04-10-2025 La Virgen de los tropiezos - 10 Minutos con Jesús

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes.

Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José, mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, interceded por mí.

¿Recuerdas cuando Jesús se perdió, que no se perdió, en el templo, estuvo tres días, y José y María lo estuvieron buscando, pues, desesperadamente, hasta que lo encontraron en el templo, ahí con los maestros, pues, respondiendo preguntas y preguntando, y dicen, pero, pero, ¿no te das cuenta que te estábamos buscando tres días, y tú como si nada? Y él, Jesús, extrañado, dice, pero, ¿pero acaso no sabéis que yo debo de estar en las cosas de mi Padre? Podríamos decir, en la casa de mi Padre, también, y eso, pues, pues, nada, no lo entendían en ese momento, y y mamá María guardaba todas las cosas en su corazón.

Pero, claro, la Virgen María de niña, ella recordaría después que, claro, que también había estado en el templo, porque la tradición dice que ella fue educada en el templo desde su más tiernísima infancia, y sabe lo que es estar en la casa del Padre, sabe lo que es pertenecer a esa casa, al templo, que es como pertenecer a Dios Padre, sabe perfectamente que es estar en las cosas de mi Padre Dios, porque, de hecho, ella había hecho una consagración especial de mantenerse virgen, algo que no era nada habitual en aquella época, porque cualquier mujer judía deseaba ser la madre del Mesías.

Fíjate, la Virgen María se consagra de esa manera, renunciando a ser madre del Mesías, y es ella la que ha renunciado, es la que es madre. Bien, pues lo que quiero, donde quiero llegar, es que la Virgen María también podría decir la misma palabra de Jesús, y de hecho la dice. ¿Acaso no sabéis que yo debo de estar en las cosas de mi Padre? Porque María está absolutamente consagrada al Padre y su modo de consagrarse es reviviendo la vida de su Hijo Jesús, los sentimientos y los deseos profundísimos de Jesús, que es el Redentor.

Ella que está llena de gracias y de virtudes, de dones extraordinarios que cada vez son mayores según pasa el tiempo, porque Dios Padre siempre está regalando cosas nuevas a mamá, regalos que son para nosotros, ella está totalmente consagrada a la misión del Hijo, que es nuestra salvación. Llevarnos al cielo, está empeñada por amor a Jesús, ama a sus hijos, que somos nosotros, porque Jesús se lo dijo, mira ahí a tu hijo, donde ves a Juan, estoy yo, no está Juan, está Jesús, y donde estás tú, querido oyente, de 10 minutos con Jesús, donde estás tú, mamá, ve a Jesús, ve a su Hijo. Es impresionante, pero es que es así, esa es la mirada de mamá sobre nosotros, mamá cuando me miras, ves a Jesús.

Y mira, te he puesto hoy una imagen, tanto en la app como por el whatsapp enviada, una imagen de una nueva vocación de la Virgen, que se llama la Virgen de los tropiezos. Aparece, como puedes ver en la imagen, pues una niña que ha tropezado con las piedrinas pequeñas que hay ahí y que se está levantando, más bien la está levantando su madre, mamá, la Virgen María. Es una imagen llena de ternura y que expresa algo que está sucediendo constantemente cada día, porque tú y yo, hay que reconocerlo, tropezamos.

Jesús dice, venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré, y mamá hoy nos dice, venid a mí los que habéis tropezado, que yo os levantaré.