerciantes holandeses desembarcaran en el puerto Nagasaki, y bajo total control de funcionarios, que no les dejaban salir de la zona ni tener contacto con nativos no permitidos. La persecución a la iglesia japonesa en la ilegalidad, duró hasta mediados del siglo XIX. Este problema sucedió obviamente por problemas políticos, ya que los daymios conversos podrían haber ido en contra de la estricta sociedad japonesa al tener una excusa religiosa (lo que pasó en la Europa protestante respecto del Emperador Germánico), pero son conocidas las proclamas anticristianas del clero budista.