Hoy les vamos a ofrecer uno de esos programas, nada extraños en La voz del poeta, en los que lo importante no es el autor de los poemas que se recitan, pero ni siquiera éstos, sino la persona que lo hace, normalmente, porque su actividad poco o nada tiene que ver con la poesía, en general, o con la declamación de poemas, en particular, tratándose, por lo común, de alguien conocido de muchos en la actividad o por la actividad que desempeña. Y ese alguien es hoy Aitana Sánchez Gijón, conocida actriz de cine y teatro, quien, como tantísimos otros, se acerca de vez en cuando a la poesía para hacer sus pinitos como declamadora, debiendo reconocer que no lo hace nada mal. En esa clasificación a la que a veces hacemos referencia sobre cómo decir poesía, diríamos que Aitana está entre la lectura y la recitación, solo que, dada su profesión, ambas son de calidad. Como dato anecdótico, comentaremos que la familia de Aitana está vinculada a la de Rafael Alberti, razón por la que éste le dedicó un pequeño poema a su nacimiento, y, de hecho, ella debe su nombre a una hija de Rafael Alberti. El valor de dicho poema se limita a quien lo compuso y a quien va dirigido, pero creemos que será simpático recogerlo en este programa, incluso, como primer poema. Por lo demás, le vamos a dedicar a Aitana Sánchez Gijón dos programas, siendo los poemas de éste los siguientes: De Rafael Alberti: 1. Para Aitana, la niña nueva. De Gabriela Mistral: 2. Una palabra (con Juan Diego Botto). De Pablo Neruda: 3. Oda al diccionario. Nos parece interesante resaltar este último poema, ya que, más que de una opinión, hace gala de un sentimiento (casi de una vocación), que deberíamos cultivar todos en lo que pudiéramos, porque poco tan ancestral y digno como el orgullo y el respeto a la lengua de uno, que asimismo debería demostrarse hablándolo y escribiéndolo correctamente.
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