Cómo jugar al fútbol los últimos días de clase sin llegar a ser un caos

Fuente: El Valor de la Educación Física

Hoy vamos a ver algunas estrategias metodológicas encaminadas a rebajar la tensión que se genera en los últimos días de clase cuando los chicos piden “juego libre” y un grupo de ellos se pone a jugar al fútbol (aunque son estrategias que se pueden aplicar a cualquier deporte).

Cómo jugar al fútbol en los últimos días de clase sin llegar a ser un caos - ¡a twittear! Índice de contenidos Por qué el fútbol provoca mayor tensión de la normal en las clases de educación física
Algún consejo antes de dejar a los chicos jugar al fútbol de forma libre
Problemas que genera la competición libre, en este caso de fútbol
Estrategias metodológicas para rebajar la tensión en el fútbol
Consideraciones finales
 
En los últimos días de clase, es inevitable que los chicos te pidan un día de “juego libre”.
Si se acepta (sería otro tema analizar el cómo hacerlo para que sea lo más educativo-equitativo posible), casi de forma irremediable, entre esos juegos va a salir un grupo de chicos que quieren jugar al fútbol.
En función del grupo, no sería raro o infrecuente, que durante el juego se produzca más tensión de lo común en las clases. Por lo que a veces se termina el trimestre/curso con una sensación un tanto agridulce.
Por ese motivo hoy voy a tratar de dar algunas estrategias metodológicas encaminadas a evitar este tipo de conductas y rebajar la tensión en estos últimos días de clase, en el caso que decidas dar “juego libre”.
Por qué el fútbol provoca mayor tensión de la normal en las clases de educación física  
Este título sería motivo de un análisis sociológico que daría para escribir un libro o enciclopedia entera, pero simplemente quiero hacer referencia a este aspecto para tomar consciencia, como docentes, del fenómeno social que conlleva el fútbol (aunque en parte todos lo somos).
Como digo, tenemos que ser consciente que el fútbol, en nuestra sociedad, es mucho más que un deporte.
Existen muchos intereses económicos en este deporte. E irremediablemente esto hace que a su alrededor crezca un circo mediático y con él, anhelos y sueños de una gran parte de la sociedad.
Estos anhelos y sueños cuando no llevan el camino deseado se convierten en frustraciones.
Y estas frustraciones,se vuelca en el fútbol y, por extensión, en la formación de los chicos que se inician en él.
De ahí, el padre que quiere corregir al entrenador, que promueve palabras malsonantes con el árbitro…
Donde quiero llegar, es que si en nuestras clases dejamos libre el “juego del fútbol” es probable que se generen/repliquen ese tipo de actitudes de frustración ante ciertas acciones, lo que genera mayor tensión entre los jugadores.
Por este motivo vamos a ver diferentes estrategias para rebajar esta tensión en los últimos días de clase. Aunque se pueden aplicar a cualquier momento del curso escolar y otros deportes que no sean el fútbol.
Pero antes…
Algún consejo antes de dejar a los chicos jugar al fútbol de forma libre Antes de dejar a los chicos jugar al fútbol me atrevo a dejar un par de consejos, que me parecen muy interesantes, por aquí:
Fomenta la participación equitativa del espacio. Normalmente el fútbol se lleva una gran cantidad de espacio, dejando al margen a otros chicos que quieren hacer otra actividad. En muchas ocasiones los chicos que quieren jugar al fútbol se sienten con el derecho de utilizar casi todo el espacio disponible. Pero no debe ser así.Lo que hago en muchas ocasiones, antes de comenzar, es dividir el espacio en función de lo que elijan los diferentes grupos y del número de personas que vayan a jugar. Por ejemplo, en alguna ocasión he dejado traer patines, y si había 10 chicos que querían patinar y 10 que querían fútbol, el espacio, lo he divido en 2 partes iguales. Es conveniente realizar esta distribución espacial implicando a los propios chicos y lanzándoles la pregunta de si lo ven justo o no.
Ante un mal gesto, una palabra malsonante, etc. No mires a otro lado. Dejar juego libre no significa desentenderse de la clase. Sigue siendo educación física. Sigue dándose la actividad dentro de un colegio. Por ese motivo si se percibe un mal gesto, una palabra mal sonante entre ellos es bueno tomar acción: preguntar al propio chico, parar el juego y que lo valoren de forma rápido el resto de jugadores, etc.Si se deja pasar es probable que vaya a más, y el ambiente se cargue de tensión y al final todo termine regular.
Problemas que genera la competición libre, en este caso de fútbol Si dejamos a los chicos que compitan de forma libre en estos últimos días de clase, se van a generar principalmente dos problemas:
Participación no equitativa. Ciertos chicos tomarán el protagonismo y otros quedarán relegados a un segundo o tercer plano.
Importancia excesiva del resultado. La victoria trae consigo alegría, la derrota, tristeza. Por no hablar de la actitud de unos equipos contra otros. Aquí podéis echarle un oído al podcast donde hablo del “efecto de la cueva de los ladrones”.
Como docentes, hay que poner medios para minimizar estos problemas, y que la práctica del deporte conlleve, entre otros aspectos, enseñar algo más que el deporte o disfrutar del tiempo de juego.
Una propuesta para que esto ocurra, es utilizar ciertas modificaciones de las actividades competitivas para fomentar, entre otras cosas, la cooperación (si te interesa el aprendizaje cooperativo, puedes echarle un vistazo al curso que hay dentro de la comunidEF).
Veamos algunas de ellas.
Estrategias metodológicas para rebajar la tensión en el fútbol Para fomentar mayor participación de los chicos se pueden utilizar diferentes estrategias:
Introducir un mayor número de móviles en el juego. A través de esta estrategia se trata de fomentar la participación de los chicos menos habilidosos a nivel motor. Si se quiere jugar al fútbol, en lugar de utilizar una pelota sola se puede jugar con varias al mismo tiempo.
Otra opción es comenzar con una serie de pelotas, por ejemplo 4, cada equipo (unas de un tipo y otras de otro), la pelota con la que se consiga gol se queda dentro de la portería (estilo billar). Cuando un equipo consiga meter todas dentro, se vuelve a comenzar.
Estas estrategias pueden venir acompañada de ciertas reglas adicionales, por ejemplo, que solamente se puede marcar un gol por chico, o que no puede volver a marcar hasta que no hayan marcados todos los del equipo.
Además de añadir móviles al juego, también se pueden añadir porterías. Cada equipo en lugar de tener una, tiene dos. Ojo, hay que tener cuidado con incluir tantos elementos, en caso que los chicos no estén acostumbrados a estas estrategias, ya que al final se terminan dispersando y no se cumple el objetivo.
El juego de balón sentado, es un ejemplo de esta estrategia, donde no se juega con un solo balón, sino que cada equipo parte con 4-5 balones de juego.

