
02-´"La cámara sangrienta" de Ángela Carter leído por Víctor Manuel Palomares Lara. Segundaparte.

Description of 02-´"La cámara sangrienta" de Ángela Carter leído por Víctor Manuel Palomares Lara. Segundaparte.
"La cámara sangrienta" de Angela Carter reimagina viejos cuentos de hadas y leyendas populares —como “Barba Azul”, “Caperucita Roja” o “La Bella y la Bestia”— para transformarlos en relatos oscuros, sensuales y profundamente inquietantes. Con un estilo lírico y provocador, Carter explora temas como el deseo, la violencia, el poder, la inocencia y la metamorfosis, mostrando a sus heroínas no como figuras pasivas, sino como mujeres complejas que se enfrentan a sus miedos y a los monstruos —reales o simbólicos— que las rodean.
Lejos de las versiones edulcoradas, estos cuentos se convierten en un viaje gótico y perturbador por los rincones más sombríos de la imaginación, donde lo fantástico y lo erótico se entrelazan con lo macabro.
¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/3982
This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.
Venid, acercaros a la hoguera, la noche es oscura y fría, sentaos, calentad vuestros cuerpos, cerrad los ojos y escuchad cuentos oscuros de Elena Rubio, cuando abráis los ojos vuestro mundo ya no será el mismo y la oscuridad habrá plantado una semilla en vuestra alma de luz Cámara sangrienta de Ángela Carter.
Yo había dormitado toda la tarde y ahora no podía conciliar el sueño, di vueltas y vueltas en su lecho ancestral hasta que otro amanecer palideció en los espejos que rutilaron iridiscentes con los reflejos del mar. El perfume de las calas embotaba mis sentidos de sólo pensar que en adelante siempre habría de compartir aquellas sábanas con un hombre cuya piel, como la de esas flores, parecía resumar la viscosa humedad de los sapos.
Sentía una vaga desolación dentro de mí que ahora, mi herida de mujer ya restañada, despertaba un ansia inquietante, algo así como los antojos comunes en las embarazadas de comer carbón o creta o alimentos putrefactos. Acaso sus palabras, su carne, sus miradas, ¿no me habían dejado entrever las mil y una barrocas intersecciones de la carne sobre la carmí? Y yo, yacía en el ancho lecho con la sola y sonde compañía de mi oscura curiosidad recién nacida, sola en el lecho, y lo deseaba. ¿Habría joyas suficientes en todas sus cajas de seguridad para contrarrestar la angustiosa dualidad de mis sentimientos? ¿Contendría ese castillo riquezas bastantes como para recompensarme por la compañía del libertino con quien debía convivir? ¿Y cuál era, precisamente, la naturaleza del fascinado horror que me inspiraba ese ser misterioso que, para demostrar su poder sobre mí, me había abandonado en mi noche de bodas? De pronto, me incorporé en la cama, bajo las máscaras sardónicas de las árboles, asaltada por una loca sospecha. ¿Y si me hubiera abandonado, no por Wall Street, sino por alguna amante inoportuna escondida Dios sabe dónde, que sabría complacerlo mucho mejor que una niña cuyos dedos sólo se habían ejercitado hasta entonces en la práctica de escalas y arpegios? Y lentamente, ya más serena, me dejé caer de nuevo sobre el montón de almohadas.
Reconocí que mi repentino ataque de celoso terror no había estado exento de un dejo de alivio. Por fin, cuando ya la luz del día inundó la alcoba y ahuyentó los malos sueños, caí en un profundo letargo. Pero lo último que recordé antes de dormirme fue el alto jarrón de calas junto a la cama, como los gordos tallos deformados por el grueso cristal. Parecían brazos, brazos desmembrados flotando a la deriva en el agua verdosa. Café y croissants para consuelo de este solitario despertar nocial. Una delicia. Y miel, por añadidura, un trozo de panal en un cuento de cristal tallado.




















Comments of 02-´"La cámara sangrienta" de Ángela Carter leído por Víctor Manuel Palomares Lara. Segundaparte.