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Devenir - 7 Meses

La globalización

Si se echa un vistazo al tráfico marítimo se pueden sacar algunas claras conclusiones de la deriva del mundo en el que vivimos. Con poner Marine traffic en el buscador se puede ver el tráfico marítimo en tiempo real. Sí pinchas en cualquier barquito puedes ver su ruta y características. Los verdes son buques de carga, los rojos petroleros y los azules de pasajeros, entre otros. Una cantidad enorme de gigantescos buques moviendo el petróleo crudo y el gas licuado, inmensos barcos de carga de hasta 20000 mil contenedores llevando mercancías de un lado para otro, grandes graneleros cargados de minerales, megabuques de cruceros turísticos de aquí para allá… buques pescadores de todos los tamaños, barcos de recreo… Es impresionante.
Algunos datos que marean:
Un buque de carga con una capacidad de 50.000 toneladas puede consumir alrededor de 100 toneladas de combustible al día.… Pero uno de esos grandes buques de petróleo y de contenedores puede llegar a un consumo diario de 380 toneladas de combustible… Un crucero medio consume unas 15 toneladas… (los buques pesqueros son más pequeños y por ahora no nos metemos con ellos)... Así de brutal.
Un gran portacontenedores contamina tanto como 50 millones de coches. ¡Uno sólo! Los 15 portacontenedores más grandes del mundo contaminan el equivalente a 760 millones de vehículos. ¡Y existen unos 90.000 mercantes en el mundo! Echa cuentas. Y hay todavía cientos de pedidos para los próximos años de más de 150 metros de eslora... y petroleros hay unos 10000. Algunos con una eslora de casi medio kilómetro… Es sencillamente abrumador. Algo insostenible. Uno de los mayores culpables de la contaminación mundial es la flota mercante. Sin embargo, las emisiones de dióxido de carbono de los buques oceánicos actualmente no están reguladas…y por qué? Porque sin mercantes y petroleros la economía mundial se detendría en seco.

(Y dejamos a un lado el consumo de combustible de la aviación, que también es inmenso. Según dicen el avión es el medio de transporte que más contamina. Un avión comercial medio consume unos 1.200 litros cada 100km... En fin.)

Por suerte hasta hoy no ha habido problemas para satisfacer la necesidad de propulsión de estos buques inmensos. El tamaño de las embarcaciones nunca se ha visto limitado por la disponibilidad de los potentísimos motores diésel.
Se puede dar la globalización porque el suministro de energía es abundante. Sin petróleo nunca hubiera existido esta monstruosa fabricación global. El petróleo tiene tanto poder que nos ha permitido ignorar hasta la propia geografía en la distribución de mercancías.

El dinero para este crecimiento tampoco ha sido gran problema. Los americanos ampliaron su oferta monetaria sin necesidad de tener ya que respaldarlo con oro. Las monedas ahora están respaldadas por la confianza, por la solvencia y el crédito del gobierno que la emite. ¿Y quien más solvente que Estados Unidos? . "confiad en mí" decía Nixon.. y se confió. Sin límite a la disponibilidad de capital nos lanzamos alegremente por el camino de la moneda fiduciaria. El precio no es un problema porque el volumen de crédito tampoco lo es. ¡Que no se preocupen esos financieros en poner más capital en nuestras manos… Cualquier déficit se cubre con más deuda! Y si los beneficios no se dan, se piden más préstamos…Ningún problema. Si todo se va a la mierda ya sabemos quienes lo pagarán en forma de recortes … Así que venga, palante, a asignar capital a todo: a la mejora de las infraestructuras, a la construcción de plantas industriales, a los sistemas de transporte, a urbanizar el mundo, a los sistemas educativos, a la salud… cualquier cosa que de trabajo y beneficios. Asi nacieron las mega ciudades voraces…


Hay energía y hay dinero para invertir. No hace falta más. Es la hora del gran crecimiento y la superproducción masiva. El dinero para las inversiones vuela de un lado para otro sin barreras. Sin concertinas. Bien lo constataba Galeano: "Es más libre el dinero que la gente. La gente está al servicio de las cosas"... ¡Venga, a trabajar! Necesitamos trigo para el sustento.. y fertilizante para el trigo. Y petróleo para el combustible, hierro para el acero, piedra para el hormigón, cobre para el cableado… ¡Nada puede interponerse en el camino hacia el desarrollo! Bueno, necesitamos también la ayuda de los Estados.
No solo para que no pongan palos en las ruedas, sino en su papel de Policía... El Estado es hoy la Policía de las Multinacionales: desregulación, rebajas de impuestos, privatizaciones, deslocalizaciones.., y en fin, el poder total entregado a los mercados financieros por encima de casi cualquier otra cosa. Y si algo hace la Policía bien es obedecer: protege y excluye a quien debe y garantiza a los ricos que sigan haciendo sus negocios en una granja tranquila… Así las fronteras no son hoy más que un mecanismo de administración demográfica que determinan los lugares de producción barata, donde extraer las tasas de beneficio, y de consumo caro, donde extraer las tasas de beneficio. Para eso sirven las fronteras hoy: para encerrar al pobre y facilitar la reproducción del Capital…mientras las élites disfrutan de sus "paraísos sin fronteras".

….

Y detrás de todo ese tráfico, de todo ése ajetreo inmenso, de toda esa superproducción y riqueza… ¡Cuánta explotación y expolio! Detrás de tanta grandeza… ¡cuánta miseria y cuánto sufrimiento!

La dinámica occidental, capitalista, que tanto gusta de elogiar a muchos, tienen su premio sí, pero también su precio. Sin duda, este proceso de globalización neoliberal así como la deslocalización de manufacturas hacia el extranjero en busca de mano de obra barata, sin olvidar la pérdida de influencia de los sindicatos, aceleraron el desmantelamiento del Estado de bienestar y la desindustrialización…provocaron la consiguiente destrucción de millones de buenos empleos bien pagados. Agravado por las posteriores crisis como las de las hipotecas y las subprimes…

Ahora se va a empezar a ver bien lo que todo esto conlleva. Para empezar la estupidez y mala previsión que tantas vidas se lleva por delante. La autosuficiencia alimentaria cada vez es menor. De hecho ya es imposible, dependemos de todas estas importaciones de alimentos y materias primas que llegan desde miles de kilómetros. Ni siquiera los países más grandes tienen reservas suficientes de minerales para su economía, y muchos importan más alimentos de los que producen…
La deslocalización, llevarse la fabricación lejos en busca del beneficio ansiado, ha hecho estragos.
Y, claro, a partir de esto la opinión favorable a la globalización ya lleva a un tiempo debilitándose.
Y es que la tragedia a causa de la desindustrialización en los países del primer mundo es de ordago. Muchos suicidios y muertes por drogas y alcoholismo son consecuencia de la desesperación de la pérdida de los empleos.
También muchas de las transacciones son grotescas y mortales. Que Canadá, el país con mayores recursos forestales del planeta, importe los palillos y el papel higiénico de china…lo dice todo. Y que muchos fármacos y medicamentos procedan de un pequeño número de proveedores, porque satisface el sueño de muchos economistas de fabricar al menor coste unitario posible, es algo criminal cuando te enfrentas a una pandemia sin equipos de protección… o cuando los estados que dependen de esa producción extranjera entran en una desoladora competencia para hacerse con esos suministros limitados porque muchos pacientes no pueden acceder a esos fármacos a causa de la reducción o del cierre de esas fábricas lejanas… porque si llega una pandemia y con todo este impresionante desarrollo y toda esta fuerza productiva…no tienes ni siquiera guantes ni mascarillas de las que echar mano… miles de muertos.

¿Y la externalización y el expolio? El Norte global expolia estructuralmente al Sur global y gracias también a esto se disfruta de estos niveles de bienestar. Esta injusticia se intenta maquillar de muchas formas. El crecimiento, como siempre, la principal. O exponiendo que la intervención aquí sólo puede repercutir negativamente en forma de un mayor sufrimiento precisamente en esos países para quienes este juego resulta ya vital... Y sin duda, al menos en el plazo corto, tienen mucha razón. Pero no deja de ser una mentira la “ayuda” de los enriquecidos a los empobrecidos…para tranquilizar la conciencia. Sólo hay que ver como las fronteras permiten el movimiento de unos y bloquean el paso de otros. Y cuando si se permite es para, nuevamente, el aprovechamiento propio, más para trabajar ilegalmente y en formas semiesclavas en las huertas industriales o en sus casas particulares… El cierre del espacio económico y social propio sirve precisamente para protegerse de las repercusiones negativas. Porque este dinamismo expansivo tiene un efecto “boomerang”. Las externalidades negativas rebotan y regresan a las sociedades opulentas en forma de inmigración, contaminación o conflictos…
El expolio del Norte global al Sur global es un hecho incuestionable. El capitalismo tiene una dinámica de crecimiento y expansión que necesita un “afuera” de donde extraer recursos de todo tipo, materiales y humanos. Y la esclavitud que se creía abolida en el imaginario del Norte sigue presente muy cerquita.

Pero renunciar a eso es renunciar a la vida a la que estamos acostumbrados y que creemos que nos corresponde. Es más: creemos que tenemos un derecho casi legal a sostener y continuar nuestro modo de vida cueste lo que cueste.


