DIAMETRO.ORG
DMEDICOS
Programa Nº 7
A) Lo Hago por tu Bien.
B) El divorcio y los hijos.
C) Mi hija muerde a otros niños.
D) Piercings.
Comenzamos la consulta de hoy con un niño de 14 años, David, que concurre con ambos padres. Nos conocemos hace un unos 6 años, lo traen habitualmente a la consulta por cuadros banales o habituales. Es un niño sano, muy timido, con un padre dominante y una madre sumisa, callada, que apenas interviene durante las consultas.
David toca el piano desde pequeño con gran destreza. Su padre es su profesor y desde muy pequeño se instituyó en tutor de su propio hijo exigiéndole una dedicación y un perfeccionismo extremo. La capacidad de David retribuye las exigencias de su padre quien lo alienta a que siga sus indicaciones pues nadie como él quiere su bien. “Nadie quiere más tu bien como yo! Verdad Doctora”? Suele decirme.
La madre nunca interviene ni siquiera con un gesto. El niño se muestra titubeante y me dice temeroso, que quiere ser un gran concertista de piano. Cruza miradas con su padre que asiente con un gesto de orgullo.
Consultan porque David suele mojar la cama aún y días pasados mientras tomaba un baño de inmersión al que seguiría luego su padre, ensució el agua con materia fecal. Es que la escasez de agua allá por 1960 hacía que esta situación fuera lo habitual. Me cuenta el padre que, como corresponde, le dio una feroz paliza para que aprendiera a no ser un hijo tan desagradecido.
Yo siempre traté de intervenir desde mi lugar ante situaciones semejantes de inflexibilidad, dureza, dominación de este padre para con David. Un padre impenetrable que su respuesta fue siempre que todo lo hace por el bien de su hijo, aunque también ama a sus hijas, pero él ve la capacidad del niño y quiere que se destaque.
David es muy introvertido y veo que su piano y su música son el único lazo de comunicación con los demás.
Fue pasando el tiempo y si avanzamos hacia el futuro con la magia de la imaginación, podemos observar que este niño dominado por su padre, al que no se le permitió tener infancia, jugar como otros niños, sino estar largas horas sentado al piano para perfeccionar su alta capacidad como pianista, llegada su juventud tuvo sin embargo momentos de rebeldía, esperables, por otro lado.
Así fue que se rebela cuando el padre rompe una carta con el otorgamiento de una beca para ir a Estados Unidos. Recibe una segunda beca, esta vez de la Royal Academy of Music de Gran Bretaña y decide aceptar la beca y huir del hogar. Es entonces expulsado de la familia. Este hecho unido a las golpizas que le propinaba su padre hicieron estragos en la personalidad de David. Tuvo un gran desequilibrio emocional aunque pudo progresar como pianista.
La recreación de esta historia pertenece a la vida de David Helfgott. Fue llevada al cine como “Shine!”, y creo que es muy bueno tener presente cómo en nombre del amor paternal se puede dañar.
Una frase muy escuchada que dicen los padres es “lo hago por tu bien”. Pero debemos pensar que no hay “bien” si no hay libertad. No es lo mismo orientar, educar, que tiranizar y colocar en un cono de sombra a los hijos.
Tal vez entre los que nos acompañan en este espacio haya quienes conocen algún caso semejante. Han habido varios famosos en esta situación: Mozart, consu padre también como profesor de su hijo; Franz Kafka, desvalorizado por su padre lo cual se puede apreciar en su Carta a mi Padre; Michael Jackson, que recién a los 35 años admitía en una entrevista, la inmensa soledad que siempre le regaló la fama y la difícil relación con su despiadado padre que prohibía le llamara papá. Horas de ensayos bajo su tutela, nada de juegos o distracciones propias de los niños, perdió así la oportunidad de ser un chico feliz. También su padre lo castigaba con una vara o correa si se equivocaba en los ensayos, según nos cuenta Ramón Gener en su libro El Amor te Hará Inmortal; David Helfgott, quien aún vive, que protagonizó esta historia recreada aquí.
