"Anímate, todo termina por pasar", me dicen algunos amigos al verme. Pero yo sé que no es verdad, no todo pasa, y una idea no cambia un sentimiento, una sensación, la de agotamiento interior, la de acabamiento. Simplemente, se siente o no. Sin más. No hay nada que pensar.
Los años me han hecho descubrir que vivir mata, que nada nos acerca más a la muerte que la propia vida, y que cuanto más vives, más mueres por dentro. Por eso vivir demasiado es el motivo de una muerte prematura, nos hace viejos antes de tiempo inevitablemente. Y aunque al fin y al cabo todos tenemos que morir, lo malo es hacerlo por dentro antes de tiempo, poco a poco, y quedar así, sintiéndote muerto mientras respiras de forma absurda un oxígeno que te sobra, cansado de vivir, aburrido de ser uno mismo, agotado por una vida cotidiana insípida, a la que vives sometido sin respiro, sin elección.
Y es que al final no hay nada que decidir, las cosas son posibles o no lo son, y ninguna de las cosas que precipitaron cada uno de los finales en los que fuimos muriendo, es hoy diferente. Todo seguirá igual, y nada será posible porque el corazón tiene memoria, y un día cualquiera, por puro aburrimiento, sin que lleguemos a advertir el momento exacto, recoge lo poco que queda de lo que fue y se marcha, y se queda a vivir en un lugar perdido del que nunca vuelve, tratando de evitar ser, eso, nuestro corazón muerto.
Programada dedicado a la poesía y a la prosa poética dirigido por Francisco José Fernández-Cruz Sequera.
Comentarios
magnífico, el programa de hoy?