Y cuánta hipocresía capitalista. El Estado mínimo que defienden los capitalistas… en realidad lo que defienden es lo que les conviene. Cuando son las empresas y multinacionales propias las que quieren y necesitan abrirse paso en el exterior quieren Estados que no interfieran. Cuando son los productos de empresas extranjeras las que quieren hacer lo mismo lo llaman competencia desleal… y buscan que los propios Estados pongan límites…

El libre mercado ahora ya no nos va tanto. Ahora queremos proteccionismo y que regrese la industria. Y que se reorganice la cadena de suministro, que dependamos menos de esas importaciones de lugares lejanos para resistir mejor a los posibles desvaríos o interrupciones del comercio.


….


¿Se va a venir todo este mundo abajo?

La gente no quiere saber cuáles son las condiciones estructurales de nuestro modo de vivir, ni tampoco quiere saber demasiado de sus inevitables efectos.
Detrás de todo ésto hay algo siniestro en lo que no queremos ni pensar.
Disminuye el transporte, elimina el consumo masivo… y todo se derrumba. Cumple con los derechos humanos y todo se derrumba. Este mundo es muy frágil. El conflicto entre países, bloques y las superpotencias es más que previsible que se multiplique. Aumentan las leyes de extranjería, la exclusión, el exterminio… y ya sabemos que el nacionalismo, el racismo y la xenofobia es terrible. Los neofascistas trumpistas crecen por doquier.
Y el conflicto de clase dentro de los mismos países también va en aumento.

Esta claro que los conflictos sobre el camino a seguir van a aumentar, y se volverán más violentos.
Porque hay mucho discurso del miedo. Buscando ésa estabilidad de nuestro nivel de vida que se empieza a tambalear. Nos sentimos acosados.

Si se agota el petróleo va subiendo el precio…y el coche de gasolina o gasoil no se puede sustituir por uno eléctrico, o de hidrógeno, que además dependen igualmente de los combustibles fósiles… ¿Cómo nos la vamos a arreglar?
Estamos en una civilización impulsada por los combustibles fósiles, cuya calidad de vida y prosperidad se basa en inmensas cantidades de carbono lanzadas al espacio… y nos resulta sencillamente imposible salir de esta situación. Porque hay que reorganizarlo todo en una producción local y cercana. La descarbonización total solo es concebible bajo un coste de un inmenso retroceso económico en todo el mundo. Aunque a algunos, con razón, seguro que se la suda... O en progresos técnicos casi milagrosos que parece improbable se vayan a dar. Hay algunos científicos que prometen la llegada de supersoluciones tecnológicas que permitirán que toda la humanidad disfrute de altos estándares de vida… Pero no llega. Y parece poco probable. Y lo que sí ya es real y está aquí es la escasez de mucha materia prima básica. Como el cobre fundamental para toda esta energía renovable. ¿quién va a hacer de manera voluntaria a esas transformaciones necesarias para lo que se avecina? Nadie.

Esta crisis climática y energética derivada de esta superproducción en un planeta finito va a representar una nueva y profunda intervención en la vida cotidiana. Con sólo energía renovable sería imposible este ajetreo, así que va a haber un decrecimiento si o si, pues este planeta no da para más.


Todavía vemos el negacionismo en la derecha sobre el cambio climático muy fuerte, pero a medida que empeore, a medida que los problemas energéticos y la escasez de materias primas se hagan más fuertes y evidentes, el negacionismo se extinguirá. Y ¿qué pasará entonces? Que los adeptos a un decrecimiento de tipo reaccionario saldrán sin tapujos. Lo que se llama ecofascismo: la unión de la defensa del medio ambiente y el nacionalismo. Una perspectiva xenófoba exacerbada.

Con la amenaza climática y las visiones colapsistas del mundo emergen tanto visiones solidarias que ponen el acento en que todos estamos en el mismo barco y debemos salvarnos juntos, como se alimentan perspectivas más excluyentes. Para éstos la incertidumbre sobre el futuro no se doblega ante reivindicaciones humanitarias: el chivo expiatorio en los ya debilitados estado de bienestar será la inmigración. Se cortarán las manos extra que se aferran a los lados del bote salvavidas sin vacilaciones…

"La justicia para todos equivaldrá a la catástrofe de todos" se empieza a escuchar. "Si subimos demasiadas personas al bote salvavidas lo hundiremos"... "En un país rico, en un mundo con recursos cada vez más escasos, sus habitantes sólo sobrevivirán si se les niega la entrada a los muchos que se están ahogando en el agua"…
Es la "ética de los botes salvavidas'', de la que tanto se está escribiendo ya, que busca contrarrestar la metáfora de la nave tierra, esa "ética de la interrelación de todos'' que ya muchos condenan como bienpensante, obsoleta y propia de intelectuales sin coraje… Esos botes salvavidas son países enteros. Es la visión que une ecología y nacionalismo, la pureza ambiental y la pureza racial, la unidad de sangre y tierra…Algunos ya hablan de poner francotiradores apuntado al otro lado de la valla fronteriza y…se acabaron las tonterías. Sostienen que no hay un verdadero nacionalismo sin ambientalismo y que los inmigrantes no blancos son una especie invasora que amenaza no sólo la supervivencia de la raza blanca sino la del planeta entero. Así que proponen "salvar árboles y no refugiados"...

En la dictadura verde se reemplaza la democracia por una forma de gobierno autoritario ya sin máscaras, que ya vemos a ver por doquier: "si la circunstancias son apocalípticas, si no podemos permitirnos esperar hasta que la gran mayoría esté lo bastante madura como para entender, entonces la decisión debe tomarse desde arriba a pesar del gran número de personas que sufrirán por ello, como la única manera de salvar el planeta"... ; "la aniquilación del medio ambiente está creando una carga enorme para las generaciones futuras. Las corporaciones están encabezando la destrucción de nuestro medio ambiente al sobre explotar descaradamente los recursos… si podemos deshacernos de suficientes personas nuestra forma de vida puede ser más sostenible"… Así hablaba Pentti Linkola y cada día hay más acuerdo con él.

Así que para los ecofascistas que también sienten fijación con la teoría de "el gran reemplazo", el bienestar solo se puede mantener a costa de la vida de los otros… Se está también alimentando en las redes éstos ecofascistas que impulsan una ideología asesina y racista en nombre de la protección del planeta. Y ya sabemos que a veces esa ideología sale de la red y mata de verdad…
Vemos como las ideas nacionalistas penetran en el pensamiento convencional de nuevo de forma fortísima, y podemos volver a ver una dictadura ya sin máscaras cuando éstos problemas se vuelvan más cercanos y aún más amenazantes.

Pero sabemos que no se va a renunciar fácilmente al nivel de vida, así que éste nacionalismo y la negación extrema de la inmigración se va a dar a la vez que continua el expolio de las materias primas cada vez más menguantes necesarias para el mantenimiento del estatus. Así que a las políticas antimigración seguirán las guerras colonialistas por los recursos. Los imperialismos van en esta dirección.

Las crisis cuando se agudizan nos suele volver peores, no mejores. La imagen de todos interrelacionados en la nave tierra no tiene nada garantizado contra la ética del bote salvavidas.

Pienso que el mayor problema, incluso el horror que puede sobrevenir con todo esto del cambio climático, de la escasez de recursos energéticos y materiales.., no está tanto en que ya no podamos seguir viviendo de una forma digna, o en la violencia intrínseca de las olas de calor, las inundaciones o huracanes, como en las formas que las sociedades elijan para afrontarlos... Es un problema más político y sistémico que climático o energético.

Y sin duda ésta crisis fruto de los límites del planeta, es la base sobre la que se va a construir la política del siglo XXI. Y las derechas e izquierdas xenófobas ya se están empezando a dar cuenta. Tal vez nos iría mejor si siguieran negándolo.




¡Ah, la globalización! ¡Qué maravilla el mercado libre, cuando todas las grandes economías pudieron abrirse a la inversión extranjera, cuando el comercio se intensificó y las poblaciones pudieron dedicarse al turismo masivo! …

Amplios estratos sociales se dan cuenta de lo que realmente está detrás de todo ésto, de tanto sufrimiento para tantos y de la insostenibilidad. Y de que el futuro será muy diferente. Y hay miedo. Y no es extraño. Nunca la vida sobre la tierra ha estado tan amenazada.


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Devenir - 2 Años

Comparto este espléndido escrito de Manuel De Landa (difícil de encontrar) por si alguien quiere penetrar en este maravilloso universo de las intensidades y sus variaciones en todos los aspectos de la realidad.
Es sorprendente como recoge la filosofía Deleuziana sobre como las magnitudes intensivas producen diferencias, y nos muestra su acción revolucionaria desde el campo fisico, del cambio de temperatura por ejemplo, a otros de mayor escala como en la historia, el clima, la economía y la evolución…


