iVoox
iVoox Podcast & radio
Download app for free
Disfruta 1 año de Plus al 45% de dto ¡Lo quiero!
07-10-2025 Los lepantos de nuestra vida - 10 Minutos con Jesús

07-10-2025 Los lepantos de nuestra vida - 10 Minutos con Jesús

10/7/2025 · 10:01
2
629
2
629

Description of 07-10-2025 Los lepantos de nuestra vida - 10 Minutos con Jesús

** Ponte en presencia de Dios. Trata de hablar con Él.
** 10 minutos son 10 minutos aunque te puedas distraer. Llega hasta el final.
** Sé constante. El Espíritu Santo actúa “a fuego lento” y requiere constancia.

Audios de 10 minutos que te ayudan a rezar.
Un pasaje del Evangelio, una idea, una anécdota y un sacerdote que te habla y habla al Señor invitándote a compartir tu intimidad con Dios.
Busca tu momento, piensa que estás con Él y dale al play.

Toda la info en nuestra web:

www.10minutosconjesus.org
diezminutosconjesus@gmail.com

Para recibir cada día tu meditación por Whatsapp pulsa aquí:
http://dozz.es/nu36t

Read the 07-10-2025 Los lepantos de nuestra vida - 10 Minutos con Jesús podcast

This content is generated from the locution of the audio so it may contain errors.

Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes, te adoro con profunda reverencia, te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración.

Madre mía inmaculada, Virgen de Rosario, San José mi Padre y Señor, Ángel de les Guarda, interceded por mí. No sé si fuiste a misa el domingo, que es una costumbre buena, incluso necesaria, vital, diría yo, y ahí en el Evangelio del domingo se nos hablaba de cómo si nuestra fe fuera como un granito de mostaza, podríamos conseguir hasta las cosas más tremendas.

Pedirle a una morera que se arranque de raíz y se plante en el mar y decía Jesús, yo os obedecería. Pues mira, la fiesta de hoy es el ejemplo claro de que a base de fe se pueden conseguir hazañas, incluso parar guerras o ganar batallas. Corría el año de 1571. El sol se ponía sobre las aguas turbulentas en el Golfo de Corinto.

Allí el Imperio Otomano levantaba cañones y cimitarras y devoraba las costas cristianas con un hambre insaciable. Venecia sangraba por sus islas. España, con su orgullo de tercios, rugía desde Sicilia y en Roma. El papa Pío V, un fraile dominico, de ojos fieros, una fe enorme, con el rosario en la mano, tejía una alianza improbable, la Santa Liga, un grupo de galeras unidas por la fe y el temor. Rezad, hermanos, susurraba Pío en las capillas vaticanas. Sus dedos nudosos se deslizaban sobre las cuentas de marfil. El rosario, esa arma inventada siglos atrás por Santo Domingo, oración predilecta de la Virgen, era ahora su estandarte.

La Virgen nos guiará, prometía, mientras miles de fieles, desde monjas en conventos hasta marineros en puertos, entonaban Ave Marías como un coro invisible. Era una guerra secreta, no de hierro, sino de plegarias, un manto de oraciones que se extendía como niebla sobre el mar, desde el Vaticano y el corazón de los creyentes. Al mando de la flota cristiana, un joven de 24 años, español Juan de Austria, hijo más tardo del rey Felipe II, con un corazón de león y la mirada de un soñador.

Sus galeras eran doscientas y surcaban las olas como bestias acorazadas, cargadas de arcabuneros, venecianos, remeros genoveses y soldados españoles que besaban cruces antes de empuñar espadas. Frente a ellos el horror, la armada turca de Ali Baja, más de trescientas naves, un enjambre de medias lunas rojas que prometía ahogar Europa en sangre infiel. Según cuentan, de madrugada, el 7 de octubre, bajo un cielo plomizo que olía a tormenta, don Juan reunió a su armada en un silencio roto por el chapoteo de las olas. Hermanos proclamó, «Estos días no hemos dormido en ira, sino en gracia.

Sacad vuestros rosarios». Y allí, en la penumbra, en las cubiertas hacinadas, miles de manos callosas. Se unieron en un rezo colectivo, aves marías y padres nuestros se elevaron como humo de incienso entre cruzados con promesas de conversión para los cautivos y juramentos de lealtad a la Reina del Cielo. El rosario no era sólo su oración, era su juramento de batalla, el lazo invisible que ataba almas a la madera de las galeras transformando el miedo en un fuego sagrado. «¡Por la Virgen venceremos!», concluyó don Juan, y un rugido devoto ahogó el mar.

Al amanecer, las galeras chocaban como titanes en furia, remos astillados, velas rasgadas, el mar tiñéndose de rojo. En la real don Juan blandía su espada y gritaba «¡Por Dios! ¡Por el Rey!» y los cañones tronaban y las flechas silbaban como almas en pena. Fueron horas de carnicería. Al atardecer, la bandera otomana yacía en el fondo, mientras don Juan de Austria y los soldados de la Santa Liga le agradecían a Dios el milagro. En Roma, a cientos de lenguas, el milagro se desplegaba.

Pío V, arrolleado en su cámara, elevaba el rosario con un séquito de cardenales. De pronto, el aire se cargó de luz. «¡Victoria!», exclamó el Papa, pálido con un espectro, al ver en éxtasis lo que sus ojos no alcanzaban. Una visión de Virgen, radiante sobre las olas con su manto azul, envolviendo las galeras cristianas. Horas después, un mensajero polvoriento confirmaba lo imposible. Lepanto era suya. El mar, que había sido tumba, se había convertido en cuna de salvación. Pío V no dudó. Aquella noche, en Bula Solemne, instituyó la Cámara de la Iglesia.

Comments of 07-10-2025 Los lepantos de nuestra vida - 10 Minutos con Jesús

This program does not accept anonymous comments. Sign up to comment!
We recommend you
Go to Faith, Philosophy and Spirituality