✨ ¿Slow dating o dejarte llevar por la chispa?

Hola, bienvenido a un nuevo capítulo de Cómo resolver tus problemas de pareja.

Si quieres comenzar una relación, mejorar las cosas con tu pareja actual o si lo que quieres es pasar página, aquí vas a encontrar los mejores consejos.

Estás escuchando en Emocioteca.com a Mercedes Covo.

¿Te ha pasado alguna vez? ¿Quieres una relación estable, madura, con futuro, pero conoces a alguien? Sientes esa chispa inmediata y de repente te enganchas tan rápido que ya das por hecho que esa es la persona adecuada, la ideal para ti.

Y después te preguntas, ¿por qué me pasa esto? ¿Por qué me ilusiono tan deprisa si lo que de verdad quiero es estabilidad? Bueno, hoy vamos a hablar de slow dating, de cómo darnos el permiso de ir más despacio y también de dos trampas distintas que nos tiende la famosa chispa.

La primera es engancharse demasiado rápido y confundir intensidad con futuro, con estabilidad.

Y la segunda trampa es elegir o descartar a alguien únicamente en función de si sentimos esa chispa o no la sentimos.

Vamos a ello.

Mira, vamos a empezar hablando del primer dilema, engancharse rápido.

Lo primero es esta contradicción tan común, dices que quieres estabilidad, pero en cuanto te aparece la chispa, ¡buah!, te lanzas, y me refiero a tu corazón, se lanza a enamorarse, allá va.

Te enganchas tan rápido que das por buena la elección de esa persona solo porque sentiste mucha intensidad al principio.

Aquí está la trampa, lo ves, ¿no? Confundir esa intensidad con estabilidad, con algo que va a perdurar y con la idea de que es la persona adecuada para ti.

La intensidad de los primeros encuentros, ya lo sabemos, ¿eh?, es adictiva, porque lleva unos componentes, vamos a ver, que son insoportables de sujetar.

La novedad, la atracción física y la expectativa.

Este es un cóctel tan explosivo que nos hace pensar, esto es una conexión verdadera, esta es la persona ideal para mí.

Te voy a poner un ejemplo.

Conoces a alguien en una app, la cita fluye, hay química, hay risas, miradas, complicidad, y ya proyectas un futuro, te convences de que encontraste lo que buscabas.

Pero al poco tiempo aparecen diferencias, diferencias de fondo, cómo maneja esa persona los conflictos, qué valores tiene, su forma de comprometerse, y entonces descubres que aquella chispa del principio, pues en realidad no garantizaba nada.

Bueno, la intensidad inicial no es mala, al contrario, es bonita, es incluso necesaria.

El problema es que nos ciega, y que nos dejemos cegar, y que nos impida mirar más allá.

A ver, preguntas interesantes para que no te suceda esto.

¿Estoy dando por hecho que esta relación será estable solo porque me siento muy enganchada ahora al principio? ¿Estoy confundiendo quizás atracción con compatibilidad real? Son dos preguntas muy, muy importantes.

Y vamos con el segundo dilema, elegir o descartar por la chispa, precisamente por la chispa.

Esta es una trampa distinta, que consiste en decidir si alguien es válido o no solo en función de esa intensidad, de esas mariposillas que sentimos al principio.

Y aquí, pues, pueden pasar dos cuestiones.

Mira, la primera, descartar demasiado pronto.

Te dejo un ejemplo.

A Rosa fue justo lo que le pasó con Juan.

Lo conoció a través de unos amigos, tuvieron una cita súper agradable, buena conversación, valores parecidos, pero Rosa salió pensando.

No hubo chispa.