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MANUEL DE LANDA.
VIVIENDO AL BORDE DEL CAOS. SITAC, 2011.
Quiero empezar esta plática con una confesión: yo no sé nada de arte.
Tampoco he estudiado nunca el campo de la filosofía que se llama Estética.
Entonces, ustedes se podrían preguntar en este momento ¿qué está
haciendo él aquí?. Yo soy filósofo de la ciencia, estudio cosas como las
matemáticas, la física, la biología, la química, pero uno de los ángulos que
siempre he tocado en los estudios científicos y que se articula con el arte y
con el diseño, aunque sea indirectamente, es el campo de la morfogénesis, o
sea, el estudio del nacimiento de la forma.
Ustedes, como diseñadores, arquitectos, pintores, músicos o coreógrafos son
parte de procesos morfogenéticos, le dan nacimiento a la forma. Pero lo que
yo estudio no son tanto los procesos morfogenéticos en los que los humanos
están envueltos directamente, sino en los naturales.
Una de los temas que siempre me ha fascinado - y sobre el que he escrito
mucho - es cómo nace la forma de las montañas, las nubes, las tormentas,
los huracanes, los tornados, las plantas, los animales, los planetas, las
estrellas y los sistemas solares. Porque en esa morfogénesis, en ese
nacimiento de la forma, no solamente la especie humana es el producto
directo de estos procesos que no han sido dirigidos por nadie y en los que
entra una materialidad que es capaz de dar origen a la forma por sí misma,
además de que puede expresarse a sí misma sin la ayuda de un artista
humano.
La expresividad de la materia es uno de los temas de los que quiero hablar
ahora. Regresaré más tarde al tema de las catástrofes, sobre todo de las
matemáticas de las catástrofes y su estructura universal, pero quiero situarlas
dentro del marco de la expresividad de la materia.
Yo soy un filósofo materialista. Como tal, una de las primeras cosas que
rechazo es la idea de que la forma viene de un cielo platónico o uno bíblico,
lo cual presupone que la materia es inerte e incapaz de generar formas por sí
misma. En el creacionismo bíblico, por ejemplo, la forma empieza como un
concepto en la mente de Dios y es impuesta sobre la materia como una
orden: Hágase la luz… Hágase la forma de las plantas, de los animales, de
las montañas y de las nubes. Esta es una orden ejercida desde arriba que
tiene que llevarse a cabo porque la materia – pobrecita – es un receptáculo
inerte para formas que le piden desde fuera.
Muchos artistas, desgraciadamente, se creen dioses. Ellos piensan que el
nacimiento de la forma tiene que ser cerebral: invento la forma en mi cerebro
y luego se la impongo a una materia, que es inerte, y me obedece porque es
mi “esclava”. Pero hay otros artistas que le dan su lugar a la materia, que
hacen una especie de sociedad con la materia, que se dan cuenta de que la
materia tiene poderes morfogenéticos en sí misma. Ya sea la materia de los
pigmentos, o en la que entran las pinceladas, o la materia sónica que va
eventualmente a elaborarse dentro de una canción o el cuerpo humano
material y su expresividad. Ellos sacan ventaja de esa concepción de la
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naturaleza en la que ésta es expresiva, creativa, y que da origen a la forma
por sí misma sin necesidad de una agencia psíquica, divina o humana, que
se la imponga.
Me interesa despertar en ustedes esa curiosidad por la morfogénesis natural,
darles bases analíticas para poder pensar en ella y que les sirva, aunque sea
indirectamente, en su práctica artística.
Empecemos con las formas más limitadas de expresividad material, esto es,
la expresividad de la identidad de la materia. Hasta las partículas más
pequeñas y simples como los átomos y las moléculas que, obviamente no
tienen sistema nervioso - como algunos animales que se podría decir que es
el sistema nervioso el que lo hace expresivo - ya son capaces de expresar su
identidad de la manera sencilla, en la categoría más simple de la
expresividad que es la huella.
Piensen en las huellas digitales que ustedes dejan en la escena del crimen
sin saberlo y que la policía puede utilizar para identificarlos. Aunque las
huellas digitales no tengan ningún valor evolucionario, pues son un
epifenómeno que existe en los dedos, son únicas y exclusivas para cada ser
humano y al ser insertadas en la escena del crimen, desgraciadamente,
expresan nuestra identidad a la policía. Quizás sean más importantes las
huellas que uno deja en la arena o en la tierra con los pies ya que un cazador
o una persona especializada puede seguirlas precisamente porque expresan
la identidad de los animales que las dejaron.
Los átomos – humildes en su tamaño y en su estructura – dejan huellas que
expresan su identidad. Hasta el más sencillo, como un átomo de hidrógeno o
de oxígeno con varias capas de electrones, cuando interactúa con la
radiación, por ejemplo con la luz solar, absorbe ciertas frecuencias de esa luz
y dejar pasar otras. Por ese acto de interactuar con la radiación deja una
huella en la luz, una especie de huella digital en la que ciertas frecuencias ya
no están ahí y otras sí. ¿Para quién se está expresando el átomo? Para
nadie. La naturaleza no se expresa para alguien, simplemente expresa su
creatividad. Nosotros los humanos, claro, podemos sacarle ventaja a esas
expresiones.
Los astrónomos, por ejemplo, pueden realizar espectrogramas, que son
básicamente fotografías de estas huellas dejadas por los átomos. En el
espectrograma, las frecuencias que son absorbidas por el átomo aparecen
como líneas negras y las que no lo son aparecen como líneas blancas. Ya
vistas como una fotografía se observan como un patrón con una forma muy
definida. Los astrónomos, ya habiéndole sacado las “huellas digitales” a
todos los átomos – sodio, aluminio, hierro, cobre, oxígeno, carbono – pueden
entonces empezar a tomar fotografías de la luz de estrellas lejanas, a las que
jamás podríamos llegar en una nave espacial para verificar de que están
hechas. En la fotografía, simplemente por la luz que nos llega, se puede ver
si la estrella está hecha de siete u ocho diferentes elementos químicos. Van a
aparecer todas las “huellas digitales” y gracias a que ya se conocen las de
cada uno de los elementos los astrónomos pueden decir que cierta estrella,
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con el 90% de seguridad, está hecha de carbono, de oxígeno, tiene un poco
de hidrógeno y helio, etc.
Podemos usar esas huellas para identificar los materiales de la estrella,
porque la estrella se está expresando. Lo hace a nivel de patrones abstractos,
pero esos patrones habitan el mundo de la luz, están siempre dándole
estructura, llenándola de información. Información no semántica, no del tipo
de información que sacamos de un periódico, sino información en el sentido
físico, en el sentido que se utiliza la palabra en las tecnologías de información.
Si consideramos a las computadoras como algo que procesa información - a
menos de que estemos hablando de una computadora que utilice inteligencia
artificial – las computadoras en realidad son “tontas”. Son máquinas que
siguen recetas mecánicas y que necesitan información física, patrones de
unos y ceros guardados en el disco duro.
Desgraciadamente, en términos de información se tiende a producir esa
ambigüedad porque utilizamos la información asociada al lenguaje, pero el
lenguaje también se asocia a la información pura, al puro patrón físico, como
las huellas dejadas por átomos en la radiación y en la luz.
Con la evolución de los animales y las plantas, una evolución hecha posible
por la información – información física, no lingüística – guardada en el ADN,
que ocasiona que se acumule en ciertas variedades de plantas o animales
más adaptadas y que no se acumule en otras menos adaptadas, se
empiezan a desarrollar otros tipos de expresividad.
En realidad las bacterias dejan huellas simplemente arrojando moléculas
químicas que están asociadas específicamente con ellas. Una amiba puede
saber que su presa está cerca simplemente detectando moléculas químicas
que han sido expulsadas por la bacteria como productos de desecho. La
bacteria va dejando huellas químicas en la sopa de agua donde vive, huellas
químicas que pueden ser utilizadas como información por una amiba, que es
un depredador que se alimenta de bacterias.
Esa forma de expresión, expresión tipo huella, continuó durante la evolución
de las plantas y los animales, hasta que llegamos a unas especies muy
interesantes, que son los animales territoriales. Pueden ser pescados,
pájaros o mamíferos territoriales. Con la aparición de los animales territoriales
la expresión pasa de ser simplemente huella y se vuelve firma. Piensen en la
transformación casi alquímica de la orina de ciertos mamíferos – la orina es
parte de los flujos materiales naturales de un ecosistema, no es un material
particularmente expresivo, es un material alimenticio o parte de la circulación
del agua sobre los cuerpos – pero cuando la orina es utilizada por unos lobos
o por ciertos mamíferos territoriales para marcar un territorio,
automáticamente pasa de ser materia a ser expresividad.
El perro o el lobo firman alrededor de su territorio y están no solamente
expresando su identidad, sino expresando su propiedad: no cruces esta línea
de orina si no quieres entrar en una pelea conmigo. Claro, la orina no es
exactamente uno de esos materiales que los vaya a inspirar el día de hoy,
entonces vamos a tomar unos ejemplos un poco más interesantes.
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Unos de los ejemplos más usados es un tipo de pájaro – y eso también se
aplica a varios tipos de pescados – que utilizan el color para marcar territorio.
Una de las especies más interesantes es la que se conoce como bower birds
o aves de emparrado. Hay tres subespecies de este tipo de pájaros. La
primera subespecie tiene un plumaje azul sicodélico, un azul cromo brillante,
que además brilla cuando la luz le llega en cierto ángulo. Es un pajarito tan
guapo que – recuerden que en las competencias territoriales casi siempre
son los animales machos los que despliegan sus firmas para atraer a las
hembras – él piensa: solo con el color azul ya voy a atraer a las hembras que
necesito. Entonces hace un nido - porque la hembra también necesita que el
macho haga una especie de nido - pero su arquitectura es muy poco
expresiva: son unas cuantas varitas arregladas de manera que parezcan un
lugar especial, no necesariamente una construcción arquitectónica. Él tiene el
color azul, qué le importa lo demás.
La segunda subespecie es el mismo pájaro, pero debido a unas mutaciones
genéticas ha perdido casi todo el azul del cuerpo, entonces es casi todo de
color café, pero tiene ciertas plumas azules, en ciertos patrones interesantes.
Obviamente se da cuenta de que no es tan “carita” como el otro que es
completamente azul, entonces tiene que compensar haciendo un nido mucho
más elaborado. Uno puede comparar los nidos y el segundo es mucho más
expresivo que el primero, sobre todo expresándole a la hembra: tengo control
de mi territorio, existen los suficientes recursos como para venir a tener
pajaritos y yo estoy protegiendo estos recursos de cualquier extraño que
quiera venir a apoderarse de ellos.
La tercera subespecie sufrió otra mutación genética y es completamente café,
ya perdió por completo el color azul y, por lo tanto, su nido tiene que ser un
súper nido, casi con su bola de disco en medio y un bar... El nido es bastante
grande, ya tiene una estructura arquitectónica, pero lo más interesante es
que el pajarito ya aprendió a robar objetos azules: cordones, listones, tapas
de botella de refresco azules… se roba pequeños objetos azules y decora su
