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Comentarios
Hola Juan Antonio! has preguntado al maestro por la proporcionalidad a la hora de defendernos. Aparte de lo explicado por Manuel Montero, quiero apuntar una cosa: cuando pensamos en agresor, siempre visualizamos un hombre grande, dormido y con ganas de matarnos. Pero un agresor puede ser cualquiera (una mujer de 40kg a quien acabas de tener un accidente de tráfico e intenta abofetearte, un niño de doce años que intenta robarte la cartera, un borracho en un bar que apenas se tiene en pie...), por eso no siempre podemos ser desproporcionados. Y una cosa más, si el agresor ya está neutralizado, ¿es lícito seguir agrediendo? Porque las secuelas más graves suelen venir una vez la persona ya está noqueada. Hay que tener en cuenta que la desproporcionalidad la puedo ejercer yo (un tío normalito de 36 años) o un portero de discoteca de 90kg y que levanta 100kg en press de banca.