Has elegido rechazar las cookies basadas en consentimiento que utilizamos principalmente para gestionar la publicidad. En adelante, para acceder a nuestra web tienes que elegir alguna de las siguientes opciones.
Premium
3,99 €/mes o 39,90 €/año
Sin publicidad y mucho más
Plus
Por 9,99 €/mes
Contenido exclusivo y sin publicidad
Si has cambiado de idea, puedes aceptar las cookies y continuar usando iVoox de forma gratuita.
Con tu consentimiento, nosotros y nuestros 813 socios usamos cookies o tecnologías similares para almacenar, acceder y procesar datos personales, como tus visitas a esta página web, las direcciones IP y los identificadores de cookies. Algunos socios no te piden consentimiento para procesar tus datos y se amparan en su legítimo interés comercial. Puedes retirar tu consentimiento u oponerte al procesamiento de datos según el interés legítimo en cualquier momento haciendo clic en ''Obtener más información'' o en la política de privacidad de esta página web.
Nosotros y nuestros socios hacemos el siguiente tratamiento de datos:
Almacenamiento y acceso a información de geolocalización con propósitos de publicidad dirigida, Almacenamiento y acceso a información de geolocalización para realizar estudios de mercado, Almacenar la información en un dispositivo y/o acceder a ella , Datos de localización geográfica precisa e identificación mediante análisis de dispositivos , Publicidad y contenido personalizados, medición de publicidad y contenido, investigación de audiencia y desarrollo de servicios , Uso de cookies técnicas o de preferencias.
Comentarios
Uf qué pereza me da este editorial: un editorial hecho por un protestante resentido con la Iglesia y con un doctorado en Historia, que retuerce precisamente esa misma Historia que tanto dice amar para justificar el robo puro y duro de propiedades que durante siglos han pertenecido a esa Iglesia que tanto odia. ¿Que no son suyas porque nunca fueron registradas? Claro, porque la Iglesia es muuuuuuuuuuuuuy anterior a la creación del Registro Civil,y aún anterior a la propia España: antes que Leovigildo fuera rey visigodo de Hispania, ésta ya estaba dividida en diócesis con sus respectivos obispos, sus iglesias, sus terrenos y sus propiedades. Y por mucho que a don César Vidal le joda, es la verdad histórica. Y él lo sabe.