nido con ellos, como diciendo: yo ya perdí el azul por cuestiones genéticas
pero ¡aquí hay azul, señores!
Este es un ejemplo de como la expresividad de la materia puede migrar del
cuerpo, en donde está directamente ligada a los genes y, por lo tanto, no es
una cosa que el animal tenga que aprender a hacer, no es una cosa que
demande habilidad por parte del animal, porque ya lo tiene todo hecho y en
realidad puede hacer un nido de lo más feo. Es como si la expresividad
hubiera migrado, literalmente, de la superficie del cuerpo donde está
rígidamente determinada por lo genes, a los listones, las tapas de botella y
todos los objetitos azules que el tercer pájaro pone en su nido mucho más
complejo. Esa conducta ya tiene que ser aprendida, ya no está en los genes,
ese pajarito ya aprendió a firmar, no solamente a dejar huellas, sino a poner
su firma con esos objetos azules.
Entonces, antes de que apareciéramos los humanos, ya existía la
expresividad de tipo firma, pues la naturaleza ya se estaba expresando a sí
misma de una manera más sofisticada.
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El tercer paso, que igualmente ocurre antes de que los seres humanos
llegáramos al planeta, es el canto de los pájaros, y también es una conducta
territorial. Cuando hablo del canto de los pájaros no me refiero a los ruidos
que muchos pájaros hacen y que más bien son ruidos territoriales para que la
hembra encuentre al macho en un lugar muy arbolado. Esos chillidos vienen
en sus genes. Pero hay ciertos pájaros, como el mirlo o el ruiseñor*, que
cantan con estilo, en el sentido en el que inventan canciones.
Cuando voy pasando por el parque y encuentro uno de esos pájaros, me
quedo cerca del árbol esperando a que se repita, porque eso ha de ser algo
que el pájaro tiene guardado en su “disco duro” y que después se va a
empezar a repetir, ni modo que lo esté inventando el pájaro. Me he quedado
hasta una hora ¡y no repiten la canción!
Cuando se encierra a un pájaro joven dentro de una caja para que no pueda
oír las canciones de los adultos, crece dentro de esa caja y sale sin poder
cantar. O, más bien, da las notas de la especie, pero están ausentes todos
los adornos, las improvisaciones y las líneas melódicas que enriquecen la
canción. Por lo tanto, cantar es una conducta aprendida que ya no viene en
los genes y ese canto no es una simple firma, es ya un estilo, porque un
ruiseñor compite contra otro para ver quién canta mejor y esas competencias
de cantos, para atraer a las hembras, desarrollan estilos.
Un artista del siglo XX, un compositor clásico moderno, Olivier Messiaen,
compuso mucha música de órgano y de piano religiosa, pero también tenía
una variedad increíble de composiciones y dedicó uno de sus discos a los
pájaros artistas como él los llamaba. Él, como compositor clásico profesional,
no se iba a ir con la “finta” de pensar que estos pájaros eran artistas, a menos
de que estuviera convencido de que efectivamente lo eran. Messiaen les
dedicó toda una composición a los pájaros artistas, incluyendo algún texto
escrito por él, en el que alababa que el arte haya nacido en lo no humano,
que ya haya existido no solamente firma, sino estilo en lo no humano.
Los primeros cazadores-recolectores, ya sea el Homo sapiens o el Homo
erectus - ya que los humanos hemos estado pertenecido a varias especies en
este planeta por uno o dos millones de años, dependiendo de cuando uno
empieza a contar, si desde el Australopithecus o después - ya creaban
expresividades, ya sea en herramientas de piedra o cantos alrededor del
fuego, a partir del trance en que entraban por la misma expresividad de las
flamas. Y, claro, también están las pinturas rupestres que todos conocemos,
que también son expresiones rituales, en este caso expresiones visuales.
Cuando nosotros, seres humanos, empezamos a cantar alrededor del fuego
o a dibujar adentro de las cuevas es porque ya estábamos rodeados de una
naturaleza que se estaba expresando constantemente.
De hecho, podríamos ir más allá: es gracias a que el aire y la luz que nos
rodean están llenos de información física que los sentidos de los animales –
*
En inglés blackbird y nightingale
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el oído, la vista, el sentido del olfato, del gusto, etc. – evolucionaron. Porque
si el aire y la luz no estuvieran ya completamente llenos de huellas, de firmas,
de estilos, no habría razón para que los órganos de los sentidos hubieran
evolucionado. La luz está llena de patrones, desde los patrones de los
átomos a los patrones de la luz rebotada de los cuerpos de los animales y las
plantas. El aire está lleno de químicos, pero también están los químicos de
las plantas y de otros animales que también expresan su identidad. Los
animales evolucionaron para explotar y sacarle ventaja al hecho de que este
gas que llamamos aire y esta radiación a la que llamamos luz, están llenos de
información de la que se puede sacar ventaja si se desarrollan ciertos
órganos de los sentidos.
Esta fue la introducción básicamente para poner en escena mi visión de
cómo fue que empezó la expresividad humana, precedida e inspirada por esa
expresividad autónoma de la naturaleza.
Ahora bien, pasando al tema de las catástrofes, todas ellas son expresivas.
Imaginen, por ejemplo, una tormenta eléctrica, que tiene una forma muy
específica, pues todas las tormentas eléctricas tienen básicamente la misma
forma, ya que están hechas de nubes con corrientes de aire por dentro, unas
que suben y otras que bajan. Pero esas mismas corrientes de aire producen
nubes ordenadas en una forma muy específica, porque siempre hay una
columna de nubes, que son el cuerpo de la tormenta, y arriba tiene una forma
triangular aplanada asimétrica. Siempre aparece esa forma y luego unas
nubes que van dejando atrás. Uno puede identificar a una tormenta eléctrica
desde lejos por su forma.
Pero la tormenta eléctrica también se expresa de otras maneras. Todos
sabemos de la existencia de los relámpagos y los truenos, la tormenta
expresando su violencia, su enojo, su potencia. Cuando los rayos de esas
tormentas, o los tornados a los que las tormentas dan nacimiento, chocan
con alguna ciudad o un pueblo habitado por humanos le llamamos a eso una
catástrofe. Pero en realidad sigue siendo la naturaleza simplemente
expresándose a sí misma, a tal intensidad que es capaz de ocasionar
destrucción de los ecosistemas y de los asentamientos humanos. Eso es a lo
que normalmente llamamos una catástrofe. Lo que tienen las tormentas
eléctricas, los huracanes, los terremotos, las erupciones de volcanes en
común con los pájaros y los átomos de los que hablé anteriormente es el
concepto de intensidad. Es además un concepto básico para poder entender
la expresión antes de que aparezca el lenguaje.
El problema con la teoría de la expresión, sobre todo en el siglo XX, es que la
expresión fue reducida a la expresión simbólica: la expresión lingüística, la
retórica, la persuasión por medio de la expresividad oratoria. Existe, es real y
se puede estudiar. Estamos hablando de que el lenguaje tiene, por mucho,
150 mil años de edad. Podemos saber eso porque la laringe, necesaria para
producir las vocales, tuvo que bajar para poder producir todo el rango de las
vocales y consonantes, que son mucho más fáciles de pronunciar con la boca,
pero las vocales tienen muchos armónicos superiores para los que se
necesita no solo una cavidad de resonancia - el paladar y la lengua - sino
7
también que esté suficientemente abajo la laringe para poder producir todo el
rango de tonos.
Es posible ver en los fósiles que conocemos cuando aproximadamente bajó
la laringe. Por lo tanto, sabemos más o menos cuando apareció el lenguaje:
es hace cerca de 150 mil años. Pero los humanos llevamos en este planeta
por lo menos un millón de años, o sea que nos pasamos el 90 % del tiempo
expresándonos sin lenguaje. Por lo tanto, para un filósofo materialista, es
importante desasociar la expresión de lo simbólico. Fue un error del siglo XX
subordinar todo a la semiótica, al sentido lingüístico, a la semántica, la
sintaxis o a la fonología, dependiendo de qué escuela de lingüística uno
pertenezca, olvidándose completamente de la expresividad no simbólica.
Por ejemplo, la expresividad de la cara, que es una expresividad fundamental
para la actuación en una película o una obra de teatro, en los momentos en
los que no hay diálogo, cuando el miedo, la tristeza, el enojo o el amor tienen
que ser comunicados simplemente por medio de expresiones faciales. Es
importantísima dentro del arte y, sin embargo, cuando se llega a estudiar se
le da el nombre de “lenguaje de la cara”, como si fuera un lenguaje. Lo mismo
con el “lenguaje del cuerpo”, que es básico para los coreógrafos, dado que la
expresividad del cuerpo humano es lo que ellos explotan, lo que están
tratando de aumentar y de extraerle es expresividad y estilo. También se le
ha llamado el “lenguaje del cuerpo”, se le ha tratado de estudiar
semióticamente, como si tuviera algo que ver con el lenguaje.
Entonces, rescatar la expresión del lenguaje y afirmar que hay una expresión
material que no tiene absolutamente nada que ver con la semiótica y el
lenguaje es importantísimo. Es por eso que quería empezar con la
expresividad en la naturaleza y el concepto principal para poder separar la
expresión de lo simbólico es el concepto de intensidad. En los ejemplos que
estaba dando antes, las intensidades son de color, como el pajarito azul;
intensidades de sonido o intensidades musicales como en el caso de los
pájaros cantantes; intensidades aromáticas en el caso de los olores que
dejan las presas y que los depredadores pueden utilizar para identificarlas;
intensidades de sabor y también todas las intensidades que percibimos con
ese “sexto sentido” que es la piel; intensidades de temperatura, de presión,
de densidad: la diferencia de estar solo en tu cuarto a estar en el Metro a la
hora pico, en el que simplemente estar rodeado y estar “empacado” da una
cierta sensación; las intensidades de velocidad: todos los que se han subido
a un coche que llega a los 200 km por hora han sentido la velocidad.
También sentimos la gravedad. En este momento no la siento, porque
estamos acostumbrados a que nos empuje verticalmente, pero en el
momento en que se tiene que caminar un plano inclinado de 45 grados, se
siente que nos jalan, que hay que caminar con cuidado porque está muy
inclinado, se está sintiendo en el cuerpo la intensidad de la gravedad. Son
esas intensidades las que correctamente arregladas en patrones constituyen
la expresión natural.
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Una de las cosas de las que quiero hablarles hoy es precisamente el regreso
a las intensidades puras en nuestra filosofía y en el pensamiento, pero
también en nuestras estrategias de diseño o en las estrategias artísticas.
Las intensidades tienen dos características que se relacionan directamente
con las catástrofes. En primer lugar, las diferencias de intensidad – frío, calor,
la alta y baja presión, la velocidad lenta o rápida – cuando uno pone juntas
dos masas de aire o dos masa de materia a diferentes intensidades
automáticamente se crea un “tanque de gasolina” o una “pila”, en el sentido
de que una diferencia de intensidad guarda energía.
Todos hemos visto los mapas meteorológicos que se presentan en las
noticias de la noche para darnos las condiciones del clima del día siguiente.
En esos mapas casi nunca se ve otra cosa más que diferencias de intensidad.
Una zona de alta presión moviéndose al este.. una zona de baja presión
moviéndose al oeste… un frente frío moviéndose al sur… un frente frío o
caliente moviéndose al norte, una masa de aire moviéndose lentamente con