“Lo hago por tu bien” es no adueñarse despóticamente de la vida de los hijos tratando de compensar frustraciones personales.
El segundo paciente es Pablo, un niño de 4 años, que concurre con la madre y me dice que volvió de estar el fin de semana con el padre, de quien está separada, con fiebre, vómitos y piojos. Lo examino, hago el diagnóstico de otitis media, que medico, indico dieta fraccionada, por los vómitos y para la pediculoss hago las recomendaciones pertinentes.
El niño está muy decaído con expresión de tristeza y permanece lánguidamente recostado en la camilla.
A Pablo le pasa algo más que esta patología que lo trajo a la consulta. Sus padres están separados, viviendo el proceso de divorcio y este conflicto parental afecta y afectará su salud mental si no cesan los tiroteos y situaciones de violencia entre los padres, si no encausan con un buen dialogo la separación. Dejarán de ser pareja pero seguirán siendo los padres de Pablo para siempre, para toda la vida!
Más que el divorcio per-se, los conflictos interparentales y el lugar que ocupa Pablo en los mismos serán los que determinarán eventuales evoluciones patológicas. Esta separación agresiva de los padres no coloca al niño en la situación de ser cuidado con amor sino que se inscribe en una forma de maltrato psicológico con posibles efectos adversos sobre la salud emocional y el desarrollo psíquico del niño.
Los comentarios que me hace la madre descalificando al padre y su capacidad de cuidarlo correctamente, al punto que “siempre vuelve enfermo” impactan negativamente sobre los sentimientos de Pablo, ya que él ama a su padre, quien seguirá siendo siempre su padre.
La madre descalifica las conductas que tiene Pablo sobre todo cuando regresa de estar con el padre. Dice que parece “un tonto o un inútil porque el padre todo le permite y cuando yo le ordeno algo no me hace caso”.
Es necesario que esta situación conflictiva se revierta y que los padres adopten un estilo cooperativo con buen intercambio y baja conflictividad, lo ideal es que haya una comunicación fluida, un buen vínculo al menos con uno de los padres. Esto es de mejor pronóstico y neutraliza los efectos de la separación. Hablo con la mamá de Pablo sobre ir resolviendo estas cuestiones con respecto a su separación para desligar de los tironeos a su hijo. Pablo se despide y me abraza suavecito, claro, está sin fuerzas, muy decaído. Con su abrazo me quiere decir gracias.
Nos miramos. Lo acaricio… nos vemos en unos días Pablo para ver cómo sigues!
Ahh aquí tenemos a Inés, hola hermosa! Qué bonita que estás!! Me saluda con la manito…
La madre me dice que bonita, nada. Tan pequeña y ya le llamaron de la guardería! Les comunicaron que su hija, de 2 años y medio mordió dos veces en una semana a una niña de la misma edad. Su madre se ha quejado y ahora les piden consentimiento escrito para derivarla a un psicólogo, para que compruebe sus competencias sociales. Los padres de Inés están desconcertados y no comprenden realmente cuál es el problema.
Les comento que morder, empujar o pegar a otro niño o a los padres se ajusta perfectamente al desarrollo saludable de un niño de entre 2 y 3 años. Seguimos a Jesper Juul, quien nos dice que son mordiscos cariñosos incluso si hacen daño o dejan la marca en la mejilla o el antebrazo. No tienen nada que ver con la violencia sino que son signos de la frustración que experimenta cada día, a cada rato pues piensa mucho más rápido que lo que puede expresarse verbalmente. Para que pueda integrar sus emociones e incorporarlas de un modo constructivo en su comunicación tiene que ser capaz de expresarlas y apreciar qué reacciones provoca en su entorno.
Nos dice Jesper Juul que “la agresividad es mucho más que el enfado, la irritación o comunicarse a gritos. Sin agresividad no seríamos capaces de ponernos metas y perseguirlas. No seríamos capaces de hacer carrera, tener buen sexo o cumplir nuestros sueños. No podríamos jugar al fútbol, al tenis ni correr una maratón hasta la meta. No seríamos capaces de seducir a nadie, marcar nuestros límites ni proteger a nuestros hijos.
