El riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares aumenta con el incremento de la carga de estrés percibido, los problemas financieros y los eventos vitales adversos, según señala un importante estudio internacional que ha tenido un seguimiento de diez años. Los investigadores, principalmente de la Universidad de Gotemburgo (Suecia), han podido relacionar el riesgo de infarto de miocardio y de accidente cerebrovascular con los altos niveles de estrés. Hablamos de este tema con el dr. Rafael Guayta, Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública.
Se estima que se producen cada año unos 200-400 nuevos casos de “micetismos” o intoxicaciones por setas en nuestro país. Las intoxicaciones producidas por las setas es un capítulo pendiente en todos los servicios de urgencias sanitarios, porque el hecho de que sea de carácter estacional implica que no se tenga presente en muchos casos. Esto se traduce en muertes que podrían ser evitables con un diagnóstico precoz. Los micetismos se han agravado por diversos factores, como la globalización, que condiciona la aparición de especies invasoras en entornos no habituales, así como por el cambio climático, que hace que los hábitats de las zonas geográficas varíen. Asimismo, también se debe a la popularización de la recolecta campestre como actividad lúdica. Ante esta realidad, la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio (SEQCML) ha publicado la monografía, “Micetismos: Diagnóstico Clínico y de Laboratorio”, con el objetivo de aportar al personal facultativo, tanto clínico como de laboratorio, un manual para el mejor manejo de las intoxicaciones por setas. Hablamos con el dr. Salvador Ventura, Facultativo especialista en Laboratorio Clínico, Miembro de la Comisión de Toxicología y Monitorización de Fármacos de la Sociedad Española de Medicina de Laboratorio y Miembro de la Sociedad Catalana de Micología.
El cuidado de nuestra salud y el de nuestros seres queridos, especialmente de los mayores, es una de las principales preocupaciones de nuestra sociedad, una inquietud que ha cobrado especial relevancia en los últimos años debido, en gran medida, al notable incremento de la esperanza de vida de la población y el progresivo envejecimiento de la pirámide poblacional de nuestro país. Y es que cerca de 9,4 millones de personas tienen actualmente más de 64 años en España, un número que los expertos estiman que se incrementará en más de 2 millones en la próxima década. Vivimos más años gracias, entre otras cosas, a los numerosos avances científicos conseguidos en el campo de la salud, pero ¿qué podemos hacer para que esta longevidad vaya acompañada de la mejor salud y calidad de vida posible? Dicho de otro modo, ¿se puede hacer algo para conseguir que no sólo se logren más años de vida, sino también que se dé vida a estos años? Los expertos coinciden en señalar que se puede y que una manera de hacerlo es cuidando y manteniendo en forma el sistema inmunitario, una compleja red que ayuda a nuestro cuerpo a combatir infecciones y otras enfermedades pero que a partir de los 50 años resiente, haciendo que el organismo sea más vulnerable a las agresiones externas. Es lo que conocemos como inmunosenescencia. Carles Aguilar habla con Ana Hernando, Responsable de Relaciones Institucionales de GSK España.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) siguen siendo, pese a la Covid-19, la principal causa de muerte en nuestro país: una de cada cuatro muertes se debe a la ECV, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Particularmente, la afección conocida como aterosclerosis o acumulación de lípidos a lo largo del tiempo en la pared de las arterias, es responsable del 85% de las muertes relacionadas con las enfermedades circulatorias. La aterosclerosis aparece como resultado de la acumulación de grasa, calcio y sobre todo de colesterol. Así, la hipercolesterolemia o colesterol alto es la principal causa de aterosclerosis y su descontrol en sangre puede contribuir al desarrollo de hasta el 60% de los infartos o anginas de pecho y el 40% de los ictus. Sin embargo, la hipercolesterolemia es una enfermedad silente que, a pesar de afectar al 50,5% de la población adulta según indica el estudio ENRICA, no provoca ningún síntoma. Incluso cuando ya se ha diagnosticado, a diferencia de la hipertensión, los síntomas son invisibles hasta que se produce un evento isquémico, por ejemplo. En este sentido, una encuesta realizada por Cardioalianza -entidad estatal que agrupa a 18 organizaciones de pacientes cardiovasculares- a pacientes que habían sufrido un evento cardiovascular puso de manifiesto que 1 de cada 10 participantes desconocía si presentaba un nivel alto de colesterol LDL en sangre . Carles Aguilar entrevista al dr. Xavier Garcia-Moll, Jefe de Hospitalización del Servicio de Cardiología en el Hospital Santa Creu y Sant Pau de Barcelona.
Cuando hablamos del envejecimiento cerebral, son muchas las enfermedades que nos invaden el pensamiento. Dentro de las llamadas enfermedades neurodegenerativas, el Alzheimer es una de las más frecuentes. A este grupo se añade el Parkinson, otra enfermedad que actualmente afecta a una gran cantidad de población y que se caracteriza por temblor y problemas de movilidad a los que se asocian síntomas no motores. A día de hoy, el Parkinson es la segunda enfermedad neurodegenerativa más extendida del mundo, después de la enfermedad de Alzheimer. Actualmente, el Parkinson está afectando a unas 140.000 personas en España y con el envejecimiento de la población se prevé un aumento significativo de la cifra en los próximos años. La enfermedad del Parkinson (EP) es un trastorno neurodegenerativo de progresión gradual que afecta al sistema nervioso central. Aparece cuando el 50-70% de las células productoras de dopamina (neuronas) han reducido su capacidad de producir ese neurotransmisor. Por lo general, la muerte de neuronas se inicia muchos años antes de que aparezcan los primeros síntomas indicadores. Aunque lo más reconocido es el temblor, la enfermedad se asocia a otros muchos síntomas. (La ralentización motor, la rigidez o bradicinesia y el temblor) Los síntomas motores clásicos son Síntomas no motores incluyen pérdida de olfato, pesadillas nocturnas violentas, dolor, fallos de memoria, depresión y ansiedad. Nos lo explica la Dra. Maria Josep Martí, Neuróloga del Hospital Clínic de Barcelona.
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