otra masa de aire encima de ella moviéndose muy rápidamente… Son esas
diferencias de intensidad, esos choques entre las intensidades bajas y altas
las que mueven el “motor” del clima. Si en un momento dado nuestro planeta
dejara de tener esas diferencias de intensidad, por cualquier razón, ya sea
que el Sol murió o los humanos contaminamos tanto la atmósfera que esas
intensidades van desapareciendo, automáticamente cambiaría el clima y
dejaríamos de tener el espectáculo de todos los atardeceres en que una
“pintura” diferente se crea con nubes, gracias a que existen esas diferencias
de intensidad.
Los humanos hemos aprovechado esas diferencias de intensidad
industrialmente. El motor de vapor está basado en diferencias de intensidad:
debe tener un boiler, un calentador de un lado y, no un refrigerador, sino la
tierra misma como el frío. Poniendo juntos lo caliente y lo frío, y colocando
una serie de pistones en medio, uno puede sacarle a esas diferencias de
intensidad el combustible para poder mover ese motor de vapor. Cambiando
los detalles, el motor de tu coche o los motores eléctricos dentro de las
aspiradoras o las licuadoras, así como los aires acondicionados, tienen el
mismo principio: utilizar diferencias de intensidad para mover o para gobernar
un proceso. Dado que estamos hablando aquí de procesos morfogenéticos,
cualquier proceso de este tipo, ya sea a nivel atómico, biológico o humano,
necesita gasolina, una pila o algo que le esté inyectando energía para que el
proceso no pare. Ese algo, siempre son diferencias de intensidad.
Las diferencias de intensidad están ahí en la producción de expresión, en la
producción de la expresividad de la naturaleza. Cuando los animales
territoriales crean un territorio lo que establecen es una posesión de ciertos
recursos naturales que también son diferencias de intensidad, en este caso
diferencias de concentración de ciertos alimentos, semillas, hojas o de
protección, pero están manipulando estas intensidades. El nombre técnico de
las diferencias de intensidad es un gradiente, que es el término que usaré de
aquí en adelante.
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La segunda característica morfogenética de las intensidades es que todas las
intensidades - temperatura, presión, velocidad, densidad, concentración -
tienen puntos críticos en los que hay un cambio espontáneo de la cantidad a
la calidad. En otras palabras, hay puntos críticos en los que cuando uno
cambia a un grado más de temperatura o de presión o velocidad, el cambio
ya no es meramente cuantitativo, un grado más, sino que ocurre un proceso
de nacimiento o de pérdida de forma espontáneo que sucede en el punto
crítico exactamente. El ejemplo clásico es el agua que a cero grados
centígrados exactamente se vuelve hielo y a cien grados exactamente se
vuelve vapor. En otras palabras, un mismo material puede tener diferentes
arquitecturas o formas dependiendo de qué lado del punto crítico esté.
En esos puntos críticos ocurren eventos que matemáticamente se les llama
“catastróficos”. Cuando introduje el concepto de catástrofe hace unos
momentos dije que las tormentas eléctricas, los huracanes o las erupciones
volcánicas, por el grado tan enorme de intensidad y por las cantidades de
materia y energía tan grandes que se manipulan en esos procesos, afectan
directamente a los humanos y por eso les llamamos catástrofes. Pero
matemáticamente las catástrofes son cualquier cambio abrupto de forma o de
modo dinámico de actuar que ocurre en un punto crítico de intensidad. Esos
puntos críticos son básicos para el nacimiento de las catástrofes a las que
estamos acostumbrados.
Al menos en el caso del agua, la secuencia gas-líquido-sólido varía de
expresividad dependiendo de las condiciones. Por ejemplo, cuando el agua
se congela en un refrigerador lo hace en condiciones calmadas, se vuelve
hielo y éste tiene ya una expresividad, como cristal. Tiene la expresividad
cristalina que asociamos con los metales o con el sonido metálico de
cualquier estructura cristalina, cierto lustre, una cierta manera de interactuar
con la luz para dar brillos de cierta manera y un tipo de simetría. Los cristales
de hielo son exactamente hexagonales y repiten ese patrón de mosaico, con
una expresividad ciertamente aburrida, en el sentido de que es repetitiva pero
que, sin embargo, es la expresividad cristalina.
Pero el agua cuando se congela en ese mismo punto crítico en otras
condiciones, un poco más violentas, arriba en la atmósfera donde hay
corrientes de aire sobre todo formando turbulencias, no se transforma en
hielo, sino en copos de nieve. Los copos de nieve, como cualquier artista que
los ha visto en fotografías se puede dar cuenta, son increíblemente más
expresivos, más llenos de ideas de diseño que los cristales de hielo que
repiten el mismo hexágono una y otra vez. Los copos de nieve siguen la
simetría hexagonal, porque es la simetría producida por la molécula de agua,
pero tienen formas completamente diferentes. De hecho, se dice que no hay
dos copos de nieve exactamente iguales, precisamente por las dendritas que
crecen dentro de otras dendritas, unos copos parecen árboles, mientras que
otros cierran el hexágono, viéndose más formales. Cada copo de nieve es
diferente, expresando su identidad de agua congelada de una manera
diferente, a través de diferentes patrones. Por lo tanto, para los humanos,
que buscan derivar inspiración de esta expresividad natural, ver fotografías
de copos de nieve es mucho más inspirador que ver fotografías de hielo. A lo
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que me refiero es que una cosa tan sencilla como el congelamiento del agua
ya puede producir diferentes grados de expresividad.
Otros ejemplos de puntos críticos son aquellos que determinan la manera en
la que el agua y otros líquidos fluyen. A una velocidad relativamente lenta, el
agua u otros líquidos fluyen de manera uniforme. Llega a un punto crítico de
velocidad y el agua se auto-organiza, cambia y se vuelve una corriente
circular, establemente circular, se vuelve un ritmo, una pulsación. El agua en
la hidrósfera y la atmósfera, en el sistema de los mares y los ríos conectado a
la atmósfera no tendrá un sistema nervioso - un corazón que pulse - pero el
agua pulsa y le da esa expresividad rítmica a nuestra atmósfera. Por ejemplo
creando esos circuitos de viento como los vientos alisios que trajeron a
Cristóbal Colón de Europa a América. Los vientos alisios siguen existiendo,
aunque ahora muy poca gente los aprovecha porque ya tenemos motores en
los barcos, pero cuando los barcos eran de vela teníamos que utilizarlas para
poder usar la energía de esa corriente circular a ese aire auto-organizado,
rítmico, para utilizarlo como medio de transporte.
Las montañas, que son tan expresivas, pues despiertan sentimientos,
parecen representar la eternidad como las Rocallosas o los Himalayas, de
ahí vienen ciertas teorías de lo sublime. Las montañas no son nada más que
dobleces en la litósfera, en la pequeña capa de roca a la que le llamamos
nuestra Tierra, están flotando sobre cantidades inmensas de lava, de roca
derretida, líquida. Esa roca líquida, gracias a la diferencias de intensidad, a
gradientes de temperatura que existen entre el núcleo caliente de la tierra y la
superficie de la tierra – sobre todo la que está en contacto con el océano que
es relativamente fría – crea esos pulsos, los ritmos, las redes de convección,
que ese es su nombre técnico.
Esas redes de convección son las que transportan a los platos tectónicos, a
las placas tectónicas sobre las que viajan los continentes. Y es gracias a los
choques, colisiones entre estas placas tectónicas que esos dobleces a los
que les llamamos los Himalayas o Rocallosas nacen. Hay un proceso de
morfogénesis en ese tipo de montañas y detrás de la morfogénesis hay un
motor. Las lavas y los magmas auto-organizados en circuitos cerrados llevan
haciendo eso millones de años dándole una especie de latido vivo a nuestro
planeta.
En otro punto de intensidad, pasamos a la turbulencia. Ya no es circular,
ahora es fractal, son remolinos dentro de remolinos, vórtices grandes con
vórtices un poco más pequeños dentro de vórtices más chicos… La
turbulencia sigue siendo una de las metas de la ciencia, porque nadie ha
podido todavía modelarla bien matemáticamente, pero ya sabemos que es
una manera de expresarse de los líquidos en movimiento, es un patrón
expresivo que nace automáticamente en esos puntos críticos.
Finalmente, aunque hay muchos ejemplos, en los mismos animales la
expresividad del cuerpo muchas veces está ligada a puntos críticos. Por
ejemplo en los caballos, a baja velocidad un caballo puede caminar
elegantemente, puede expresar la elegancia de su movimiento, pero una vez
que llega a un umbral crítico de intensidad o una vez que atraviesa cierta
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velocidad tiene forzosamente que trotar, expresando su musculatura ya de
otra manera con otro tipo de movimiento, el trote. En otro punto crítico de
velocidad tiene que arrancar a un galope y el caballo galopando tiene ya otra
expresividad, nos comunica otra cosa si lo utilizamos en una película o en
una pintura. Es el mismo caballo pero con otro modo de transportarse. Los
humanos, siendo bípedos solo tenemos el caminar y el correr aunque, claro,
podemos bailar y hacer diferentes tipos de expresividades con nuestros
movimientos que también están separados por un punto crítico. Traten de
caminar lo más rápido que puedan y verán que llegan a un punto en el que
no hay manera de caminar más rápido, a menos de que uno rompa en una
carrera y cambie morfogenéticamente.
Cuando uno corre está utilizando diferentes músculos, acoplados de diferente
manera a los que uno utiliza cuando está caminando. Hay muchos ejemplos
de estas secuencias intensivas en las que se crea forma espontáneamente
cuando la intensidad se acerca a ciertos puntos críticos.
Regresando a las catástrofes, una tormenta eléctrica en su nacimiento y en
su vida depende de estos puntos críticos y de la auto-organización de la
materia. Por ejemplo, una típica tormenta eléctrica contiene 5 o 6 células de
convección - este aire pulsado, rítmico, auto-organizado del que hablábamos
anteriormente – cada una de 5 o 6 km de largo. Además, para poderle dar a
la tormenta la capacidad de subir hasta donde está, o sea de crear realmente
una tormenta gigante, le saca energía a las transiciones del agua, entre vapor
y lluvia. Entonces, cada vez que se transforma el vapor en lluvia hay una
energía que sobra y esa energía la utiliza la tormenta para crecer más, lo
repite hasta que llega a formarse completamente.
Una tormenta eléctrica está hecha de estas expresividades y estos
gradientes, para que nazca una tormenta eléctrica debe de haber un
gradiente de temperatura, el mar tiene que estar caliente y más arriba en la
atmósfera tiene que estar frío. Solamente cuando este gradiente llega a un
punto crítico nace una tormenta.
Las tormentas, a su vez, son las progenitoras de los tornados. No todas las
tormentas eléctricas generan a los tornados pero los tornados siempre nacen
en una tormenta eléctrica gracias a que se crea otro gradiente, que en este
caso no es un gradiente de temperatura, sino de presión. Muy poca presión
adentro de la zona donde se forma el tornado y mucha presión afuera. Es
gracias a esa diferencia de presión, y a movimientos circulares del viento,
que el tornado nace de repente como un engendro de la tormenta eléctrica. Y
si sucede que en su camino se le atraviesa un asentamiento humano, va a
causar todos los daños y problemas que asociamos con las catástrofes.
Esta nueva visión de las catástrofes nos permite tenerle respeto a los
