Entre 2000 y 2010 los encuentros con una misteriosa criatura alcanzaron cierta notoriedad en la ciudad británica de Bolton. Aunque solo unos pocos de sus 280.000 habitantes fueron testigos de sus apariciones, el revuelo causado por aquellos testimonios fue suficiente como para elevar a la categoría de leyenda a un ser que parecía acechar entre las sombras y cuya naturaleza sigue siendo hoy un enigma.
Durante los últimos cinco años la tranquilidad parecía haber regresado a la ciudad, pero ese aparente estado de calma se hizo añicos hace tan solo unos días, cuando Natalie Kay, una joven de 28 años, regresaba en coche a su casa alrededor de las 21:30 h. tras una jornada de compras en la vecina localidad de Farnworth.
Fue entonces cuando, de acuerdo a su testimonio, publicado en algunos medios locales, un gran animal saltó delante de su vehículo, obligándola a pisar los frenos. “Se paró justo en mitad de la carretera y se quedó mirándome. Sabía que no podía ser un perro. Se parecía más a un gato, pero era muchísimo más grande, con una larga cola, orejas puntiagudas y unas enormes ojos amarillos”.
El extraño animal permaneció inmóvil durante algunos segundos antes de echar a correr por un sendero cercano. “Era del mismo tamaño que el capó de mi coche”, aseguró la mujer. “Fue realmente terrorífico, nunca había visto nada parecido. Se esfumó rápidamente, pero asusta pensar que los niños juegan cerca de esa zona”. La joven aceleró y consiguió llegar a su casa sin más sobresaltos. Fue entonces cuando, todavía temblando, relató a sus padres lo ocurrido.
Aunque la explicación más razonable sería la de atribuir estos encuentros a una pantera o algún otro gran felino abandonado a su suerte por algún dueño irresponsable, los habitantes de la ciudad no han tardado en atar cabos, relacionando de inmediato el extraño episodio protagonizado por Natalie Kay con las apariciones de la conocida como bestia de Bolton.
En declaraciones a The Bolton News, Danny Bamping, de la Sociedad Británica de Grandes Felinos, aseguró en su día que este tipo de encuentros deberían tomarse muy en serio, puesto que el hecho de su existencia no solo resulta muy interesante sino también “muy probable”.
El filósofo Patrick Harpur, autor del ensayo Realidad Daimónica, también recomienda prestar especial atención a las apariciones de estos animales: “La gente ve criaturas extrañas, no humanas, todo el tiempo. En Inglaterra tenemos una tradición de enormes felinos negros que aparecen en zonas campestres. Sé que es difícil de creer. Mi hermana es una experta en esto, ella recopila este tipo de avistamientos de grandes felinos, y son muy daimónicos. Aparecen y desaparecen de forma misteriosa. Parecen ser completamente reales, aunque nadie puede atraparlos o dispararlos. Son muy extraños, y sólo una de las formas bajo la que los seres y criaturas daimónicas siguen existiendo”.
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