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Comentarios
Discrepo con Alberto en que la inmensa mayoría del profesorado no es bueno y no se le puede echar. Esto no es cierto, al menos, en los centros que yo he estado. Mis compañeros todos los años realizan cursos para renovarse, cursos que no tienen ningún aliciente económico y que apenas lo tiene como mérito pues con que hagas dos años ya se te completan los puntos para el concurso de traslados, es por mejorar en su práctica docente. Lo que sí es cierto es que los que trabajan poco y mal son muy cantosos. Yo soy muy partidaria de que los inspectores se dejen de papeleos, entren en las aulas y expedienten a quien haya que expedientar. Con lo que dice Enrique de los que ven tan fácil enseñar a enseñar, mi padre, que era profesor de lengua (asignatura que me encanta aunque yo soy de matemáticas) siempre me decía que en la antigua Grecia el pedagogo era el esclavo encargado de acompañar al niño hasta la Palestra o didaskaleía, y que la educación se acabó en el momento en que pasaron de la puerta y se metieron dentro...
Olé Enrique. Sólo discrepo en una cosa: soy físico y a mi la lengua de COU me sirvió de mucho. Claro que tuve una profesora fantástica.
Jejjejejuju , copon, uuhhuuu, ... ultima parte apoteosica de Enrique, apunto del colapso; voy a a arrancar los posters de mi habitación y voy a poner uno de Enrique.
Pues cuando le metáis mano a la formación profesional os va a entrar la risa nerviosa. Ahí sí que hay profesorado florero a punta-pala, aunque muchos por que nadie se preocupa de ponerlos al día, sólo de que -como buen decís- generen montañas de burocracia. Deberían explicar profusamente a la gente cómo funcionan los centros de estudio, por que hay algo que no marcha, y me disgusta no saber lo que es. Ahora nuestros hijos están ahí y les hemos dado una educación intentando que sea una base para poder absorber todo ese conocimiento, y nos encontramos con que o no hay mucho conocimiento que absorber, o son contenidos obsoletos o simplemente paja para mantener a la gente ocupada. Así nos va.
Creo personalmente que Enrique hace una disquisición sobre el valor de la "carrera" de magisterio en cualquiera de sus variantes muy moderada con una clara influencia del entorno de corrección política que hace que nos autocensuremos. Aunque estoy de acuerdo con el fondo no puedo estar más en desacuerdo con unas formas tan equidistantes , yo apostaría x una visión crítica de hechos históricos que, aunque deleznables en su aplicación x los grupos a los que fueron dirigidos, no lo son tanto si los reconducirnos hacia grupos que x decisión propia se hacen merecedores de tales atenciones como la mayoría de los profesores de esas facultades y demás individuos que defienden la carrera tal cual está, a los métodos que me refiero se encuentran detallados en el libro Gulags de Anne Applebaum y que creo que como inicio suave en el proceso de explicación de su error por métodos propios que siempre son los más convenientes y pertinentes. Un saludo y seguid así. Si queréis otro charco os recomiendo el feminismo de género, de género, no el que reclama igual, ojo, el libro "La tabla rasa" de Steven Pinker, especial atención al capítulo 18, ahí lo quedo, si os interesa podría dejar x aquí artículos al respecto;)