huracanes, a las tormentas eléctricas y a las erupciones de volcanes por su
intensidad, porque muchas de las catástrofes que nos ocurren como
humanos es precisamente por la falta de respeto que le tenemos a esas
criaturas. Tenemos asentamientos humanos en Estados Unidos, por ejemplo,
que están en la zona donde circulan los tornados. Todo mundo sabe que
siguen una línea, que cambia de año con año, pero las tormentas se dan en
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el mar donde existe un gradiente de temperatura y sabemos desde hace
muchos años por donde van a pasar esos tornados. Se pensaría que se les
tiene respeto a esas intensidades y no se pondrían casas en su camino, sin
embargo seguimos construyendo las casas justo ahí.
Pensamos que ya habíamos domesticado al Río Mississippi con diques y otro
tipo de estructuras ingenieriles. Bueno, piénsalo de nuevo, porque
domesticamos al Mississippi cuando está en la zona de intensidad convectiva,
pero no en la zona de intensidad turbulenta y por no respetar esas zonas de
intensidad, por no saber que ese actor histórico y natural que es el Mississipi
tiene sus expresiones y en ciertos puntos críticos va a dar lugar a
intensidades que nos inundan y arrastran, contra las que no tenemos defensa.
Esa falta de respeto es la que muchas veces ocasiona los desastres
humanos.
Cuando los matemáticos estudian estos puntos críticos que son las
catástrofes observan que el hecho de que el agua se convierta en hielo
puede ser una catástrofe humana o no, dependiendo de si ésta se transformó
en hielo dentro del congelador del refrigerador, en cuyo caso no es una
catástrofe, o si se congeló porque empezó una nueva Edad de Hielo,
ocasionando una catástrofe humana como en el caso de Europa, que todo
mundo sabe que es mucho más caliente de lo que debería de ser gracias a la
corriente del Golfo.
Europa está en la misma latitud que Canadá y tiene una población mucho
más densa que la de este país, pero es gracias a que hay una corriente autoorganizante
convectiva que está llevando calor de las zonas tropicales hacia
el Norte y esto es lo que le permite a los europeos vivir donde viven y tener
las cosechas y la densidad de población que tienen.
Pero en el momento en que esa corriente se detenga por cualquier razón, por
el calentamiento global, porque estamos derritiendo glaciares o porque entra
mucha agua dulce al mar del norte, entonces se interrumpiría la corriente del
Golfo. Hay un punto crítico de la concentración de sal en el mar del norte que
se necesita para que se hunda el agua y empiece de nuevo toda la
circulación. Si por “x” o “z” razones la cantidad de sal no llega al punto crítico
que se necesita para que esto suceda y se detiene la corriente de aire
entonces Europa se enfriaría tremendamente, ocasionando una especie de
mini Edad de Hielo. En ese caso la transición del agua de líquido a sólido sí
tiene repercusiones humanas.
En realidad, estamos hablando simplemente de que la diferencia entre las
micro-catástrofes y las macro-catástrofes que nos afectan son simplemente
las cantidades de materia y energía que movilizan, así como las intensidades
de temperatura, de presión y de velocidad a las que nos someten.
Los humanos vivimos en ciertas zonas de intensidad muy bien definidas: con
cinco grados más de temperatura en nuestro cuerpo entramos en un delirio
de fiebre, la mente ya no trabaja. Si nos encontramos en una zona de
intensidad de frío extremo, podemos entrar en un delirio, perder los miembros
o morir congelados. Los buzos saben que mientras más se desciende en el
océano hay más presión porque existe más cantidad de agua arriba y, los
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que se atreven, entran a zonas de intensidades de presión gigantes. El
cuerpo humano evolucionó dentro de ciertas zonas de intensidad y es una
aventura entrar en zonas de diferentes intensidades.
Los artistas ciertamente tratan de romper la rutina que puede arruinar una
obra de arte. Un artista que encuentra un estilo que vende muy bien y sigue
pintando rutinariamente con el mismo estilito se vuelve aburrido, es un artista
poco expresivo. Los artistas en general tienen que estar acercándose a esas
zonas de intensidad para arriesgarse un poco, pero también para que sus
mismos cuerpos y mentes reaccionen de maneras diferentes. Hay muchas
maneras de crear delirios en la mente y hay muchos artistas que han utilizado
el delirio como una fuente de información, siendo Antonin Artaud, el caso más
claro. Hay otras maneras de producir delirios por intensidades químicas, los
mexicanos lo sabemos bien porque somos los campeones en el número de
plantas sicodélicas que existen naturalmente en el país. No ganamos nunca
un campeonato mundial, pero cuando nos ponen en la tabla de países
ordenados por cuantas plantas sicodélicas tienen, ganamos como con 110,
superando a Tailandia que es un lugar con 75. Las intensidades químicas, las
concentraciones de estas substancias pueden hacerle violencia al cerebro y
llevarlo a zonas de intensidad desde donde se pueden arrancar nuevos
estilos, sacándonos de nuestras rutinas.
Cuando los matemáticos estudian las catástrofes, ellos no se preocupan de la
escala de ésta. Para ellos, el agua congelándose en el refrigerador y el agua
transformándose en hielo en una nueva Edad de Hielo a nivel gigante que
abarque todo el mundo es exactamente lo mismo. Una es una catástrofe
humana, la otra no, pero para el matemático, es un evento crítico en el que
hay un cambio abrupto de lo cuantitativo a lo cualitativo, en el que aparece o
desaparece una nueva forma. Lo que los matemáticos han observado es lo
que ocurre en esos puntos críticos tan diferentes como el punto crítico de
congelamiento del agua o el punto crítico del caballo que pasa del trote al
galope o el de un líquido que pasa de fluir uniformemente a fluir
turbulentamente, que todo lo que ocurre en esos puntos críticos es
matemáticamente similar.
Quizás el primero en descubrir esto fue un matemático francés llamado René
Thom, quien vivió en los sesentas. Él inventó una nueva rama de las
matemáticas llamada la teoría de las catástrofes. La palabra catástrofe se
refiere a micro o a macro-catástrofes, mientras sea abrupto y cambie la forma
y la construcción o procreación es un tema que estudia esta teoría. Una de
las cosas más brillantes que descubrió Thom junto con sus discípulos fue que
todas las catástrofes, micro o macro, a través de materiales orgánicos e
inorgánicos, vivos o muertos, todas obedecen las mismas leyes universales.
Por ejemplo, uno de sus primeros y más importantes descubrimientos es que
al existir un sistema gobernado por un gradiente, esto es, que como la
mayoría de los sistemas obtiene su energía para el proceso de un gradiente,
de una diferencia de intensidad, y si nada más hay cuatro factores causales
afectando ese proceso – temperatura, presión, velocidad, densidad o
salinidad, por ejemplo – existen solamente siete maneras universales de
pasar abruptamente de un estado a otro estado. Se les llaman las siete
catástrofes elementales.
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René Thom se volvió famoso porque descubrió un patrón matemático que es
básico para la teoría de la expresividad que está basada en la intensidad, ya
que no solo estamos descubriendo la expresividad de lo que ya existe, la
expresividad de lo actual, sino también la expresividad de lo posible. Lo que
él descubrió es que no hay más de siete maneras posibles. Ya sea que esas
catástrofes se den o no en la realidad, el espacio de posibilidades para las
catástrofes tiene estructura y son solamente siete, en este caso limitado a
cuatro factores causales y un solo gradiente. Uno de sus discípulos encontró
que si hay cinco factores causales, se le agregan tres maneras más de
hacerlo. Pero no son una manera infinita, el espacio de posibilidades de las
catástrofes tiene estructura y, de alguna manera, las catástrofes expresan
esa estructura potencial.
El filósofo Gilles Deleuze, quien me ha influenciado mucho, vivía en Paris en
los años 60’s y ya daba clases en esa época. René Thom estaba ahí y
también Mandelbrot, el inventor de los fractales, que ahora vive en Estados
Unidos. Estas ideas estaban en el aire en Paris en los 60’s, mucho antes de
que los americanos y los ingleses comenzaran a escribir sobre esto. Deleuze
fue el primero en darse cuenta de que esto era la base de una nueva filosofía
materialista, no solamente los gradientes y los puntos críticos, sino la
estructura de los espacios de posibilidades. Incluso elaboró unas teorías de
Henri Bergson y de otros filósofos, como Spinoza del siglo XVII, que ya
habían tenido visiones de lo espiritual. O sea, había un Dios impersonal y uno
inmanente, no un Dios que existe fuera de la materia, el Dios personal y
trascendente de la Biblia que vive en el Cielo. Si desapareciera toda la
materia del Universo el Cielo sigue ahí, el Infierno sigue ahí. Entonces, son
espacios trascendentes. Pero lo que él quería conseguir es una espiritualidad
inmanente, que no fuera separable de la materia, pero al mismo tiempo no
reducible a la materia y que fuera impersonal, precisamente para no tener la
idea de un Dios que da órdenes a la materia con intenciones de crear.
Deleuze se dio cuenta de que la teoría de las catástrofes o, más bien, el
concepto de la estructura de espacios de posibilidades podían ayudarnos a
entender un plano de inmanencia, un plano divino en donde están ya todas
las posibilidades, todas las estructuras de todo lo que es posible y que las
catástrofes actuales o la expresividad de forma huella, firma, estilo, al final
son lo que expresan las potencialidades de este plano espiritual, similar al
concepto de Dios impersonal e inmanente que básicamente inventó Spinoza.
Antes de que vayan a pensar de que voy a comenzar una conferencia New
Age… ohm… voy a dejar esto de lo divino y pasaré a mi último ejemplo.
Las matemáticas que estudió René Thom son el cálculo diferencial e integral,
que son, literalmente, mágicas. Ya los griegos, sin que tuvieran todavía el
cálculo, se habían dado cuenta de lo que es la integración, el cálculo integral.
Descubrieron que si se toma la figura de un cuadrado y se somete a un
proceso, a un devenir, aumentándole un lado en cada paso – el primer paso
fue el pentágono, luego el hexágono, heptágono y así - va a cambiar de
figura geométrica, pero va a haber una figura límite, que es el círculo.
Mientras más lados se le ponga a esta figura, mientras más siga ese proceso,
eventualmente se va acercando a la forma del círculo. Esa idea de que hay
formas límites a las que ciertos procesos se acercan es una idea también
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muy moderna. Ahora ya la podemos volver matemáticamente más concreta y,
gracias a las computadoras, le podemos dar una expresión visual.
Seguramente han visto ilustraciones de computadora de lo que se llama
atractores caóticos. Si nunca los han visto, lo primero que les pido que hagan
llegando a un lugar en donde puedan conectarse al internet es que googlen la
frase atractor de Lorenz y vean las imágenes. Son las mismas imágenes que
se imaginaban los griegos, pero como no tenían computadoras, no las podían
dibujar, no se daban cuenta de lo rico en expresividad que es el cálculo
diferencial e integral. Se los estoy diciendo así, porque cuando vamos a la
escuela, en la secundaria o en la preparatoria y nos dan cálculo, lo último que
vemos es la estética del cálculo. Todo mundo está tan traumado si esto
vendrá en el examen final o no. Los profesores matan a las matemáticas
quitándoles lo sensual. Cuando a las matemáticas se les sensualiza,
dándoles expresión visual, cuando uno deja que se expresen las