Otra opción es reducir el número de jugadores: uno contra uno, dos contra dos… aunque en los últimos días de clase, normalmente los chicos quieren jugar todos contra todos. Por ese motivo quizás no sea tan relevante en estas fechas.
Otra forma de fomentar la participación es determinar a cada jugador o jugadores una zona de actuación dentro del campo. Estilo futbolín humano. Eso sí, en esta estrategia recomiendo utilizar diferentes móviles en función del número de jugadores que haya.
Para desvincular el resultado del juego podríamos utilizar otras estrategias como por ejemplo:
Utilizar el azar como forma de puntuación. Cada vez que un equipo anote un gol tira un dado y el valor de dicho gol será el número obtenido en la tirada de dados. Aquí podéis ver un ejemplo jugando a baloncesto.
Provocar el intercambio de jugadores de equipo durante el juego. El jugador que anote un gol pasa a ser el portero del equipo contrario.
Otra opción interesante es poner en juego a tres equipos, estilo juego de los indios, de modo que la dificultad de victoria aumente. Se podría marcar en una portería concreta o bien en las dos de los equipos rivales.
Utilizar jugadores comodines. Estos jugadores están en un equipo u en otro en función de ciertas reglas. Por ejemplo, un par de chicos están siempre con el equipo que tengan la pelota, si la pelota cambia de equipo los chicos también cambian de equipo.
Consideraciones finales No olvidar que estas estrategias es algo distinto a lo que los chicos están acostumbrados a realizar, por tanto, aquellos que se encuentran cómodos en las estructuras de deporte más tradicionales van a oponer cierta resistencias.
Aún así, os animo a poner en marcha algunas de estas estrategias que he planteado por aquí.
Pero no olvidar que existen ciertas estrategias, que requieren de cierta educación y de práctica para que funcionen. Y estas son algunas de ellas.
Estas estrategias funcionan genial si previamente se ha venido trabajando el aprendizaje cooperativo. Si quieres profundizar en el aprendizaje cooperativo te animo a apuntarte a la comunidEF, para echar un vistazo al curso de aprendizaje cooperativo en educación física.
Y hasta aquí este artículo/podcast de hoy. Si te ha parecido interesante el podcast te animo a que lo compartas, a que se lo pases a cualquier persona a quién le pueda interesar.
Y si te gusta la labor que hago con el podcast y quieres agradecerlo de algún modo, puedes hacerlo dejando una valoración de 5 estrellas en iTunes, un comentario o un me gusta en iVoox, en Spreaker, o desde la plataforma que me escuches.
Muchísimas gracias por apuntaros a la comunidEF de educación física, y hacer este proyecto sostenible. Pero sobre todo, gracias por estar ahí, al otro lado. Nos vemos en el próximo programa. ¡Haaaaasta luego!
Cómo jugar al fútbol los últimos días de clase sin llegar a ser un caos es un artículo publicado por Francisco Javier Vázquez Ramos