Queridos amigos,
Cuando Cristiano Ronaldo llegó al aparcamiento del Bernabéu para disputar el partido contra el Schalke 04 y paró el motor de su Rolls-Royce Ghost de 12 cilindros en V con una potencia de 571 CV, ya tenía pensado que haría público su anuncio de no volver a hablar con los medios de comunicación hasta que no concluya la presente temporada.
En uno de los momentos más difíciles para el jugador, tanto a nivel personal como profesional, CR-7 decidió sincerarse con su viejo amigo y, a la vez, nuestro enviado especial al encuentro, quién volviendo a realizar una excepcional labor de periodismo de investigación, consiguió sacar a la luz todas las grandezas y miserias que envuelven a cualquier ser humano.
La conmovedora escena se desarrolla en el modesto habitáculo recubierto de cueros nobles y maderas exclusivas, del utilitario del futbolista.
Dinos, Cristiano ¿por qué estás últimamente tan decaído?
De um tempo agora sinto-me ninguneado por todo o mundo. Dame la impresión de que mi vida es un concurso en el que me llevo siempre la calabaza.
Quando Carleto aparece no vestuario de Valdebebas, eu sempre saúdo-le xunto a Benzemá y Bale. Un, dois, tres, aquí estamos com você otra vez. Mas ele só tem olhos para o galés, e cogiéndolo do braço, envía-nos a los outros a entrenar. Vamos que nos vamos. Y eso duele.
Pero eu penso, muito amiguitos, muito amiguitos, pero sempre sou eu o millor en cada partido de os veintidós, veintidós, veintidós, veintidós, veintidós.
Outro tanto pasa con a xente.
Agora ninguém vem a saludarme a minha plaza do aparcamento. Tú sabes, enviado especial, com estaba sempre la plaza? La plaza estaba abarrotá.
Encima, no outro dia llego a minha humilde vivienda en Somosaguas y la asistenta díceme, señorito Cristiano, la señorita Irina ha dejado una tarjetita por aquí.
La tipa diz agora que quiere reflexionar, que necesita tiempo. Que a meu costado se sente fea e insegura. No hija, no, isto non pode quedar así.
Marco o seu número en el móvil, piticlín, piticlín, y le ofrezco un cheque en blanco y nos olvidamos de lo que pone en la tarjeta. Pero ela me contesta que se marcha una temporada con o seu pai, al apartamento en Torrevieja, Alicante.
Quedoume con cara de tonto e intento acabar de ver lo que pone en la nota, pero me embarga la emoción, y hasta aquí puedo leer.
Chamo desesperado a minha mae Mariucha, cha, cha, cha, Dolores dos Santos Aveiro. Eu ya te disse que esa era una lagarta.
Ninguén me fai caso. Ya no me quieren ni los periodistas ¿Por qué será?
¿Non sabes, enviado especial? ¿Enviado especial, onde vas tan correndo?
Ya si eso, otro día me lo acabas de contar, Cristiano. Pero es que acaba de aparcar Bale y tengo que darme prisa para entrevistarlo entre toda la marabunta de reporteros que le rodea.
Así que ¡Campana y se acabó!
Buenas tardes, y saludos cordiales.
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