matemáticas haciendo que se vuelvan proceso en vez de símbolos en una
página, entonces las matemáticas adquieren vida, nos empiezan a convencer
sensualmente del poder expresivo que tienen. Las matemáticas que investigó
René Thom, el cálculo diferencial e integral, también han sido investigadas
por muchos otros. Busquen imágenes de atractores caóticos, me dirán luego
si no son enigmáticas y extrañamente atractivas.
Por otro lado, en los años cincuentas se inventaron las computadoras y nació
otro tipo de matemáticas completamente diferente. En vez de las
matemáticas continuas, representadas por el cálculo diferencial, tenemos las
matemáticas discretas, que son procesos matemáticos dentro de una
computadora. La mejor manera de darle vida a una ecuación, porque estoy
seguro que todo mundo en esta audiencia que ve una ecuación en una
página de papel va a decir “¡ay, quita eso, no lo quiero ni ver!” Si uno le dice,
“pero si esa ecuación es muy expresiva“. “¿De dónde?, mira esos símbolos
tan feos, ¿qué vamos a hacer con eso?”. Bueno, aprendan, en primer lugar, a
escribir lo que se llaman scripts, programas pequeños que hasta Photoshop
tiene, no hay que volverse programadores, solamente hay que saber hacer
scripts. Los arquitectos en la audiencia imagino que ya lo saben hacer, pero
que se los insisto, como lo hago con todos mis alumnos, porque dentro de un
script uno copia una ecuación y lo que hace el script es que cada salida, cada
elemento de salida de la ecuación, uno le mete una entrada o input y va a dar
una salida o output. Cuando uno toma la salida y se la vuelve a poner en la
entrada, y la siguiente salida de entrada y así, esto es, cuando uno convierte
los outputs en el siguiente input, uno convierte una ecuación estática en un
proceso computacional. Y si, además, uno le dice al script que llame a
Photoshop o a Autodesk o a Rhino o a cualquier programa que haga cosas
visuales y que el output final sea algo visual, esa ecuación les va a empezar
a fascinar.
Lo que sucede cuando hacemos que la ecuación pase a la computadora es
permitir que la ecuación se exprese a sí misma. Las ecuaciones no se
expresan a sí mismas en las páginas de papel y las pocas personas que
pueden ver lo expresivo en la página de papel, directamente con los ojos,
aparentemente un proceso en el cerebro hace que les salgan barros en toda
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la cara y es el precio que uno paga por ver la expresividad directamente. Yo
prefiero no tener barros y verlas en la pantalla de la computadora.
Las computadoras han hecho posible otro tipo de matemáticas y
expresividades completamente diferentes. El ejemplo más sencillo es el de
los autómatas celulares. Quizás alguien en la audiencia ha visto algo llamado
el Juego de la Vida, también es una pieza de software gratuito que se baja
para Windows o Mac. Además de googlear el atractor caótico, háganlo con el
Juego de la Vida y bájanelo. No es un juego, porque lo único que hace el
usuario es crear un patrón sencillo y luego deja que comience un proceso
recursivo, como el de que el output se vuelve el input. Lo que se observa es
una retícula de cuadros y cada uno de ellos es un autómata, o sea, es una
máquina capaz de hacer una computación. Los autómatas más sencillos se
llaman autómatas de estado finito y pueden hacer un cálculo mientras no
tengan que guardar nada en la memoria, por ejemplo, pueden hacer
multiplicaciones mientras no tengan que “llevar” un número: “llevo tres y lo
guardo en la memoria”. Los autómatas finitos no pueden hacer eso, pero
pueden hacer cualquier otro tipo de computación que no implique memoria,
como sumas o restas. No son muy mágicos por sí mismos, pero cuando uno
pone toda una población de autómatas de estado finito a interactuar unos con
otros como en el Juego de la Vida, se empiezan a crear patrones emergentes
que emergen por sí mismos y se empiezan a mover por la pantalla y a hacer
una serie de cosas. Por ejemplo, uno de los patrones más conocidos es el
deslizador o glider, porque es literalmente una especie de onda que se va
deslizando. Los autómatas están cada uno en su cuadrito, no se pueden
mover, pero el glider se desliza por la pantalla. La mejor manera de entender
al deslizador es precisamente como una ola en un estadio, como en el
Estadio Azteca donde uno debe seguir dos reglas para seguir una ola:
siempre fíjate en la persona a tu izquierda, cuando sube y alza las manos, tú
prepárate para subir; cuando se sienta, tú subes y alzas las manos y siéntate,
nada más. Con esas tres reglas se crea una onda que pasa por todo el
estadio, el deslizador es una onda de ese tipo, los autómatas finitos están ahí,
cada uno en su asiento, siguiendo reglas de ese tipo, ve a tus vecinos y
dependiendo de lo que ellos hacen tú haz esto y nada más siguiendo esas
reglas que aparentemente no tienen nada de creatividad, se crea todo un
zoológico de criaturas que es realmente alucinante. Nadie, cuando se inventó
el Juego de la Vida en los sesentas, tenía la menor idea de que eso podía
pasar. Aún más, se creó toda una subcultura alrededor del Juego de la Vida
en el que se empezaron no solamente a tomar patrones espontáneos, sino
que se empezaron a inventar patrones más sofisticados como, por ejemplo,
uno que se llamó pistola de deslizadores o glider gun que son como dos
cosas que chocan unas con otras continuamente y echan un deslizador cada
cinco o seis segundos.
A otro se le ocurrió tomar esa corriente de deslizadores y volverla como si
fueran los unos y los ceros de una señal electrónica dentro de la
computadora. La presencia de un deslizador es el uno, su ausencia es el cero,
entonces ya tenemos el principio de una computadora. Ya existe en internet
una persona que creó una computadora de verdad enteramente hecha de
elementos emergentes en el Juego de la Vida, se ve padrísima, es la tercera
cosa que les pido que googlen. Escriban: Juego de la Vida, máquina Turing.
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Una máquina Turing es el término matemático para una computadora, porque
ésta fue inventada primero como una “criatura” puramente matemática y
formal. Al hacer la búsqueda van a ir a dar a una serie de animaciones en
Java que se ven padrísimas, porque además cuando uno sabe que eso está
computando algo, la idea de que una población de autómatas finitos
interactuando unos con otros con ciertas reglas pueden dar lugar a la
capacidad de computar, de procesar información física, fue una cosa que le
cayó como una cubetada de agua fría a muchos matemáticos y físicos
porque no pensaban que fuera posible que el poder de computar información
pudiera salir espontáneamente de unas cuantas reglas. Comenzaron a
investigar la naturaleza de las reglas y se dieron cuenta del mundo posible de
todas la reglas de autómatas celulares. Empezaron a investigar ese espacio
de posibilidades y se dieron cuenta de que el espacio estaba habitado por
una gran cantidad de reglas que daban origen a patrones muy aburridos pero
muy repetitivos como el hielo del que hablábamos antes. Luego habían
también un gran número de reglas también que no daban lugar a patrones,
que eran como gases y un número mínimo, pero con bastantes reglas, en
medio, que es el que daba lugar a estos deslizadores y a pistolas de
deslizadores, o sea, como si hubiera un número mínimo de reglas mágicas
que le daban vida a este espacio de los autómatas celulares.
Y más todavía, cuando se empezó a investigar la estructura de este espacio,
se dieron cuenta de que tenía la misma estructura que la teoría de
catástrofes. Las reglas muy rígidas daban lugar al hielo, a cosas muy
repetitivas; las poco rígidas daban lugar a gases a una especie de
anarquismo, un caos. Pero las reglas de en medio, que eran como las reglas
líquidas, son las reglas que tenían la mayor cantidad de expresividad. Como
las reglas con la mayor cantidad de expresividad estaban exactamente en la
frontera de lo líquido y lo gaseoso - y lo gaseoso es caótico – a esa zona se
le llamó la orilla del caos, o sea que está en la proximidad de un punto crítico,
pero sin atravesarlo.
Una vez que esas ideas fueron descubiertas, empezaron los físicos, químicos
y biólogos a investigar si, más allá de las computadoras, la vida también
existe cerca de puntos críticos. Porque si estar cerca de puntos críticos le da
a uno capacidades de computar y si las capacidades de computar son la
manera de obtener ventajas de la luz, del aire lleno de sonidos y patrones
visuales, hay que computarlos, hay que procesar esa información dentro de
un cerebro para crear la inteligencia animal. Empezaron a sospechar la
posibilidad de que la evolución había encontrado esa orilla del caos y se
había quedado ahí, como si la evolución de las plantas y los animales se
hubiera tropezado con este lugar, en las cercanías de lo caótico y se hubiera
encontrado que, quedándose ahí, incrementaba al máximo su expresividad.
Existen teorías un tanto especulativas, principalmente las del teórico Stuart
Kauffman sobre la orilla del caos, respaldada por varios descubrimientos que
hacen que nos damos cuenta que las membranas de las células están ahí en
la frontera entre lo líquido y lo sólido, que los microtúmulos dentro de las
células, que es lo que hace que las células se puedan reproducir, están
también ahí exactamente entre el orden y el desorden. Entonces, ya que
descubrimos que esos patrones son universales, empezaron los científicos y
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los tecnólogos a tratar de explotarlos tecnológicamente, qué tal si hacemos
computadoras que estén así: paradas a la orilla del caos, pero sin caerse,
porque a la orilla del caos sucede lo máximo de creatividad y de expresividad.
Especulando un poco más, estos dos descubrimientos matemáticos, la
universalidad de los patrones en el cambio de lo cuantitativo a lo cualitativo y
el hecho de que las capacidades computacionales emergen por sí mismas a
la orilla del caos y eso haya sido algo que la revolución biológica haya
explotado desde hace mucho tiempo, nos da un mayor entendimiento teórico
de la expresividad material y nos enseña por qué los artistas tienen que vivir
sus vidas, de alguna manera, lejos de la rutina y cerca de lo desconocido.
Como en el caso de Fitzgerald, quien eventualmente se volvió alcohólico, es
muy difícil vivir a la orilla del caos, cualquier empujoncito, una relación que no
resultó bien, un dinero que no llegó y está uno hasta abajo del precipicio.
Pero, ¿cómo sacarle jugo a estos conocimientos que las matemáticas nos
han dado? dar ese fondo de la expresividad natural para decir “yo quiero vivir
mi vida con ciertas reglas, pero éstas no pueden ser ni muy rígidas, ni
demasiado permisivas, porque mi vida se vuelve gaseosa, no produzco nada,
solamente estoy hablando y saco gas. Cómo vivir mi vida con unas reglas
que estén a la orilla del caos. Y no solamente nuestras vidas, nuestras
comunidades, organizaciones y ciudades siguen reglas, a veces las reglas
son demasiado rígidas y la vida de la comunidad, de la organización, de la
urbe se rigidiza demasiado, se hace muy poco expresiva. Cuando las reglas
son demasiado permisivas, se vuelve todo un “desmadre”. Cómo podemos
encontrar esas reglas de conducta en nuestras comunidades, en nuestras
organizaciones institucionales, en nuestras ciudades que incrementen a lo
máximo la expresión, no solamente personal, sino comunal, organizacional y
urbana.
Tenemos que redescubrir la expresividad no simbólica, volvernos a
familiarizar con las intensidades brutas, crudas, para quitarnos esa cárcel
mental que nos pusieron en el siglo XX con el lenguaje y volver a reencontrarnos
con la expresividad de la materia.
Transcripción de Eric Reyes-Lamothe