…Sólo cuando descargamos nuestra agresividad sobre otra persona con violencia destruyendo sus pertenencias o propiedades se convierte en agresividad destructiva, cuando ha perdido su función comunicativa. Para ésto es necesario un mínimo de dos personas”.
Los padres de Inés comprendieron la situación. Les entregué una nota para la directora de la guardería, donde le explico la normalidad de estos hechos y su significado.
Les sugiero trabajar en casa con libros de cuentos, contarle historias, canciones con rimas, contarle anécdotas, hacer partícipe de ésto a las y los abuelos para favorecer el desarrollo del lenguaje verbal y con esto disminuirán las frustraciones por no poder comunicarse. Es una época de muchas tensiones por no poder verbalizar sus deseos.
Le realizo un control físico que es normal, controlo sus vacunas que están al día.
Adiós Inés!! Saludo a los padres y nos volveremos a ver en un par de meses. Adiós!! Me da un besito con sabor a caramelo de fresa…
La siguiente paciente es Martina, de 16 años que concurre con sus padres. Secolocó un aro en el cartílago de la oreja derecha en un local comercial, sin la autorización de los padres. A las 24 horas comienza con dolor, enrojecimiento y tumefacción en el sitio de la perforación.
El hecho de que los padres estén en desacuerdo e ignoraren lo sucedido, demoró la consulta.
Le pregunto si es mucha la molestia o el dolor y me dice que anoche no pudo dormir por el dolor. Primero fue al local donde le colocaron el piercing y le indicaron antisépticos locales. Al no ceder el dolor concurre a una guardia. Se diagnostica condritis auricular y se indica tratamiento antibiótico. Finalmente debió decir a sus padres lo sucedido, y aquí estamos…
Les digo a los padres que se debe tener una actitud dialoguista y no autoritaria según sugieren los expertos.
El peligro más importante, según la AEP es el contagio de enfermedades como HIV, Hepatitis B y C cuando no se usa material descartable y bajo estrictas normas de asepsia. Hoy en día en general siguen instrucciones de higiene recomendadas por los profesionales.
No todos los riesgos son inmediatos sino si en el futuro debe hacer una Resonancia Nuclear Magnética o una anestesia peridural, puede verse obstaculizado.
Las distintas comunidades dentro de sus competencias legislativas en materia de sanidad establecen diferentes límites de edad para para hacerse tatuajes o piercings. Por debajo de ésta, deben presentar autorización expresa de los padres o tutores.
En época de pandemia se deben agregar a los cuidados habituales los propios de la situación Covid19, con los protocolos vigentes y éstos deben estar expuestos en lugares bien visibles.
En el caso de Martina, con esta complicación infecciosa que presentó y que fue necesario rotar el antibiótico según cultivo de las lesiones, seguramente quedará una secuela cicatrizal en el pabellón auricular derecho.
Hablo con los padres de Martina sobre no amenazar con castigos ya que afectará la confianza de Martina y bloquearía su comunicación con los padres, que deberán trabajar para recomponer la relación de confianza que evidentemente no era sólida.
Quedó claro para Mrtina y sus padres el significado de haberlo hecho sin consultar: por temor, porque le parece que ya es grande para “pedir permiso”. Trato de aclarar que no se trata de pedir permiso, sino de comunicar decisiones o deseos con una buena relación, para poder discutir en cuanto a intercambiar ideas con respecto al mejor lugar y a extremar las precauciones.
La controlaremos en 1 semana para ver la evolución del proceso infeccioso.
Me pongo a disposición de la niña y sus padres para cualquier consulta u orientación.
Martina comenta positivamente esta modalidad de DMEDICOS de otorgar turnos para adolescentes en horarios especiales.
Si Martina, creemos que es lo mejor! Me alegro que te hayas sentido cómoda. Un besito, nos vemos en una semana. Adiós!!
DIRIGE Y PRESENTA: Dra. Mabel Curti.
PRODUCE: Radio Diametro
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