LA CORTE DE CARLOS IV Cap XXIV - Benito Pérez Galdós

La corte de carlos cuarto capítulo vigésimo cuarto juego y si dolor porque no has querido oírme exclamó con entrecortadas palabras aseguran que lo he hecho muy bien cuanto me han aplaudido quieres dejarte de simpleza dijo isidoro de muy malta adelante y a propósito dicen que les vía hace la mira mejor que yo lo que puede la hermosura con su buen palmito trae sin acceso a todos los hombres que hay en la sala sobre todo hay esta uno que no le quita la vista de encima y parece quieres cambiar exclamó bruscamente del moro después como hombre que tomar repentina resolución se disipó el pronunciamiento temeroso de sus negras cejas y sentándose junto a la gonzález leerlo en estos términos pepa espero decir un favor mándame lo que quieras siempre te has mostrado muy agradecida por todo lo que en beneficio tuyo varias veces has dicho que de hacer isidoro para corresponderá a lo que te debo pues bien chiquilla ahora puedes prestarme un gran servicio con lo cual quedar apagado largamente el hombre que te saco de la miseria el que te enseño el arte escénico dándote posición gloria y fortuna mi agradecimiento durará mientras viva isidoro respondió la cómica con serenidad que necesitas ahora de mi si la contraria edad que experimentó afectará sólo a mi corazón la resolvería fácilmente porque ese padecer pero tal vez afecte a mi amor propio tal vez ponga en trance muy terrible mi dignidad y me designó a sufrir los desengaños más crueles pero de ningún modo concierto en hacer ante mis amigos y el mundo un papel desayunado y ridículo si lo que quieres decir les vía me ha dicho que estas celoso si vieras como se ríen de ti llamándote del poble hotel o no debemos fiarnos de la afición que alguna vez nos muestra de esas personas tan superiores a los otros por su clase un abismo nos separa de ellas y si alguna vez las deslumbrados con nuestro talento y nuestro arte la ilusión les dura poco tiempo y concluyen desprecian tonos avergonzada de habernos amado todos los que hemos brillado en la escena conocemos tan triste verdad no la conoces tu también sí dijo mi ama y yo creí que tu estuvieras en esa parte más aleccionado que todos los demás esas personas prosiguió isidoro nos contemplan desde sus aposentos su imaginación se trastorna viendo respetar los grandes caracteres los nobles y elevadas pasiones el amor el heroísmo la medicación y se enamoran de lo que ven de un ser ideal en quién seas o de hay confunde con nuestra persona la del héroe que representamos con la imaginación es citada los buscan entre bastidores y pueda del teatro pero en cuanto nos tratan un poco y advierten que somos lo mismo sino peores que los demás y que todas las sublime limita desde el arte escénico desaparece hacen con el vestido y las piedras falsas que arrojamos al concluir el drama se disipa de un soplo su entusiasmo y no vienen nosotros más que a una turba de tramposos y embusteros fans antes que aprendas vale en el partido con que se les paga hasta ahora ya no me habían afectado gran cosa los bruscos desenlaces de las aventuras con que algunas ilustres personas han honrado nuestra profesión pero está en que ahora mira yo me afecta profundamente porque te lo diré con toda franqueza además verdaderamente alex vía si por mi desgracia esta pasión no es de aquellas pasajeras y superficiales que pasa en satisfaciendo el afán de un día esa mujer ha tenido el arte de ahondar en mi corazón de tal modo que hoy empiezo a reconocer en mi el embrujo crecimiento que acompaña a los amores exaltados sin duda su coquetería su frivolidad los mil artificios de su volumen carácter han realizado en mi este trastorno y para acabar de confundir los celos la desconfianza y el temor de ser ridícula mente suplantado por otro agitan mi alma de tal modo que no respondo de lo que podrá pasar