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Devenir - 3 Años

¡Hola amigos! Como el podcast ya va adquiriendo un gran número de audios, y llega un momento en que es difícil encontrar algún autor o algún tema en concreto que alguno le pueda interesar ( a no ser que pongas el título en el buscador, cosa que nadie puede saber de antemano...), los he estado agrupando en listas para hacer más fácil la búsqueda si uno quiere dar rápidamente con ese algo en concreto.

Por ahora estas son las listas y los links:

-Devenir filosofía ( https://go.ivoox.com/bk/3161793)
-Devenir Nietzsche ( https://go.ivoox.com/bk/7855896)
-Devenir Spinoza ( https://go.ivoox.com/bk/7856410)
-Devenir Hegel ( https://go.ivoox.com/bk/7856490)
-Devenir Kant ( https://go.ivoox.com/bk/7856542)
-Devenir universo Deleuziano ( https://go.ivoox.com/bk/3202439)
-Devenir Platón ( https://go.ivoox.com/bk/7857189)
-Devenir Aristóteles (https://www.ivoox.com/devenir-aristoteles_bk_list_7867492_1.html)
-Devenir filósofos españoles ( https://go.ivoox.com/bk/7857116)
-Devenir historia ( https://go.ivoox.com/bk/7856647)
-Devenir ciencia ( https://go.ivoox.com/bk/3163289)
-Devenir Teoría y activismo social ( https://go.ivoox.com/bk/3161945)


Para dar con ellas desde el buscador (y alguna no siempre aparece) primero hay que poner Devenir y después, más abajo, en "listas", dar "ver todo"...

¡Muchas gracias a todos por el interés! Seguimos.


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